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El caracol que quería volar

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Azulzurita, 29 de Enero de 2020. Respuestas: 1 | Visitas: 1176

  1. Azulzurita

    Azulzurita Volar soñando..Crear amando

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    Mujer
    I

    Hércules, era el nombre del caracol cuya madre había puesto a su querido hijo, quién había nacido en el año 1942, en la bodega del avión al que le hacía el honor con su nombre, por ser tan inmenso poderoso y único el sentimiento que ella le tenía, y se reflejaba en aquél impactante avión.
    Pero el emocionante viaje finalizó, cuando la carga del mas grande aeroplano construido hasta entonces, fue a parar a los campos de San Francisco California, junto con Hércules y su familia, donde crecería entre anécdotas de famosas travesías.
    He aquí con el paso del tiempo, Hércules ya mayor y con la pérdida física de sus seres queridos, fue quedándose solo, dándose cuenta que extrañar a los suyos, no los traería de nuevo consigo, había estado aferrado a su familia sin haber vivido sus propias experiencias, tampoco había forjado grandes amistades. Por lo que tomó la decisión de perseguir su sueño.
    Un sueño que siempre estuvo, anhelaba y ahora mas decidido que nunca, quería hacer realidad.
    Así fue como el caracol decidió dejar atrás la nostalgia de su feliz pasado, y emprendió la marcha por los extensos campos californianos, en busca de su destino, sorteando peligrosos depredadores, como aves, anfibios, insectos y otros. Ocultándose por la noche y avanzando durante el día.
    Hércules se preguntaba si viviría lo suficiente como para cumplir su sueño celosamente guardado, y que nunca atinó revelar a su familia, pero sintiendo que ya era momento de hacerlo. Necesitaba encontrar para ello, a otros caracoles como el, que lo ayudasen en su búsqueda para concretarlo.
    En media hora el caracol, solo lograba avanzar un metro, su objetivo era llegar hasta unos árboles que se hallaban a diez kilómetros de distancia de donde se encontraba, pero el intrépido caracol no desesperaba, no perdía la fe, aunque le llevase siete largos meses llegar hasta su objetivo. Es así que decidió no pensar en el tiempo y disfrutar el trayecto.
    Pasó un mes y el caracol ya no estaba tan seguro de poder continuar, faltaba tanto por recorrer, y no había encontrado en el camino a ninguno de sus pares, que le pudieran orientar en su búsqueda, sin embargo continuó su extenuante viaje.
    Luego de tres meses de recorrido hecho, Hércules ya sin fuerza, miró a los cielos tratando de encontrar en vano consuelo, sentía deseos de abandonar todo, cuando entonces al fijar nuevamente la mirada en su camino, pudo darse cuenta, dejando a un lado la desesperación que ya lo atosigaba, que los árboles que había visto a lo lejos tan pequeños, ya no lo parecían tanto, decidió así continuar, aunque lo embargara sin saber porqué, una profunda tristeza, mezclada con desesperanza.
    Pero fue cuando sin percatarse, otro caracol y para su sorpresa no uno sino una comunidad, se le acercaron.
    Hércules en ese momento se alegró inmensamente, no podía creer que estando a punto de flaquear, parecía que su suerte de un giro iba a cambiar.
    -Cómo estás pequeño caracol viajero.
    Habló el representante o al parecer líder entre los demás caracoles.
    -Nos hemos enterado de tu insistencia en querer llegar a las esbeltas secuoyas que se distinguen a lo lejos, te has hecho famoso por ello, pero nos intriga saber con qué fin has emprendido este camino, ya que pudimos comprobar tu existencia, nos podrías explicar el porqué de tu hazaña?
    Hércules entusiasmado compartió con la comunidad de caracoles su historia. Les contó que había nacido en un avión y vivido parte de su vida volando, que su sueño era el de vivir y morir en un aeroplano, entrar en contacto con el mágico cielo, al que sentía como su verdadero hogar.
    Al finalizar el intenso relato, los demás caracoles se miraron unos a otros desconcertados, algunos sonrieron ante la rara inocencia del caracol, terminando el líder por explicar a Hércules, que aquello que soñaba o luchaba por alcanzar,era eso, tan solo un sueño, el cual a su entender sería imposible concretar.
    No lo quería desilusionar, pero su deber cómo representante y protector de su comunidad, era hacer ver la realidad de sus posibilidades al inocente caracol, como simple molusco terrestre que era.
    Hércules ante tal devolución, lejos de desilusionarse o desistir, mostró enojo, hizo ver a sus pares, que el si creía en si mismo, que no había llegado tan lejos por casualidad, sino por su perseverancia y tenacidad, continuaría así con su viaje demostrando a su especie, que cumpliría y concretaría su sueño, a pesar de las incertidumbres u obstáculos.
    El líder enmudeció ante la seguridad y convicción de las palabras de Hércules, admiró su firmeza y decisión, pero también lo compadeció, le deseo suerte en lo que pensó, sería tal vez sólo un viaje de ida para éste.
    Hércules detectó la compasión con que lo observaban, pero se llenó de fortaleza.
    Se despidió diciendo "Nuestros sueños se pueden alcanzar, si tenemos el coraje de perseguirlos" (anónimo).
    Luego se alejó del lugar, continuando con su camino.

