Desprenderse

Ya no encuentro verdad en la alegría,
y si alguna encontré era impostada,
la sonrisa una mueca y la mirada,
cubierta por la gris melancolía.
¡Maldito sea el don de la empatía!
que carga a mis espaldas las condenas
de penas que lloré y eran ajenas.
Hoy quiero descalzarme tu zapato,
arrancarme la hiel, y por un rato,
danzar, danzar descalza, por mis penas.​

 

Estimada Isabel...
cito tu magistral y certera décima, porque me identifico con el sentir que expresas.
Te dejo un gran abrazo con cariño, respeto y admiración

 

Hola, Carlos, gracias por acercarte y leer, y por tu opinión. Si, efectivamente así es, se trata de una décima con endecasílabos. Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
Isabel.

 

Gracias Azalea, por esa franqueza con que te expresas y por ese entusiasmo que das a tus comentarios, prueba de tu mirada siempre generosa. Una suerte tenerte al otro lado de mis letras.
Un abrazo.
Isabel.

 

¡Hola! qué bueno que estés aquí, querida Eva. Hay en algunos de nuestros versos, algo que transmitimos que es auténtico, que va más allá de un mero ejercicio, puedes llamarlo musa; eso debe ser lo que hace que llegue al lector aunque no sepa de clásica; cuando logramos que el otro haga suyo el poema, ya sabes de que hablo...
Gracias por tu valioso y entrañable comentario.
Un abrazo.
Isabel.

 

Hola, compañero, gracias por acercarte y por dejar aquí tu huella.
Hermoso todo cuanto me dices, y que agradezco mucho.
Un saludo cordial.
Isabel.

 

Jajaja La verdad, José, es que, aunque bien sé con la seriedad que lees, y comentas a la perfección, de como te empleas a fondo en la lectura y en tu comentario, también es cierto que siempre me sacas una sonrisa, por tu simpatía y desde luego por ese halagador entusiasmo que, sobretodo, deja la huella de tu generosidad.
Gracias José.
Un abrazo desde mi isla.
Isabel

 

Mi muy querida Romi, me alegra tanto saberte aquí, y también sentir que te identificas con este sentimiento de desprendernos de las penas que nos desbordan, que nos doblan; para, ante nada, aprender a danzar sobre las nuestras.
Un abrazo enorme con el entrañable cariño que siempre te guardo.
Isabel

 

Hola Andreas, lo has captado a la perfección. Pasamos la vida desde niños con esa filosofía de ayudar a los otros, de ponernos en su piel, ningún sufrimiento nos debe ser ajeno, nos convertimos en algo así como un "muro de las lamentaciones" nos dejan la lamentación, y vuelan ligeros...Llega un momento en que hemos de desprendernos por pura supervivencia.
Gracias por estar aqui.
Un abrazo.
Isabel

 

El cariño es mutuo, además va acompañado de admiración y respeto por ti querida Isabel. Te dejo un afectuoso abrazo

 

Espero que tu melancolía sea impostura de tu impostura. Un beso, Isabel.

 

Un abrazo grande, y de nuevo gracias, porque hacer sonreír es un don, en los tiempos que corren.
Isabel

 

Gracias, mi niña.
Besitos.
Isabel

 

¡¡Amadeo!! qué alegría me da encontrarte de nuevo, como si volviéramos a clase todos.
Qué gracia me hace ese "Maestra". Mira que dices cosas hermosas, qué suerte tenerte al otro lado de mis letras. el placer, como no puede ser de otra manera, es mio siempre que me visitas y me dejas tu generosa huella.
Isabel

 

jajaja "Impostura de mi impostura," ¡¡toma ya!! Si, yo también lo espero, pero no se yo, ando muy ali-caída últimamente, nada importante , cosas de libélulas, las alas ya sabes...
Un beso de vuelta también para ti.
Isabel

 

Te gusta lo que a mi, ya ves, danzar sobre la pena y que me quiten lo"bailao", siempre nos pasa,debe ser que "empalizamos", somos así, jajaja
Mi querido Sergio, gracias por estar aquí, compañero.
Un abrazo grande.
Isabel

 

¡Hola, querida Marah! que alegría me da encontrarte de nuevo.Gracias por acercarte a leer y comentar.
Pues también yo aprendo de ti y de todos, ese es lo bueno aquí, ese contagio de poesía. Ese continuo aprendizaje.
Un abrazo grande Marah

 

¡Alonso, qué bueno encontrarme de nuevo con tus letras! Si, es cierto, a veces hemos de escuchar nuestra propia música, y danzar descalza sobre los charcos de lluvia. Gracias, querido compañero por tu cercanía.
Un abrazo entrañable, desde mi porche al tuyo, Poeta.
Isabel