Cena de empresa

hola Vincent, eres un poeta de clase, de buena clase. Tu versar hace una pausa en pleno almuerzo de empresa. Y eso sólo lo puede hacer un gran poeta. Gracias por compartir tu creativo poema. Un abrazote compañero de versos que camina entre las piedras y que habla con gorriones de sus penas.

 

Me ha gustado mucho el poema que es un viento fresco sobre los eventos empresariales y ese broche es genial, ya te lo he dicho.
Saludos, estimado poeta.

 

La cena de empresa puede ser aburrida o divertida pero lo importante es convivir con los compañeros. Las letras ayudan para relajarse. Grato leerte. Saludos amigo viajero.

 

Las cenas de empresa son así. Me lo paso muy bien durante la cena, pero cuando llegan ciertas horas de la noche, ya lo único que deseo es volver a casa, je je.
A los pájaros y a las cabras de la montaña son a los que me muero por volver a ver... y hablar con ellos en no importa qué lenguaje.

Muchas gracias Catia y un gran abrazo desde estos campos aún.

 

Menos mal que son una vez al año estas cenas. Confieso que las que más me gustan son todas las restantes; aunque disfruto de ellas hasta la una o las tres de la madrugada... pero después ya estoy muerto de cansancio. Y aún hay que hacer tiempo hasta que salga el tren de las 5,20.
Tiempo para escribir medio soneto en los reservados de una discoteca.

Muchas gracias, Maygemay, y un abrazote en plena sobremesa.

 

Y convivimos, vaya si convivimos, aunque fuera a deshoras. Y nos divertimos, pero solo hasta ciertas horas. Después a mí ya me entra sueño y unas ganas inmensas de volver a casa y atacar esa dulce cama que me esperaba.

Muchas gracias, Lou, y un abrazo después de la jornada de trabajo con estos mismos buenos compañeros.

 

Cuando a ti te da, se te da bien...
Bueno si aun aparcas el andar y te echas a correr, te aseguro que no has envejecido lo suficiente para ser mayor. Leyendo tu mente lucida, mientras otros bailan y tu deambulas entre frases para escribir, rotundamente No, no eres viejo, ni en forma de perro , ni de zorro...
Me alegra leerte después de tanto tiempo , llanero...
Un abrazo desde este atlántico que no refresca..

 

Hola Vincent. No serás " El seminarista de los ojos negros" je je
Un abrazote.

 

Hola Sandra… y es curioso, cuando era pequeño me consideraba más mayor que mis amigos, pero ahora todo lo contrario, me veo mucho más joven... y en forma, je je.
Las cenas de empresa, eso sí, se me hacen un poco pesadas, sobre todo a partir de las dos de la madrugada... y me entra un sueño...
Qué alegría volverte a ver, chicharrera. Prometo que no habrá más cenas de empresa hasta diciembre, je je.
Un abrazote hasta tu afortunada isla.

 

Je, je. Pues seminarista fui y moreno lo sigo siendo; los ojos no llegan a negros, pero se le acercan. Hace muchos años de aquello, del seminario menor de Godella; pero ahora vivo (desde hace treinta años) en lo que fue parte de un monasterio y la iglesia (en uso) queda adosada a la casa… el campanario en el patio de abajo. Buen refugio mientras no sea domingo a las once… hora de la misa semanal cantada por los feligreses del Opus Dei.

¿Cómo va la vida por la sierra? Yo ya bajé de la mía.

Un abrazote Catia.

 

Hola. Qué soneto más bonito y original, aunque no pillo lo del señuelo, ni lo de nada entre paréntesis, ni lo de... bueno, qué más da, es bonito.

Saludos cordiales

 

Pues ya somos dos, entre señuelos y paréntesis. Pasó el corte para publicarlo, y si te gustó, aunque sea mínimamente, yo que me alegro. Al fin y al cabo son las pequeñas alegrías las que nos alientan.

Un saludote, Lírico, aunque las cenas de empresa ya se me van haciendo pesadas, je je.