El consumo de las almas

La puerta tiene marcos de espacio,

Con un horizonte de nubes repletas de lluvia,

prendidas con el ocaso de una larga vida.

He trabajado duramente, nunca a mis hijos

ni a mi esposa le a faltado el pan..

En este sitio encuentro paz…

Caminó hasta el árbol lentamente

donde se encogió a descansar.

Abuelo, ¡¿abuelito, ¡¿dónde vas?!...

Llora y suplica,…ignora al pequeño

Sin voltear hacia atrás,

Con su mirada ausente, se aleja…

y el niño comienza a llorar.

Sobre la fina hierva el dulce perfume

De un montón de estrellas encarameladas,

la pureza de su mirada,

Su mano arrugada acaricia el aire,

Como queriendo alcanzar...

Y una lagrima rueda por sus mejillas.

Ella le susurra al oido en secreto,

Otra vida para compartir junto a vos.

¡Levántate abuelo!, por favor no me dejes..


Déjame, Le responde con voz determinante.

He venido aquí a recordar…

​

 

Muy mágicas tus líneas querida amiga , y ese recordar te iso moldear con el alma tu poema.
Abrazos cordiales
Alberthy

 

La pureza de su mirada,
incumbe a unos ojos felices,
pues el cuerpo humano es un templo,
cuyas ventanas son los ojos,





y ¿ Cómo sanan ? Merced a un buen colirio.
Mi recomendación es la orino-terapia.
La más suculenta, es la primera orina del día.
Justo por la mañana, si bien, es cierto
que a medida que pasan las horas,
va caducando. En muchos tarros de cristal,
acumulo dicha mercancía.
Además, para regar las plantas del jardín,
viene de perlas, mezclándola con agua del pozo.
Aclaro que los rosales no quieren ese alimento,
pero los cipreses sí lo consideran nutritivo.
También los cedros y pinos, el naranjo, el limonero,
peral y yucas varias.
La orina también conviene,
para fortalecer el cabello, antes de la ducha.
Sería un bautismo dorado, puesto que muchos oyen,
pocos escuchan.

 

Abrazos cordiales y gracias por leer amigo.

 

​

Me pone muy feliz tu apreciación, un beso grande!

 

Bueno gracias por la recomendación. Este abuelito cansado recibe su muerte como un merecido descanso, supongo que amar siempre tiene la parte dura.

 

Amar tiene una parte dura, porque implica generosidad.