1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El Viajero

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Pessoa, 24 de Abril de 2019. Respuestas: 3 | Visitas: 1186

  1. Pessoa

    Pessoa Moderador Foros Surrealistas. Miembro del Equipo Moderadores

    Se incorporó:
    14 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    4.923
    Me gusta recibidos:
    5.614
    (Relato publicado el 24-05-2014)

    El Viajero recorrió con una lánguida mirada la larga hilera de columnas que bordeaban el camino hasta la cumbre. Unos postes renegridos, como fosilizados, bien alineados, que definían uno de los bordes de aquella calzada de piedras irregulares que llegaba hasta la cima. Parecía que en aquel entorno la atmósfera misma se hubiese cuajado, hecho caliginosa, paralizando en sus últimos latidos la vida que allí hubiese. Ahora el paisaje era un desolado páramo pedregoso, blancuzco e inerte, en el que no existía el menor vestigio de ella. No obstante, en la roma cresta, unas austeras ruinas evidenciaban que allí, en algún momento, existió vida humana. El Viajero recordaba. Hacía ya mucho tiempo, tanto que de las generaciones que él conoció habían desaparecido hasta los últimos descendientes; pero en aquella época las ahora yermas laderas estaban cubiertas de olivos, higueras y altivos palmerales, regados con la savia vital de las aguas. Y ciudades. No suntuosas ni demasiado pobladas, pero acogedoras. De éstas ya ni ruinas quedaban;habían sido cubiertas por ruinas de ruinas y el viento del desierto había extendido espesos mantos de polvo y silencio sobre casas,templos y sedes palaciegas.

    Pero él recordaba, aunque hacía ya muchos eones de eso. Fue en alguno del os diversos tempo-tránsitos durante los que era enviado desde el Origen para saldar cierta antigua deuda de la que el Viajero todavía no tenía una idea clara ni de su origen y ni de su justificación. Él sólo obedecía y no preguntaba; sabía que, bajo diferentes circunstancias y decorados, periódicamente tenía que pasar una temporada en este apartado planeta transformado en un personaje común,hombre por lo general, temporada que solía terminar con un sacrificio, con su propia inmolación, la cual, según costumbres, debería simular ser muy dolorosa y cruenta. En realidad, su especial composición biológica minimizaba esos sufrimientos físicos. Los espirituales eran otra cosa. Nunca llegaría a entender que tuviese que ser víctima propiciatoria para salvar (¿salvar de qué?) a un conjunto de humanos irredentos, cuya abulia e inmoralidad debiera excluirlos de cualquier programa universal de salvación Y eso lo angustiaba. Al fin y al cabo existían (según se comentaba) millones de planetas habitados por gentes como éstas, pero cuya evolución intelectual les permitía casi equipararlos con el propio Viajero. Pero él era un simple enviado.

    Ahora contemplaba la ringlera de gruesos palos que subían hasta lo alto, postes sacrificiales que, por alguna extraña razón el Origen había decidido respetar, al igual que las ruinas de la cima, una exiguas paredes de lo que debió ser un templo, que en su tiempo se erigió para conmemorar el último sacrificio del Viajero. Qué ironía. Éste sonrió al recordar y una luz sobrenatural le iluminó los ojos. La misma luz que le permitió ver bajo las capas de piedras y tierras otras capas ya localizadas y estudiadas con petulante suficiencia por los arqueólogos, quienes dictaminaron que allí, junto a las tierras que pisó el Viajero y bajo ellas, yacían otras ruinas indeciblemente más hermosas que también conocieron de sacrificios, de dioses y de holocaustos.Piadosamente, el Viajero, desde la inaccesible distancia que le separaba de aquellos humanos que un día lo conocieron y ahora ya lo habían olvidado, incluso como personaje histórico, contemplaba aquella desolación y se preguntaba porqué el Origen insistía en salvar a aquel pequeño y residual grupúsculo al que debía localizare integrarse el él. El final sería el mismo; ya le resultaba conocido y familiar, aunque molesto. Estos, al parecer, eran los últimos; antes de ellos y con la progresiva aniquilación de sus individuos por sucesivas guerras, devastaciones atómicas, degeneración de la especie por enfermedades que ellos mismos habían producido en un insensato órdago a sus divinidades, habían transcurrido cientos de miles de años, esa ridícula unidad de tiempo que a partir de alguna de sus generaciones los hombres habían adoptado para medir lo inmensurable. Después... sólo el Origen lo podía prever.

