Karma

Escupiendo desde arriba

a un calvo le quise dar,

demostrando mala baba

saqué esputo del paladar.


Cuál sería mi sorpresa

cuando impulso fui a coger,

que una bella ave de presa

su mierda dejó caer.


Acertándome en un ojo

al calvo no pude ver,

aún así lance el gorgojo

sin saber donde a caer.


El olor a excrementos

la sonrisa me borró,

soltando mil juramentos

un gendarme me escuchó.


Fue pura casualidad,

cuando alzó la vista al cielo

mi salivazo sin piedad

se chafó contra su pelo.


Buena multa me cayó

por escándalo y guarreo,

sintiéndome tonto yo

casi acabo como un reo.


He de confesar también

que de algo me di cuenta,

mejor hagamos el bien…

pues el karma nos frecuenta.




Con todo mi cariño a las personas con escasez capilar

 

Está muy bueno, te felicito, te quedó genial. Vaya coincidencias inexistentes, santos causa y efecto, me he divertido con tus ocurrencias en este poema humorístico. Saludos

 

Muchísimas gracias Felipe

 

El Karma no suele ser tan inmediato.
Es como la hipoteca, el embargo, el desahucio, vivir debajo de un puente...
O sea, lo que uno anhela es vivir en una gran mansión.
Pero hasta lograr dicho avance, uno ha de caminar bastantes pasos.
Más de cien.


O sea, ciencia-ficción, ciencias alternativas, ¡ Esoterismo !





Ciencia.
Con la religión por bandera, uno llega a meterse en un piso ( departamento, o apartamento ), y da gracias a Dios, porque la inmensa colmena no está en ruinas. Luego por tanto, ha de haber una ley de causa y efecto, para las mansiones, los helicópteros, los deportivos descapotables, o la puntería en la diana de dardos.


Hay ciencia para todo.

 

Y mucho por descubrir