El niño al borde del abismo

Al despertar de una larga pausa en la constante tortura que es vivir en este despiadado lugar, sin todavía abrir los ojos, me percato de que existe color en la tal llamada oscuridad. Veo que a través de la carne penetra la luz creando un espectro leve de bellos colores que activan en mi el deseo de finalmente terminar con esto…abro los ojos me levanto y salgo del abismo…

Un día, de pequeño tendría yo unos ocho años, soñé que moría. Me desperté ansioso esa noche, se sintió tan real y pensar que nada volvería a ser igual. En el sueño era todo blanco iluminado por una energía intensa a mí alrededor. Se sentía bien, al principio. Era un lugar calmado, solitario como a mi me gustaba…
Le seguí la corriente camine por este maravilloso espacio un largo rato era bello un campo abierto, parecía infinito hasta que mire hacia atrás…
Al voltearme, vi por primera vez lo que era el pasado. Un abismo tan infinito como se veía el camino hacia delante, me di cuenta entonces que estaba caminando por un sendero sin marcha atrás. Me aterroricé era solo un niño en aquel infinito lugar entre un oscuro pasado y un brillante futuro. Me sentí solo, abandonado, no había nadie, nunca había estado solo de verdad. Dentro de la desesperación me pare al borde del abismo y divise entre la oscuridad figuras conocidas…
En el borde temí caer aunque no me sentí tan solo. Las figuras que veía desaparecieron pero yo sabía que seguían allí. No podía caminar hacia atrás y me daba mucho miedo seguir adelante así que me senté y espere…
Espere mucho tiempo por nada sin darme cuenta de que no iba a cambiar y que jamás despertaría esperando. Luego de un largo silencio en mí, empecé a explorar la mente buscando algo que me pudiera ayudar a salir de esta tortura. Lo único que encontraba eran cosas de mi pasado. Entre estas, halle algo que me conforto. No se porque pero cada ves que me mecía en un columpio me sentía tan bien tan protegido e inocente me sentía libre y eso fue lo que vi mi columpio. Soñé tanto con el que se materializo a mi lado un gran árbol con un columpio…
Busque rápido su comodidad no me importo que el árbol estuviera al borde de aquella abominable penumbra. Me mecí en el columpio, me mecí tan fuerte que sentía el viento en mi cara como si estuviera cayendo en el abismo, en el abismo. Abismo al cual sucumbí. Caí en el agujero negro de un pasado sin futuro abismo de oscuridad y desolación. Allí mientras caía vi como todas las personas que conocía pasaban a mi lado y no me veían no notaban mi presencia y al final salían del abismo y mi abismo se fue vaciando poco a poco hasta que solo quede yo por siempre atrapado en la oscuridad del miedo a seguir adelante…

¿Que hago? ¿Que hago? Entre el apego a lo conocido y el miedo por lo desconocido he permanecido estancado por una eternidad…

¿Quien soy? ¿Quien soy? Hace unos dieciocho años que se reconoce mi existencia pero yo no reconozco lo que es el tiempo porque cada oscuridad de mí vida es un final y vuelvo a ser al despertar. A ser, ser alguien en esta mierda, a ser yo, ¿quien soy yo? Sebastián…
Al despertar de una larga pausa en la constante tortura que es vivir en este despiadado lugar, sin todavía abrir los ojos, me percato de que existe color en la tal llamada oscuridad. Veo que a través de la carne penetra la luz creando un espectro leve de bellos colores que activan en mi el deseo de finalmente terminar con esto…abro los ojos me levanto y salgo del abismo…