Algunos hombres buenos.

Hubiera sido muy fácil,
darlo todo, servido en bandeja,
pero mi reputación se resentiría,
ya que lo bueno no es gratis,


y aunque así lo sugieran


quienes promueven la ley del más fuerte,
¡ Que baje los brazos y me rinda !
Aún me queda astucia,
para mostrar la maña,


y pericia suficiente, para que no se ensañen,


en sus acostumbradas reyertas,
ajustes de cuentas, broncas
y numeritos circenses con sillas volantes,
mesas, vasos y platos, que rompen


como las olas del Mar, contra las rocas.


¡ Estallan ! No llegará la sangre,
al río. Este brioso corcel,
todavía mantiene vivo su vergel,
o Edén, ajeno a cazadores furtivos.


Y por ello, el estilo sigue vivo.





Claro está que hay una delgada línea,
entre Servicio y Sacrificio.
Sylvester Stallone, Sylvia Saint,
Steven Seagal, Steven Spielberg...


¿ Por qué la gallina cruzó la carretera ?


¿ Por qué hemos de cargar
con nuestra cruz de cada día ?
¿ Por qué no una hogaza de pan,
para una excursión en mitad del campo ?


¿ Por qué no Gaza, Líbano, Palestina,


Israel, Turquía, Egipto, Grecia ?
Albania...
Siempre, se está mucho mejor en Alemania.
¿ Seguro ?


Refugiados de la guerra en Siria...


Que transitan por los senderos,
a la intemperie, y se hospedan en campamentos
improvisados sobre la marcha.
Llaman a las puertas de las naciones.


Y la respuesta, por el momento es:


" Lo bueno no es gratis.
El estilo sigue vivo.
Hay una delgada línea, entre Servicio
y Sacrificio. ¿ Ordenó usted el código rojo ? "

 

¿ No existen, Pessoa ?
Las almas buenas...
Y eso, ¿ Cómo lo demuestras ?
Porque a priori, la única determinación, es la existencia.
Todo lo demás, es indeterminado.
Pues nunca hay un número determinado de algo.


Y una vez dentro de ese " algo ", hasta llegar a ser " alguien ", hemos de demostrar nuestra valía.





Si las almas buenas no existieran, tú, Pessoa, serías quizá, SONY Black Trinitron.
Y yo, IBM Famitap 486 MegaBytes.


Pero resulta que parecemos ¡ Alguien !
¿ Por qué será ?
Porque nos lo hemos ganado a pulso.
Independientemente de las circunstancias favorables que, también, nos amaron.





Porque yo soy yo y mi circunstancia, según José Ortega y Gasset.
O sea, yo soy yo, dependiendo de dónde viva, de qué alimentos coma, de qué educación haya recibido, etc.
Por consiguiente, muchos piensan que el talento es cuestión de suerte, pero pocos consideran que la suerte sea cuestión de talento.


Como concluye el dramaturgo español Jacinto Benavente.

 

Pero qué hermosas fotos... de su clan familiar, mi querido Nommo.
Un placer recorrer sus escritos y disfrutar de su ecuménico y reptiliano intelecto.
Su amigo de siempre: Iván (desde Sirio por cierto)

 

Gracias a los dos. A Iván, por su asombro, y a Bristy, por su inocencia.
Siempre quise estar al mando de la Guardería.





<< Esos niños poetas, tienen que aprender a hacer cinematografía. >>


¡ Vamos de excursión a Hollywood ! ¿ Qué os parece ?





" Ignora, evita, huye; esas palabras han sido muy buenas para mí. "