Rincón de poesía en imágenes 2019 (no se admiten comentarios)

Chiquilla Primavera



Aquí esta Primavera siendo chiquilla aun,

posaba en el jardín con sombrilla y sombrero;

pies y manos untaba en agua de charca y tierra,

fingía llorar bajo el rocío pues ser flor aspiraba,

copiaba ser mariposa; sentada en una piedra

¡Ilusionada aleteaba!

Con sapitos, saltamontes y palomas charlaba;

cuentos inventaba, las anécdotas de la abuela

¡Orgullosa resaltaba!

Maravillosa estancia, la niña disfrutaba,

de grande de esos instantes, poesía hace;

¡Disfruta y comparte!​

​

 

Silente Contemplar



A orillas y sin habla me encontraba
miré las aguas, fuente del origen,
mi piel albina y fría tiritaba
fundida en estos verdes aborigen.

Mi vista al horizonte contemplaba
es llano mi pensar, surcos no afligen,
palomas vuelan dentro y me llenaba
de nuevas luces, cálidas se erigen.

Respiro, el viento viaja en mi camino
lo siento en este cuerpo aún desnudo,
remece a la laguna, alto a mi sino

se posa por el pasto ahora mudo.
Me inundo en el calor y me domino
el sol es un amigo y rojo escudo.

Dvaldés
​

 

Abstinencia

Mira la luna... ¡Madre!
¡Ven a verla!
Que entró la loca a mi cuarto,
la absurda, por la mañana
me sacó del abismo
con su energía alucinante
y algo habrá hecho
que despegó la tina
y que no...¡Te digo que no!
Que no lo soñé
¡Madre que eres lenta!
¡Madre que no vienes!
¡Cuánto te odio!
Ahora se asustó
la tonta, la inoportuna,
y se fue a despertar al chico
que duerme en el árbol plateado,
ayer fue viernes ¿no?
Nunca contestas.

 

​

En medio de una noche triste.


tuviste que partir a un mundo desconocido,
dejando en mi un grande vació,
en medio de una noche fría,
una noche sin estrellas,
noche oscura,
con lagrimas brotando por mis ojos,
ojos que contemplaron tu belleza,
belleza inolvidable e inigualable.


me encuentro en medio de una noche triste,
observando tu cuerpo frió necesitando tu calor,
necesitando ese beso que me dabas con amor.











​

 

Imagen N° 7 septiembre
Fiesta en el campo

Fiesta en el campo ,el paisanaje alegre,
danzan contentos entre empanada y vino.
Un cobertizo cerca con un colchón de paja ,
invita al gaucho a dar su serenata.
Tímida la muchacha escucha sus acordes,
con flor silvestre un ramo entre sus manos.
Emocionada mirando aquel paisano ,
que la subyuga con vos de enamorado.
Prendada queda ella del valiente paisano,
que con guitarra en mano brindó su cancionero.
Y en aquel cobertizo entre el pasto reseco,
quedó sellado allí el amor de sus cuerpos.
Mientras que en aquel campo seguía el baile,
consumaron su amor almas apasionadas.

Mary Mura 4/09/2019​

 

Destino cruzado




Sin límite en mi rostro, se ha borrado el pasado

mis ojos son un lago con un prisma sin lente

de rutas sin camino, mi hemisferio marcado,

por una encrucijada que ha rayado mi frente.



El destino cruzado, con un dardo afilado

dos mil veces marcó mi faz sin luz y al relente,

lacerando mi rostro con pincel incrustado

brotó sal de mis ojos y lloré fuertemente.



Demarcando mis sienes llego hasta mis enojos

los vientos con cerrojos detienen mi sonrisa

y negras espirales me marañan los ojos.



Y busco ese sendero que me alivie la prisa

entre elixir de polen de espinas con abrojos,

respiro ese consuelo de esperanza en la risa.

Azalea.

 

La mirada amorosa
(Img.9 - septiembre de 2019)




El bosque aguarda risueño

con copas verdes y frescas

que los ojos de ese niño

celebren la primavera,

y su padre le señala

senderos de la floresta

que estrenan sus leves pasos

y sus minúsculas huellas:

-Mira esos racimos rosas

tejiendo guirnaldas nuevas,

que serán rojos pompones

para decorar las fiestas.

