El Sanador de caballos, de Gonzalo Giner

Terminado después de 17 horas. Sin duda es una novela de extrema belleza...

Como a nadie gusta, y a mi tampoco, no quiero dar ninguna pista de los pasillos de esta historia. Si acaso, solo lo que puedo relatar por ser personal son los sentimientos y aprendizaje que he padecido y adquirido.

Las historias se presentan a veces como castillos ante nuestros ojos, o como una ciudad amurallada a la que tenemos que asaltar sin armas que dañen, mas con almas que amen y mezan entre sus sentidos los que se derraman de ella. Y sabes que le has ganado la batalla y eres parte de ella, cuando percibes el aroma de la sangre y te dueles con los heridos. Cuando escuchas el gemido de los silenciados, o el estruendo de las espadas. Cuando casi puedes sentir como es el sabor de los besos anhelados y de las lágrimas de los amantes. Cuando tus yemas te duelen por el deseo de acariciar a algunos seres leales hasta la muerte. Y cuando puedes ver, que las letras son mas que letras, que son mapas, paisajes que te muestran toda la crudeza de la ciudad, pero también su hermosura...es entonces cuando sabes que la has tomado y al final, cuando te sientes parte de ella, lloras sobre su tierra...

Y yo que pensaba que para la lecturas tenia un corazón rodeado de fuertes sillares, que era infranqueable, esta historia a pesar de haberla vencido en diecisiete horas de asedio, ha derribado todos mis puentes.

Y solo puedo decir que esta ciudad llamada El sanador de caballos ha sido para mi mucho mas que una historia de un sanador de caballos.

El autor ha sabido dar latido a los corazones de los protagonistas. Hace meditar sobre lo que son realmente los verdaderos "pactos de lealtad" entre los "herederos de la tierra" que somos todos.

Como me gustan mucho las curiosidades he entrecomillado esas dos frases, porque aparecen en escritas en la historia y son dos títulos de libros que leeré este año. Una curiosidad nada más.

SHA.