Poema a los momentos recordados

Desde el sofá de la pena,

una mano le sostenía el frío mentón,

que tras flaquear la cabeza, los ojos cerró.



Desde el sofá de la angustia,

quedó dormido sufriendo de tos.

Si ocuparse redujera la culpa,

afrontaría dolor tan precoz.



Desde el sofá de la congoja,

miró la cama junto al caloventor.

Del párpado se le escapó una gota,

como rezándole a Dios.



Desde el sofá de su infancia,

arrinconado se sintió;

crecer no es abandonar la patria,

es guardarla y cuidar del cajón.



Desde el sofá de la nostalgia,

recitó los cuentos del patrón;

y mis orejas gritaron que eran magia,

los desdobló con cuidadoso amor.

 

Yo guardo mis preciados momentos en una caja de zapatos.. tú crees?

 

Siempre hay lugares especiales para crear, expresarse, vivir y hacer vivir al papel en la mirada del lector que vibra.



Buen trabajo



Saludos Santander

 

jajjaja cada uno con lo que tenga, mientras lo atesore

 

Gracias, ¡un saludoo!

 

Bello, profundo y no menos real, cada verso es como la cajita de madera donde guardo los míos, y también el dolor de la tos hace derramar algún lagrimón. Me encantó, saludos Daniel

 

¡Qué alegría, gracias! Un saludoo

 

Es un bello escrito, un abrazo fraterno
Mauricio

 

¡Gracias, Mauricio! Va otro.

 

Gracias, Rosmery. Te mando un abrazo también.

 

Que belleza de poesía. Cuanta profundidad se refleja en estos versos. Cuanta verdad. Un gusto placentero el leerte. Aplauso para ti.

 

Un aire de agonía que se va sumiendo en el pasado, hasta desaparecer. Hermoso.
Muchas gracias por compartir, compañera Ellie.
Saludos cordiales.