Lo siento, pero no sois diferentes

Me refiero a los próceres, teatrillo de palacios,
piscinas, automóviles, dueños del mercado,
vestidos con trajes sin rubor como la mentira.

Pensaron que su escudo refractaba la voz pura de los profetas,
no se creían iguales porque defecaban en váteres de oro.

Pero ahora es el tiempo de lo humano, ahora la desnudez
es la misma para todos, y ya no valen la ambición
ni el latrocinio ni la fosa con la que ellos nos martirizan.

Ahora solo sirven la máscara, el plástico
y un miedo en que reconocerse.

 

Muy profundo e intenso, me encantó leerte. Mis saludos.

 

No creo yo mucho, en el Miedo.
Creo más, en la evolución.





Entonces, todos somos Uno.
Por ello, próceres o no, científicos o no, mujeriegos o no, pintores de fachadas, o no...





¡ No hay diferencias !

 

Gracias,Ludmila, por leer y comentar. Un saludo cordial.

 

El miedo es ancestral, no hay evolución en eso.

 

Desde luego que no.
Siempre que pasa igual, sucede lo mismo.

 

Las personas que de verdad manejan este cotarro no tienen ningún miedo. Y no me refiero a los próceres ni garrulos que tenemos en televisión.

 

Vaya eso me confirma el sentido del poema. ¿Se creen inmunes?¿Quién habló aquí de televisión si ese medio es irrelevante?El poder, la ambición, la gente sin escrúpulos ¿se muestra ante las cámaras?. Pero son humanos verdad y claro que tienen miedo, como usted y como yo, aunque finjan que no.

 

Creo que las personas responsables de esta tragedia son las mismas que proporcionarán su solución. Yo no le tendría miedo a una enfermedad, cuando voy a patentar su vacuna.

 

Mejor no ser responsables de que algo como esto ocurra, no le parece. El problema es que antes de que encuentren la solución morirá mucha gente. Es usted un afortunado por no temer la situación actual, le deseo buena suerte.

 

Y yo se la deseo a usted también, pero mi dosis de temor ya la he recibido. Pasé más de una semana sin olfato ni gusto, y eso, a juzgar por los síntomas de mis compañeros de trabajo (excompañeros ya), me produjo gran inquietud, la verdad sea dicha.