Carta a mi madre

La ternura es la forma más modesta del amor.
(Olga Tokarczuk)
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CARTA A MI MADRE

Madre, me dices que la etapa oscura
ya te ha llegado y que tu miedo crece
mientras la vida va perdiendo altura.

Que el cuerpo poco a poco se adormece,
que el tiempo pasa como una cuchilla
y que la luz no es luz cuando amanece.

Es una luz serena de vainilla,
es una luz que alivia hacia la noche
que aguarda con su sábana de arcilla.

Y en tu voz no hay semilla de reproche
porque la vida apure el dulce incienso
y nos deje su polvo como broche.

¡En tu voz se percibe un río intenso
que reclama vivir y ser vivido!,
pero en el horizonte... un mar inmenso.

Te entiendo tanto, madre... Yo te pido
que en esta senda azul que te esmerila
no des jamás tu aliento por perdido.

No quiero verte en la primera fila
de un teatro sin gente, y a la espera,
con el telón temblando en tu pupila.

Yo quiero ser la luz de la vidriera
que acaricia las sombras de tu templo,
yo te requiero, madre, en mi ribera.

Y es que un mundo sin ti no lo contemplo
porque el frío que siento necesita
la ternura que llevas como ejemplo.

Tomará vuelo el tiempo que te habita,
¡pero ahora no toca!, madre, ahora
toca ser el instante que palpita.

¡El mundo te reclama con su aurora!,
¡que el rezo del tambor no te confunda!,
¡existes! y por eso tu alma llora.

Y nace en mí la noche más profunda,
y siento la belleza que me parte
con el misterio de su luz fecunda.

Aún te queda río por surcarte,
tenemos tantas cosas por hablar,
quiero que tú me cuentes y escucharte.

Compañera, rememos hacia el mar
y busquemos la llama en la flaqueza,
porque aunque a veces cueste navegar,
de algún modo, la vida, siempre empieza.


Kalkbadan
En Madrid a 19 de enero de 2020

 

Un poema formidable sin lugar a dudas que pone de manifiesto la ternura de un hijo hacia su madre. Y que a pesar del contenido triste que expresa, me gusta de manera especial porque pese a lo inevitable mantiene un tono de esperanza, y consigue a mi modo de ver inmortalizar el ahora, es decir detiene el tiempo en la pretensión de un amor eterno.Es un trabajo de categoría compuesto a base de tercetos magistrales.

Un abrazo Andreas,


Mickey Mouse

 

Me faltan palabras para valorar tanta ternura. Todo un poema que desencadena sentimientos.

Un abrazo, poeta.

 

¡Andreas! Veo que te has esmerado en darle perfección clásica a estos tercetos encadenados, forma también clásicamente establecida para las epístolas.
Es hermoso cuando la relación de un hijo con su madre alcanza el grado de madurez y de amistad que se refleja en estos versos; tuve una experiencia así yo también, y guardo esa ternura como tesoro.
Poder hablar amistosamente de la muerte es lindo, sin duda, de una intimidad desgarradora. Tuve en estos días una charla así con mi hermana mayor, de una conmovedora lucidez con sus ochenta años.

Veo que dos tópicos recorren tu poema: el de la luz y el del río; la primera asociada a esa vida, ese destello que perdura con el aliento; el segundo en relación con ese tiempo que transcurre hacia el mar, inmortalizada metáfora de don Jorge Manrique. A veces las metáforas hilvanan los poemas, como en este donde esa dialéctica de la vida con su tiempo produce tus hermosos versos.

Tu poesía suele ser tan íntima que es casi doloroso comentarla, viéndola objetivada...

gracias y abrazo
Jorge

 

Kalkbadan:

Podemos crear poemas y de la forma que deseemos,
de las múltiples que hay en la poesía clásica o
universal.
Podemos ser lúdicos, formales o simplemente
hacedores de un pasatiempo.
Podemos utilizar la voz que el poema amerite.
Podemos fingir, como decía Pessoa.
Pero no todos logramos que nuestra voz interior,
la que profundiza y se ramifica en sentimientos
logre superar lo que la forma encorseta.
Ya os han dicho que aquí por encima de la
conformación de los tercetos, subyace una
emotividad que supera reglas y licencias.
Ha sido todo un placer haberos leído.


Que tengáis un buen año.

 

¡Hola, Good! Efectivamente, este tipo de temática requiere inevitablemente de un proceso introspectivo contundente. Bello comentario. Muchas gracias por la lectura. ¡Saludos!

 

Amigo: he terminado de leer su poema con un nudo en la garganta. Para eso existen los buenos poetas, para hacernos sentir. Martí escribió que la poesía es tanto del que la escribe como del que la comprende, así que me apropio de su poema.Mi madre ha cumplido ya los 95 años, y me traslada el mismo sentimiento, así que imagínese si le comprendo. Pero yo no lo hubiera expresado con tanta belleza y si es posible optimismo, en versos formalmente impecables. Gracias por publicarlo. Saludos cordiales.

