La tristeza

La tristeza


¿Cuántas veces acude la tristeza
con su acre olor y su regusto amargo,
con su cruel apatía y su letargo
dejándome embotada la cabeza?

Intenta despojarme la nobleza
poniendo mis valores en embargo,
y nada que ofrecer en mi descargo
si aceptándola pierdo mi entereza.

Procuro defenderme como puedo...
no quiero que me humille esta canalla,
ni dejarme atrapado por su miedo.

Mas como un fuerte rayo el alma estalla,
ni un paso a la tristeza le concedo,
con decisión se gana la batalla.
​

 

Qué pasa Miguel.?.
Alguien te dijo que la tristeza es el lado perverso de un amor completo. Así es que tú puedes con ella. Un abrazo.

 

Estimada amiga Catia, a veces la tristeza nos coge en horas bajas y hay que enfentarse a ella y derrotarla. Que la vida nos ofrece muchas oportunidades.
Un besito con todo mi afecto.
Miguel.

 

Que lindo que a pesar del sufrimiento, el recomenzar gane la batalla. Me gustó. Chausito Miguel.

 

Me gustó mucho su Soneto Miguel. Hay que saber ganar esas batallas con actitud y decisión. Un placer esta lectura. Amables saludos. Inés.

 

Así es, compañero. Más o menos con esa misma fortaleza le desafiaba yo a esa lacerante pesadumbre:

Invicto al fin y erguida la cabeza,
por más que entre tus garras me debata,
no moriré de ti ni en ti, Tristeza.


Me ha gustado recorrer tus versos. Un abrazo.

 

Muchas gracias Andreas por tu comentario.
Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Muchas gracias Inés por tus amables palabras.
Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Muchas gracias por pasar y por tu estupendo comentario estimado Vicente.
Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Esa es la actitud !!! Una buena decisión para triunfar. Excelente, Miguel. Un placer leerte.
Abrazo fraternal.

 

Muchas gracias Ángel por tus elogiosas palabras. Un abrazo con todo mi afecto.

 

Exacto, Miguel, así se gana la batalla. Un gusto recorrer tu soneto, Miguel, un aplauso. Saludos cordiales
Azalea.

 

Muchas gracias Azalea por tu comentario. A veces nos invade la tristeza y hay que salir de ella lo más antes posible y ver las cosas con más optimismo.
Un abrazo muy cordial.
Miguel