Tormentos en gimnasios

Tormentos en gimnasios

¿Cómo huyo si no paro?,
¡disparo!
¡Sufren males importunos,
algunos!
¿Y dónde tengo tensiones?
¡Botones!
Son tan tétricos salones,
tormentosos, de tal guisa,
que por no ir, ya se avisa:
¡Disparo algunos botones! ​

 

Hola Salvador: Jajaja, te ha salido reventón este aromático ovillejo, una puesta apunto se paga eliminando excesos,
inoportunos. Un abrazo. Amadeo.

 

Celebro que te haya complacido, precisamente a ti, el monarca de los ovillejos. Muchas gracias por comentar tan amablemente.
Gran abrazo, amigo mío.
Salva.

 

Mi consejo puede ser
coser
entre tantos desayunos
algunos
de esos ojos bien ovales:
¡ojales!

Y te evitas esos males
que provoca el ejercicio
si tu adquieres como vicio
coser algunos ojales.


No sé si es un buen consejo, Salvador ! Jajaaaa.
Muy bueno tu ovillejo.
Un fortísimo abrazo.

 

El botón saltarín

A pesar de hacerte caso,
si acaso,
me queda grande el ojal,
¡muy mal!,
lo haré, pero es peligroso,
¡lo coso!
Es un botón tan nervioso
que va desde su agujero
al ojo del compañero,
¡si acaso muy mal lo coso!

Pues no tengo yo arte necesario para hilvanar bien los botones, amigo Ángel, ya ves.
Gran abrazo, amigo mío, y mil gracias por dejarme tu huella en forma de excelente ovillejo.
Salva.

 

Si el de enfrente lo merece
parece
que un botón tan singular
pegar
lo hace con su fin también
muy bien.

No lo saben, no lo ven
que una mente traicionera
en el blanco o donde quiera
parece pegar muy bien.


Jajaaaa. Abrazote, Salvador !
Me has hecho divertir con tus ocurrentes ovillejos.

 

Y que de moda están. A mi que me dejen de estéticas. De hecho, ya estoy en cama. Lo curioso es que están poblados de mayores con artritis.
A mis años, mi lema es ahorrar cuerpo y si pudiese rectificar, no pasaría por el kung fu , ni por tanta bicicleta que me fastidiaron las rodillas. Claro que así, tus colegas, los traumatólogos, etc. se hirían al paro, ja ja.
Un abrazo, amigo Salvador, y como buen perfume, en frasco pequeño.
Rique.

 

De ahí, justamente

Me quedó, por darme gusto,
¡si, justo!
¡Pobre – que así me sentí–,
de mí!
¿Hace falta que lo diga?,
¡barriga!
Para que no quede intriga
aquí vengo a decir yo
de dónde el botón saltó,
¡sí, justo, de mi barriga!

Gran abrazo, querido Ángel, efectivamente, lo hemos pasado bien.
Salvador.

 

¡Qué razón tienes, querido Rique! Con lo bien que sienta un buen paseo por el Recheo de Bouzas, ¿no crees?
Gran abrazo, amigo mío.
Salva.

 

Hola de Nuevo, nunca aprenderé es estructura. Soy Profesora de Gimnasia, pero sin aparatos . Durante diez años tuve mi propio gimnasio.
Es bueno ejercitarse sin excederse, Ahora solo camino por las calles del campo. vivo en las montañas.
Me ha gustado y divertido el ovillejo. Un abrazo.-

 

Muchas gracias, querida Catia, por tu compañía amable en mis letras. Celebro que este ovillejo haya si do de tu agrazo.
Un fuerte abrazo con mis deseos de felicidad para estas fechas y un 2020 cargado de venturas.
Salvador.