Por los huecos de los troncos

susurran sabias abejas

cerca de ramas floridas

que perfuman sus colmenas

y alas de todos colores

decoran juncos y peñas

con guardas, trinos y vuelos

que mecen enredaderas.

En el verano las fuentes

suspiran con las gacelas

que abrevan aguas celestes

plenas de antiguas leyendas.

-Si murmura la hojarasca

-la madre sonriendo cuenta-,

son duendes, hadas y silfos

ocultos bajo las setas,

que a veces cantan y danzan

junto a zarzas de frambuesas.

Con las luces del otoño

siempre se aguardan sorpresas,

pues van filtrando matices

rojos, dorados o sepias

que despiden a la tarde

libre de olvido y tristeza.

Los dulces ojos de asombro

desde el sueño se despiertan,

cuando la penumbra enciende

una ronda de luciérnagas,

faros que orientan el rumbo

de la noche aventurera,

brillando en la fronda umbría

con la luz de la inocencia

blanca como la nevada

de magnolias en la alberca

y en los pinos de la ermita,

porque el invierno se acerca.


*****






Premio a la Poesía con imágenes
seleccionado por el Jurado de la Musa
con fecha mes de septiembre 2019
​

Con todo el cariño de Mundopoesía.com​

Mundopoesía.com
​

 

Déjame que te cante. (imagen 7)


Y... Déjame que te cante
en este establo, mujer,
que traigo cuerdas y voces
y te las vengo a ofrecer.

Vengo de los campos, solo,
y aquí yo me quedaré,
contigo y con mi guitarra
cuenta que ya somos tres.

No te encojas ni sonrojes,
desnudos andan tus pies
y esa boca que pretendo
desnuda la quiero ver.

No silencies la palabra
que tus ojos dicen ven
y arrimando la mirada
se nos confunde la piel.

Si te indispone mi canto,
por donde vine me iré
pero que sepas, mi dueña,
que mañana he de volver.

 

Imagen nº 11 Septiembre 2019

Cerezo en flor.

​

¡¡ SAKURA!!


Florece en primavera del cerezo las flores
y alfombran el paisaje de un color rosado
esa flor es belleza la flor para un tocado
representa inocencia con todos los honores.


Simboliza a lo fértil son de muchos colores
su morada es Japón su norte anaranjado
es el Oriente eslabón de un campo floreado
es frágil y femenina la flor de los pintores.

Sakura la flor del Japón​

 

El dulzor de la espera

Camino florido
con el aire dulzón,
siempre vas conmigo
junto al corazón.

De rosa pintado
aún tibio el sol,
la bici a un lado
sueño con tu amor.

Besos mariposa,
mejillas con rubor.
Vida color rosa;
cartas en un arcón.

Me has olvidado,
me dice la razón.
Arboles rosados
esperan oír tu voz.

 

Quisiera ser cisne blanco


Amo el frescor de la sombra,

la caricia de una madre,

el aroma de los campos,

las trovas y los cantares.

Mis ojos miran al Sol,

a los ríos en sus valles,

a las arenas del mar

a la Luna cuando sale.

Amo las nubes del cielo

y a la lluvia cuando cae,

y esa gota de rocío

que a tu boca llega suave.

Me gusta escuchar los trinos

de avecillas en el aire

y verlas libres volar

sin temor a que las maten.

Amo la noche y el día,

a la mañana y la tarde,

quisiera ser cisne blanco

y con mi cuello anudarte.

 

Entre nubes y los reflejos

De espaldas camino del cielo
entre nubes y los reflejos.
Luz incipiente, luz brillante
al final son ellos, tus padres.

Marchas acompañada de mi voz,
lejos ecos de nuestros bellos sueños
donde el amor es dueño, es verdadero
y donde permanece el sentimiento.

Vivimos de acuerdo al pensamiento.
Tú en recóndito y feliz ensueño
y yo, siendo eterno prisionero
del recuerdo de tus locos besos.

