Velázquez

Velázquez

La boca de la muerte lo circunda
y ahonda en su negrura nuestro horror;
no podría existir mayor terror
que eterna oscuridad, si nos inunda.

Siempre esa hondura a noche tremebunda
y el sacrificio pálido, el dolor
del infinito reo sufridor:
muerte en más muerte donde muerte abunda.

Redunda alto temor que se resuelve
-guiaba alguien el trazo verdadero-
en cuerpo que ya es alma y nos absuelve.

La pura imagen sangra con ligero
ascenso de la luz cuando devuelve
la vida Dios al Cristo en un madero.

 

Entiendo que te refieres al Cristo de Velázquez, excelentemente retratado por tu pluma. Un abrazo muy cordial.

 

Sí. He estado mirando el cuadro (una foto) y me ha impresionado mucho.

Gracias por tu generoso comentario.

Un cordial saludo.

 

Un lindo soneto para una gran obra, Carlos. Ya Unamuno le dedicó a ese cuadro uno de sus poemas más ambiciosos (en 2540 endecasílabos blancos), supongo que lo conoces.
Veo que eres consistente y haces diéresis en «guiaba».

abrazo
j.

 

Gracias Jorge, por tu valoración.
Conozco la existencia de esa obra de Unamuno, pero nunca la he leído. Creo que ahora que lo mencionas le echaré un vistazo.

Saludos

Carlos

 

Escribes de puta madre, las cosas como sean. Bravo!!

 

Me alegro sinceramente de que me digas eso.

Muchas gracias y saludos cordiales.

 

Detrás de tanta muerte
se ocultaba
una celebración por tanta vida.

Gracias y saludos.

 

El cristo de la Cruz voló un instante a quedarse en tus letras. Lograste plasmar su figura en un bello soneto. Profundas metáforas. Un abrazo.

 

Siempre agradecido por tus generosos comentarios.

El Cristo de Velázquez es un cuadro que me gusta revisitar.

Saludos