 

¡Luis! Pues me alegra enormemente que estos versos hayan sido de tu agrado. Son importantes para mí. Forman parte de esa poesía que uno va tejiendo dentro de sí con el paso de los años. Desde luego hay una edad en la que nos alcanza esa paz de vainilla. No queda de otra que escuchar a quien le llega. Escuchar y recordar lo valioso que resulta el eterno retorno de la consciencia. No queda de otra.
Un abrazo, querido.

 

¡Miguel Ángel! Me alegro mucho de que te gustase el poema. Y sí, compañero, ese ahora en el que vive la mente es al que debemos abrazarnos más que nunca. Ya no tiene sentido la esperanza (si es que alguna vez la tuvo) y la mirada hacia atrás puede sepultarnos de recuerdo.
Perseverar, en definitiva, en ese conato maravilloso por querer vivir a pesar de todo.
Gracias por tu lectura y comentario.
Un abrazo.

 

Querida Isabel. Me alegra tanto saber de tu lectura. Un abrazo fuerte, amiga, y gracias a ti por dejar tu huella.

 

¡Jorge! Me siento desnudo y feliz por cada línea que me regalas. Gracias.
Considero a mi madre, además de madre, una gran compañera. He escuchado a gente afirmar que este tipo de amistad no es posible; yo doy fe de que sí lo es. Y no es fácil, porque el dolor de quien tienes enfrente es también, plenamente, tu dolor, pero es el precio que hay que pagar. Es el precio del amor.
Y sí, hablamos de la muerte con naturalidad. Aún nos emocionamos recordando los recuerdos de siempre y es que estremece lo corto que resulta el relato de una vida. Así pues, compañero, compartimos la suerte de poder hablar íntimamente sobre la vida y, como no, de su muerte. Lo importante es que el motor de ese vértigo sea precisamente querer vivir. No hay que temer al temblor, a esa portentosa pesadumbre con que nos cerca la levedad. Si uno siente ese temblor, es que está vivo. Y como decía a Luis, quizá la única forma de evitar el marasmo al que nos lleva la paz final sea entregándonos en cuerpo y alma al eterno retorno de la consciencia. Aquí y ahora.

Efectivamente, el poema gira en torno a esos dos tópicos de luz y río. Ambas metáforas forman parte de la esencia de quien recibe estos versos.

Mucho te agradezco la visita, querido amigo.
Un abrazo.

 

Querido Vicente, muy agradecido por tu lectura. Un gusto saber que encontraste la ternura en estos versos.
Un abrazo y sigue bien.

 

El placer es mío, Lisandro, por este maravilloso comentario.
De verdad, muchas gracias.
Un abrazo.

 

Gracias a ti por por pasar y regalarme un comentario tan bello.
Encantado de saberme leído por todos vosotros.
Un abrazo.

 

Bonito poema con un sentimiento puro y un final triste pero real.

 

Precioso tu poema. Encantado de leerte.
Saludos.

 

Me alegra saber de tu lectura y que te gustara este puñado de versos.
¡Saludos!

 

Gracias, Ángel, por tu visita.
¡Saludos!

 

Me emocioné al leer este poema tan dulce y tierno a ese maravilloso ser que te trajo al mundo.

Preciosa y delicada entrega.

Felicidades y gracias por compartir.

Abrazos desde mi mar.

Felíz noche kalk.

 

Tu poema es precioso!! Muy conmovedores tus versos a la mamita. Te abrazo con el alma.
Me gustó pasar, gracias por compartir esta belleza. Saludos, Azalea.
Que pena que el internet no me ha dejado comentarte, se cae a cada rato, pero tenía que regresar, es muy bello.

 

Que amor más limpio, sincero y capaz que el de una madre, guerreras incansables que forjan la vida. Hermoso escrito, aplaudo tu pluma.

 

Qué poema tan emotivo has bordado en torno al amor de una madre. La mía partió hacia ese mar apenas en Febrero del año pasado. El día que lo publicaste hubiera cumplido 72 años.

Me ha gustado el lirismo, el tema en su conjunto llevado de una manera muy íntima e introspectiva que habla de ese amor y amistad con tu madre.

Saludos

Javier

 

Gracias a ti, compañera, por tu paso por estos versos y por la ternura.
¡Un abrazo!

 

Belleza de poema, como siempre; abrazo

 

Qué preciosidad de poema Luis, se amalgaman tantos sentires que sólo me queda un silencio inmenso en el corazón para saludar al tuyo.

Palmira

 

Un precioso y emotivo poema, todo pleno de ternura. Ha sido todo un deleite su lectura. Un abrazo.
Miguel