Se acabaron las disculpas

he pedido tantas disculpas
a lo largo de mi vida
como estrellas hay en el universo
sin haber sido yo la causante
de ningún holocausto
quema o caza de brujas
guerra
incendio
cataclismo
crimen o similar
que ya no me queda ninguna
también se me han agotado
las mejillas y los pies
que tenia de repuesto
para el que quisiera por gusto
y según su criterio
abofetear o pisar
ahora en cambio
mi estómago se ha transformado
en un enorme almacén
-producto del hartazgo
y de la paciencia de Job-
conteniendo millones de hectolitros
de mala leche y bilis
dispuestos para ser
violentamente arrojados
contra los malos gobernantes
las caducas monarquías
los mafiosos
los empresarios explotadores
los especuladores inmobiliarios
los banqueros ladrones
y avaros
los políticos corruptos
los militares
y demás poderes fácticos
las sectas
los fascistas
los neonazis
los dictadores
los racistas
los machistas
los violadores
los curas pederastas
los cardenales y obispos
el Papa de Roma
y dios, llámese como se llame,
porque definitivamente
son todos unos hijos
de la gran chingada
amén

 

¡Muy bien! Me has recordado una lectura lejana: Jacques Prévert.

abrazo
Jorge

 

Gracias, compañero poeta, por tu certero comentario.
saludos cordiales.

 

Gracias, compañero poeta, pues tu comentario me ha gustado mucho.
Saludos cordiales.

 

Me agradó mucho leer este magnífico poema. Es un Poema con mayúscula, de esos que hay que copiar y releer. Gracias Anna.

 

A mí también me pasa muy habitualmente el rezar una serie de improperios contra los desalmados del mundo. Me gustó mucho tu poema, mi voto y un saludo.

 

Lo que dices es duro, pero es así. Te llevas un me gusta.