Muy afuera

Hay un exilio fuerte y pleno como el agua de los pozos que se bebía en primavera, aquella recién forjada en el frescor del aljibe.
Tan lastimado exilio, que los ojos extranjeros eran iguales; eran todos símiles enq este país grande.
Fuera de su patria cambia el aire, tan perpetua y no se respiran cielos límpidos al compás de los vecinos.
En la presencia sagrada de la comunión ya nadie se da por perdido.

 

Muchas gracias, Luna Roja.

 

Maramin: raelicé las modificaciones que consideré pertinentes para aclarar la composición.
Un saludo.