Cuatro cosillas

Cuatro cosillas

Jamás soñé tener muchos millones,
si acaso dos o tres, para ir tirando,
sin trajes ni corbatas, pantalones
vaqueros y Lacoste, combinando.

Un auto suele dar preocupaciones,
en taxi o bien a pie, pues mientras ando
disfruto la ciudad, y en vacaciones
crucero y liquidez, y no ahorrando.

Paella los domingos, siempre fuera,
al cine y al teatro, y en la casa
la tele, módem, fibra y la nevera

a tope, que no quiero verla escasa,
y tras llegar al Cielo cuando muera
dirán: – ¡Si es de tu gusto, pasa, pasa!​

 

Pues eso, estimado Luis, con cuatro cosillas se empareja bien. Tiene toda la razón al comentar que cualquier vida precisa de sus finanzas. Muchas gracias por la lectura y el comentario.
Un saludo afectuoso
Salvador.

 

Genial soneto, amigo Salvador. Muy quevedesco, me gusta el buen sentido del humor en la buena poesía....

Un abrazo.

Paco

 

Muchas gracias, estimado Paco, por este acercarte a mis letras y dejar tu amable huella.
Un fuerte abrazo.
Salvador.

 

Simple y genial, como siempre.
Un placer leerte, Salvador.
Un fortísimo abrazo.

 

Y cómo extraño esas paellas... Una de las cosas que me sorprendieron en España desde el primer día es el buen comer; la algarabía de las tapas en la Plaza Mayor de Madrid no tiene parangón en mi patria...

Así es la vida, Salvador, hecha de pequeñas cosillas.

Para casar mejor con «a pie», diría «en taxi».

abrazo
Jorge

 

Si es que te conformas con nada y menos, cuatro cosillas para ir tirando. Yo también, sabes?
Arriba ese buen humor. Es grato leerte de nuevo.

Un abrazo.

 

Mil gracias, amigo Ángel por acudir a dejarme tu amable comentario. Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.
Con un muy fuerte abrazo.
Salvador.

 

La verdad, querido Jorge es que en España, la tradición del tapeo hace pasar muy buenos ratos, como señalas refiriéndote a es lugar tan de solaz esparcimiento que es La Plaza Mayor de Madrid.
Situado ese "en" que ciertamente queda mucho mejor.
Un fuerte abrazo.
Salvador.

 

Muchas gracias, querida Eratalia, por acudir y por dejarme tu huella, siempre simpática y entrañable.
Con un abrazo muy fuerte y fraterno.
Salvador.