Mármol de chocolate

Siempre parece cuestión
de tiempo
develar el tallo
rebelde de las cosas.

Degustando dudas,
decidí morder la
mesada de mi
cocina, abandono
fugaz de menúes.

En el instante de
saturación de
las papilas gustativas,
sonó el teléfono.

Entendí enseguida
que me iban a
venir a buscar unos
señores de blanco.

Yo vestiría un
blanco indispensable,
como cada vez que
digo la molesta verdad.

El mármol de la
encimera
es una delicia derretida
por el suelo.

 

So pretexto de hacer comprensibles los comportamientos ajenos...
La gente los intenta introducir dentro de una manga pastelera.
Para, acto seguido, empujar con su brazo diestro, contra su costado, y hacer que salgan churros, dispuestos a ser fritos, en una sartén.
Ahora bien, si por ventura, dichos churros saben a espinacas, o a lentejas, o a arroz con leche...





¿ Cómo es posible ? ¡ Pero bueno ! ¿ Quién demonios es usted ? ¡ Fuera de mi casa !
¡ Fuera, fuera, fuera !
Habráse visto...


Yo quería churros.

 

Gracias por hacerme reír.
Buenas tardes.

 

Mamen: estoy muy agradecida por este reconocimiento que tanto ánimo me brinda.
Es una hermosa sorpresa. Seguiré trabajando para superme cada día.
Un saludo muy cordial.