Amor, amor tu hermoso cuerpo,
manos gráciles, pies serenos.
Amor, amor tu esbelto cuello,
fiel mirada, tus ojos negros.

Calmada, alegre y enamorada
en profundidad gritas, te quiero,
te espero con los brazos abiertos
cuando llegue tu subida al cielo.

Autora: María Cruz Pérez Moreno – acnamalas -
Derechos de autor reservados.
20/09/2019 Madrid. España.

 

Enciendo un cirio


Enciendo un cirio,
a todos los poetas
que con su pluma desvelada,
abren mares de sueños
con sus obras excelsas, inspiradas.

Una loa, a los vates,
que queman su juventud
en el camino solitario de las letras
en largas noches de plumas, despiertas.

Un cirio,
a los trovadores
que rasgan el papel de la rima rutinaria
y se lanzan al mar de lo renovado;
abriendo nuevos surcos
para los nóveles poetas.

Un cirio encendido,
para los poetas
que no claudican a sus ideales.

Un cirio de gloria,
para los poetas que marcan historia.
Para esos, que luchan por la paz blanca
con versos de acero.

Un cirio alado,
para los poetas que al cielo celeste marcharon.

Un cirio bien decorado
para los vates clásicos de antaño.

Un cirio,
para esos poetas
que no dejan apagar el candil de la fe,
a pesar de las sombras de guerras y el ecosistema dañado.

Un cirio de olivos bordado,
para los poetas
que luchan por un mundo más humano.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú

 

Siglo XXI

Mientras yo estoy en casa voy un libro leyendo,
y muchos niños juegan en la computadora,
celular y la red es dueña y señora.
¡Esta tecnología va el hogar desuniendo!

Mientras yo estoy versando, suspirando, escribiendo…
mis contados amigos van perdiendo la hora.
¡Qué dolor! la lectura didáctica no mora,
y en sus vicios se están en vano divirtiendo.

Mientras otros escriben de lujuria y soez
y viviendo, soñando en peor conformismo;
en fiestas, embriagándose de inútil ignorancia

yo aquí me encuentro solo y con toda abundancia
de verso, inspiración y el máximo lirismo
escribiendo de amor antiguo y calidez.

 

(Imagen # 2, octubre 2019)

Instante sublime

Imagen de un momento incomparable,
instante irrepetible en sinfonía.
Experiencia de la vida inolvidable,
ver en comunión belleza y armonía.

Estás en mi, en cada una de mis fibras
y en mi alma, incansable soñadora
como una utópica meta de la vida
para el corazón ardiente cuando goza.

Sentir alma y cuerpo unificados.
En plenitud goce de los sentidos.
Brillantes colores, aire perfumado.
Levedad de sentir lo ya compartido.

 

HIJOS de GAIA



Han nacido de Gaia por ventura,
moradores humanos en su tierra,
por la pampa, los bosques y la sierra
bondadosa germina su dulzura.

Con sus manos extiende la llanura,
la cosecha del hombre desentierra,
le concede su cuerpo que no encierra
a sabores que pintan su textura.

Ha plantado en su cara nubarrones,
con sus llantos florecen los jardines
que a sus niños con frutos alimentan.

Han bañado sus rayos los confines,
de armonía bendita sus salones,
con su vida los hijos se sustentan.

Dvaldés
​

 

Bailando milongas y tangos



Noche de boliche brillando;
bailando


giraban algunas morrongas,
milongas


con varoniles guachinangos
y tangos


viruta del piso, tamangos,
sacaban felices parejas,
algunas bastantes lentejas,
bailando milongas y tangos.





Matilde Maisonnave


​

 

Manos
Quiero escuchar lo que hablan estas manos,
minúsculos dedos sobre la piel ajada
de otros dedos más retorcidos de historia.
Llegan voces y mucho temo,
no quiero que sean mis pensamientos,
los abúlicos, siempre basados
en el dolor que me produce el dolor.
Ahhh, - ¡NO! -me gritan ellas-
Nosotras somos felices,
¿te imaginas?:
volvemos del jardín,
sembramos semillas,
y quedamos pintadas
de la esperanza de las flores.