    II

    Pasaron meses, y el caracol viajero se acostumbró a andar casi sin parar, ya no le pesaba el cansancio, había aprendido a camuflarse evitando a los depredadores, había modificado su carácter que ahora era paciente y sereno, no le molestaba recorrer el camino, se había desconectado de pensamientos negativos y entre tanta reflexión, había logrado perdonar a los suyos.
    Finalmente comprendió, que lo realmente importante para el era avanzar, eso lo hacía sentir libre, vivo, ya no necesitaba demostrar nada al mundo o a si mismo. Llegó a comprender que había encontrado muchas cosas importantes en el trayecto hacia su sueño, quizá aún mas importantes que su propio sueño.
    Hércules sintió la necesidad de detenerse por un momento, cerrar sus ojos. Quería sentir su alma, escucharse en la profundidad de su espíritu, se preguntó finalmente si era realmente importante para el volar, como toda su vida había pensado, se lo llego a cuestionar.
    Pero en cuanto no pudo hallar respuesta, abrió sus ojos, levantó su mirada y se encontró de frente con el inmenso y anhelado árbol,
    un hyperión, en el camino se enteró que se llamaba así a esos altísimos árboles de grueso tronco color marrón rojizo.
    Hércules sorprendido no podía creer, se quedó admirado, contemplando la altura y tamaño de aquél majestuoso árbol, todo el tiempo pensó en subir hasta su copa, logrando así alcanzar un avión que le hiciera surcar los maravillosos cielos.
    El caracol al observar el imponente árbol, dudó por un instante en lograr su cometido, pero una vez mas pensó en positivo, se dijo.
    Va resultar emocionante ahora ya no ir mas por tierra, todo será diferente, cuesta arriba.
    Le parecían poco los ciento cincuenta y cinco metros de altura que en aquél árbol debería recorrer, según estimaba, es así que decidido y feliz, comenzó finalmente a reptar por este.
    Nada mas se supo de hércules, y mucho se dijo entre los demás caracoles.
    Algunos cuentan que llegó a la cima, y convirtiéndose en águila levantó vuelo, alejándose del lugar para nunca regresar.
    Otros relatan que llegó a la rama mas alta de la secuoya donde pudo aferrarse a las alas de un avión que pasó rosando su copa, cumpliendo el sueño de volar por siempre.
    Y otros comentan que simplemente llegó a la copa de aquél árbol y descubrió la felicidad de estar en contacto con el cielo, más cerca del amor de su familia, a la que siempre recordaba, quedándose a vivir allí por el resto de sus días.
    Lo cierto es que Hércules mas allá de toda anécdota, pasó a ser ejemplo para muchos, de coraje, valentía, perseverancia, grandeza de espíritu y logro, que quedarán por siempre en el grato recuerdo y corazón, de aquellos que lo conocieron.
     
    #1
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  2. luna roja

    luna roja Princesa de fuego

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    5 de Enero de 2015
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    hermoso tu cuento :)
    me encantó
    gracias por compartirlo
     
    #2

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