Conmigo se aburría

Estaba ya más que harto, hasta las coronarias, de mi sana y tediosa existencia. Es por eso que, por su cuenta y riesgo, decidió lanzarse a la vida bohemia haciéndose amigo de poetas que fumaban marihuana y escribían versos obscenos, de músicos depravados por cuyos cuerpos circulaban las mil y una sustancias prohibidas y de escritores fracasados y malditos cuyas novelas, inspiradas por el alcohol, nadie leía. Abandonaba el calor de mi cuerpo cuando caía la tarde, retornando a la mañana siguiente antes de que el sol alcanzara su apogeo; pero un día no quiso encontrar el camino de regreso y, desde entonces, no he vuelto a saber nada de él; se habrá instalado en algún pecho más intenso y ardiente, con más sangre en las venas.

 

Gracias, poeta y maestro, por tus resplandecientes palabras a este microrrelato de corazones desbocados, capaces de arriesgar la salud y la vida por un verso, por el verso, por la belleza.

 

Gracias, poeta y maestro, por regalarme un comentario tan sabio, original y certero.

 

Eso sucede, claro que sucede. Se quedan por allá, bien allá donde "se los divierte y entretiene mejor" entre perfúmeres encandalosos, luces y ruido, ¿y entonces qué hacemos de éste lado? Dar gracias diría yo...

Un gusto.

Hiba

 

Si es un hombre, "que le den"; pero si es el corazón, el asunto ya es más complejo... Gracias, compañera poetisa, por tu simpático comentario.