 

Pinceles a la deriva



Pinceles a la deriva
que no finalice el cuento.
Se marchó envuelta en silencio
un negro día de invierno.

Hermoso su pelo largo
cobijaba mis deseos.
Ya nunca está mas la tengo
inacabada en el lienzo.

Cada día nuestro encuentro
la contemplo ensimismado,
solicito me regrese
y me de el último abrazo.

Su pelo negro en la espalda
y despejada la cara,
de nuevo miro y espero
su aroma en toda la estancia.

No hay motivo ni razón
para prolongar la espera,
la terminación del cuadro
sin conmutación se acerca.

Quedo dormido un momento
sueño un nuevo reencuentro,
mi amor salía del cuadro
solamente medio cuerpo.

Me rodeaban la espalda
sus brazos al descubierto,
un bisbiseo en mi oído.
Amor, te sigo queriendo.

Me desperté del letargo
ella seguía en el cuadro.
Sé que me diste un abrazo.
Sé que me estás esperando.

Autora: María Cruz Pérez Moreno – acnamalas -
Derechos de autor reservados.
13/10/2019 Madrid. España.

 

La función
(Img. 15 / 0ctubre de 2019)





Con dominio del cuerpo excepcional,

tu punta y la del libro en magnetismo

más destreza y potencia natural

en equilibrio exacto de un guarismo,


jugabas con la bola de cristal

mágicos trucos de malabarismo,

desde tu pie a tu mano que genial

la pasaba en el borde del abismo.


Apenas respiraba en el final,

anclada en mi butaca y mi mutismo

mientras te iluminaba aquel fanal


y los aplausos con fragor de sismo

vibraban en la luz artificial,

y yo muda de miedo en mi ausentismo.


Soñado mecanismo

de músculos, tendones y esqueleto,

mas la vigilia ha cancelado el reto.






Premio a la Poesía con imágenes
seleccionado por el Jurado de la Musa
con fecha mes de octubre 2019

Con todo el cariño de Mundopoesía.com​

Mundopoesía.com

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El mago del amor
(Img. 5 / Noviembre de 2019)







Has navegado el cosmos en tu extraño cometa

con la yema nutricia del amor escondida,

y el sol te ha regalado una antorcha encendida

para encontrar la ruta de este bello planeta.


Combinas con pericia en tu sabia probeta

el elixir secreto que impulsará la vida,

y en el rincón del alma donde mi sueño anida,

vierto con esperanza tu fórmula secreta.


Yo te esperaba, mago, vigilando las horas,

oculta por la bruma a la orilla del río

y de pronto has llegado entre ocasos y auroras.


Por tu ingenio la noche se librará del frío,

perfumará la tarde el sabor de la moras

con afables susurros de las brisas de estío.


Se llenará el vacío,

se animará la tierra,

se construirán escalas que superen la guerra.

Sembraremos estrellas en el vuelo de un verso

y será nuestro mundo jardín del universo.




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​

 

DECIR QUE DICEN

Decir que dicen
bellas palabras
que nos envuelven
en añoranzas.

Querer que estés
junto a mi cama
velar mi sueño
cubrir la espalda.

Decir que dicen
risa en la cara
alegre canta
va enamorada.

Amar ensueños
que nos atrapan
el cielo azul
en la alborada.

Decir que dicen
vas y regresas
junto a las flores
feliz me besas.

Autora: María Cruz Pérez Moreno – acnamalas -
Derechos de autor reservados.
09/11/2019 Madrid. España.

 

Es mi pena.

A veces creo que ellas me persiguen
-aparecen en todas las imágenes-
barcas abandonadas a su suerte,
reliquias de un pasado que navega
por la íntima deriva de los sueños.
Largas etapas kármicas incumplen
su final, obedecen a caprichos
de libres albedríos, en la fragua
del reloj que jamás se detendrá.
En los espejos de agua azul se observan
los cielos azules, todo es un manto.
Este pueblo de blanco se ha vestido,
aquí no existen sombras ni palabras
que anuncien estaciones terminales,
nadie llega ni parte de la isla
El campanario mudo allá a lo lejos,
respetuoso testigo de mi pena,
que es una barca sola, sola y quieta.
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