Déjame llorar en tu regazo

Lluvia que mi soledad castigas,
mientras lloro mi dolor impenitente.
Viento que con fuerza tú me azotas,
y me calas con el frío de la muerte.

Lloro en soledad pero no lloro.
Otros lloran mi dolor frente a tu muerte.
No estoy solo y sin embargo, así me siento.
Sumergido en el agua, ya sin suerte.

Perdóname mi amor, estoy herido.
Tu partida me dejó muy mal parado,
mas prometo que mañana habré partido,
a vivir nuevamente otros abrazos.

Pero ahora, déjame llorar en tu regazo.
La primavera ha terminado, vida mía.
Cual otoño deshojarme en mil pedazos,
es lo que quiero y necesito, en este día.

Hoy, todo es gris, lluvia y viento desdichado.
Hoy el lodo va ensuciando mis zapatos.
Marcho solo. Marcha fúnebre en el fango,
en el barro del dolor descontrolado.

En el ciclo de la vida hay esperanzas,
aunque el frío cale hondo en mis entrañas,
sé que mañana el astro sol, habrá salido.
Tengo fe... solo eso... ¡Amor mío!

 

Muy sentidos versos, pero con un sol por venir.
Un gusto leerlo. Saludos.

 

Hacía mucho que no publicaba. Gracias por animarme a seguir escribiendo.

 

Paso a celebrar sus versos estimado poeta,
en la distancia compartiendo la misma idea.

Abrazos fraternos (Romanos 5:8)

 

Una cascada de sentimiento que logro penetrar hasta las fibras de mi alma. Un placer leerle poeta

 

Ayyy qué preciosas rimas asonantadas amigo Héctor, rezuman sentimiento tus versos, y transmiten fe y esperanza, sin ellas es difícil seguir el sendero de la vida que nos hace desfallecer tantas y tantas veces. Encantada de leerte, besos con admiración y cariño....muááááacksssss

 

Tristes y hermosas letras
Un placer leerte

 

No cabe duda que la pluma iba cargada de inspiración!! un gusto pasar por aqui, saludos!

 

Un poema triste pero esperanzador Hector, me encanta. fue un placer leerlo. Un saludo muy cordial.