    Pero al Viajero le seguía inquietando el secreto de aquella obstinación en salvar a quienes, desde su creación, traían el estigma de lo efímero y marginal. Alguna vez, meditando sobre ello, recordó una frase del Origen sobre este producto suyo: "He hecho al Hombre a mi imagen y semejanza". La verdad, pensaba el Viajero, yo no encuentro que se parezcan en nada: será una debilidad de anciano. Las luces de un sol extraño, que no era el que lucía en su último viaje, iluminó crepuscularmente aquel dramático decorado. El Viajero se arrebujó en la parda capa que lo cubría, recorrió con una mirada cargada de nostalgia el solitario panorama y reemprendió la marcha hacia el desconocido lugar en el que, nuevamente, volvería a representar el papel de redentor de no sabía qué graves culpas.

    [​IMG]
     
    #1
    Última modificación: 24 de Abril de 2019
  2. Fulgencio Cibertraker

    Fulgencio Cibertraker Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    26 de Marzo de 2017
    Mensajes:
    1.994
    Me gusta recibidos:
    1.735
    Género:
    Hombre
    Voy por un café, esto en ayunas es peligroso.:rolleyes:, me hacéis plantearme qué es filosofía, la vuestra o la mía, vuestra es la espada y yo con machaco-n almirez, quien ganara entonces con el 4 de espadas.
    Un fraternal saludo.
     
    #2
  3. Uqbar

    Uqbar Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    21 de Febrero de 2013
    Mensajes:
    7.839
    Me gusta recibidos:
    3.788
    Género:
    Mujer


    Al ver la imagen lo primero que me ha venido a la mente es El gran hermano nos vigila y George Orwell en 1984 o la versión moderna de “Mr. Robot” y el ejército negro. A medida que me adentraba en la prosa, debo admitir que me iba descolocando, hasta que has dado un salto hacia el espacio sideral... El remate entonces con ese final original e ingenioso.

    Diría que es como entrar en un bucle o crear un agujero de gusano con una historia de pasado - presente - futuro - pasado - presente.....

    Muy interesante tu propuesta Miguel. Un verdadero placer dejar que mi olla se explaye all over.


    Abrazos,

    Palmira
     
    #3
  4. Pessoa

    Pessoa Moderador Foros Surrealistas. Miembro del Equipo Moderadores

    Se incorporó:
    14 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    4.923
    Me gusta recibidos:
    5.614
    Muchas gracias, querida Palmira, por esta recuperación que haces de mi viejo relato. Pones en práctica tu interpretación cuántica de los hechos que en él narro. Nuestras letras son, en definitiva, energía plasmada en signos interpretables, signos y energía que van disminuyendo en intensidad a medida que se trasladan de escenario temporal. Algo así es lo que pretende hacernos creer la física cuántica ¿no? Que es perfectamente compatible con una interpretación poética de la existencia, del universo, sus límites y su final. En otro contexto lo describió muy bien Asimov en su relato "La última pregunta." Pero mientras llega ese final nosotros podemos seguir disfrutando de esta maravillosa tierra mediterránea, a pesar de la invasión de turistas (?) que cada año nos asola. Un cordial abrazo, querida amiga. Y feliz verano.
    miguel
     
    #4
    Última modificación: 27 de Junio de 2019
    A Uqbar le gusta esto.

Comparte esta página