Alarido.

Subordinados a la conciencia
de los hombres que se atreven
a matar sin consecuencias,
desatando la furia de la gente que protesta
con sus voces que se pierden en el aire.

Un solo alarido al unísono,
desgarrando los oídos,
desgarrando el aire infectado.​

Un solo alarido en el bosque de la perdición,
en medio de la bestialidad
donde los ciegos no pueden ser perturbados,
nos atan las manos
arrancándonos de tajo la esperanza.

Vamos muriendo en pro de la vida,
para abonar el terreno
y mañana florezcan sueños veganos
plantados sobre la sangre de los inocentes.

Eunice Salvaje.


​

 

La vida es así,sacrificio y realidades. Hermoso poema
Saludos

 

Un ciclo que parece infinito pero supongo que tendrá fecha de caducidad también.

Un abrazo,

Palmira

 

Muchas gracias por su amable comentario

 

Agradezco mucho su amabilidad al comentar