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Cachumpy .- La Oveja y el Lobo.

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por José Ignacio Ayuso Diez, 7 de Enero de 2019. Respuestas: 4 | Visitas: 1276

  1. José Ignacio Ayuso Diez

    José Ignacio Ayuso Diez Epicuro y la ataraxia, sin miedos ...

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    Historias de Cachumpy.-

    Cachumpy era un niño mágico, de otro tiempo, vivía en una estrella. El viajaba por el Universo a la velocidad de la luz y vivía historias que en mis sueños me contaba. Tenía la magia de transformarse. Allá donde viajaba su aspecto cambiaba.

    “Cachumpy - La Oveja y el Lobo”.

    Cachumpy, una vez se convirtió en árbol, un árbol muy pequeño, chiquitito, casi no se le veía. Estuvo a punto de ser comido por una oveja.

    La oveja era grande de muchos colores, la cabeza era verde y tenía los ojos de color rosa. La lana del cuerpo era de color violeta y las patas, las patas cada una era de un color distinto, pero lo más sorprendente es que cada vez que las miraba cambiaban de color y por la noche cuando caminaba, llevaba unos botines que se iluminaban.

    Una noche la oveja estaba comiendo cerca de Cachumpy y casi se lo come, pero en ese momento la oveja escuchó el aullido de un lobo, y se detuvo temblando de miedo. Entonces Cachumpy empezó a mover las ramitas y a dar gritos para que la oveja le viera.

    -“Hola, estoy aquí. Aquí abajo. Delante de ti. Hola, hola. Oveja, aquí…”

    Pero la oveja no lo veía, miraba para todos los lados buscando al lobo que aullaba. Tenía mucho miedo.

    Hasta que vio a Cachumpy moverse y hablarle, no se lo creía. ¡Un árbol que hablaba!.

    La oveja le preguntó:

    - “¿Quién eres? Nunca había visto a un árbol hablar. Tienes la voz de un niño. -Le dijo.- “Pero no puedo quedarme contigo hablando, tengo que irme ¿No escuchas a ese lobo? ¡Me da mucho miedo!”

    Cachumpy le dijo:

    - “Nooo¡. Espera. No te vayas. No te das cuenta que el aullido del lobo es un aullido triste. Ese lobo no está de caza. No te va a comer.

    Entonces Cachumpy le contó a la oveja la historia de ese lobo. Que se había roto una pata y como no podía cazar, su familia de lobos lo había abandonado en la cueva de la montaña. Donde vivía solo. Y todas las noches, cuando la luna brillaba mucho, aullaba de tristeza.

    La oveja se quedó escuchándole con mucha atención y aunque al principio sintió miedo ahora lo que sentía por el lobo era pena.

    Entonces la oveja le preguntó por donde se iba a la casa del lobo.

    Cachumpy, sorprendido del cambio que había dado le dijo:

    -“Está bien, te lo diré… si me llevas contigo”.

    La oveja empezó a balar de risa. Así: “beee-beeee-beeee”

    Y le contestó:

    -“Pero arbolito, como quieres que te lleve si tú estás clavado en la tierra y si te arranco, te morirás, estás loco”

    Entonces Cachumpy le dijo:

    -“Ya lo se, pero no me importa si puedo estar hasta que me muera al lado del lobo, para que no esté solo”.

    Entonces la oveja dejó de reírse. Se dio cuenta que el arbolito era bueno y que no le importaba sacrificarse por el lobo. La oveja en ese momento sintió un cariño tan fuerte por el arbolito que le prometió que le ayudaría y lo llevaría hasta la casa del lobo.

    Pero primero tenía que arrancarlo. Entonces con sus pezuñas estuvo haciendo un agujero alrededor del arbolito cerca de la raíz, con mucho cuidado, para poder sacarlo sin que se rompiera. Después, abrió la boca y lo tomo por el tronquito, muy cerca del suelo, tirando poco a poco, hasta que pudo levantarlo. El arbolito no decía nada, ni siquiera se quejaba, (tenía miedo de que si se quejaba la oveja no lo arrancaría, ni le haría el favor de llevarlo). Así que, mantuvo su boca muy cerrada y no se quejó nada, nadita. Aunque yo creo que un poco sí le dolía. Pero bueno, era muy valiente y se aguantó.

    La oveja con mucho cuidado lo llevaba en su boca por el camino que el arbolito le iba indicando, hacia unas rocas grandes que estaban en lo alto de la montaña, allí había una cueva donde vivía el lobo. Como esa noche la luna brillaba mucho se veía muy bien y además como la oveja tenía unos botines con luces, no se tropezaba con las piedras.

    Cuando estuvieron cerca de la cueva Cachumpy le dijo a la oveja:

    -“Como el lobo está cojo, seguro que no puede caminar con facilidad entre las rocas, así que nos subiremos por encima de la cueva, para que nos de tiempo a contarle nuestro propósito, que seguro que lo entiende, y si no fuera así, a ti, ovejita, te daría tiempo para huir y ponerte a salvo. ¿Qué te parece mi idea”.

    La oveja se quedó pensando un poco. Ummm. “Sí, tienes razón, es una buena idea. Siempre hay que tener un plan B, beeee-beeee”.

    Se subieron por encima de la cueva, viendo que el acceso era bastante difícil y más aún para un lobo cojo.

    El lobo seguía aullando, con la misma tristeza que al principio, así que esperaron a que parase un poco para coger aire y en ese momento, los dos a dúo, gritaron: -“Hoooolaaaa, señor Looooboooo”. “Hoooolaaaa señor Loooobooooo”. Así varias veces.

    El lobo había dejado de aullar. (Eso significaba que les había oído).

    Entonces la oveja se puso muy nerviosa, con mucho miedo. Y decía:

    - “No veo al lobo, no lo veo…no se dónde está…”.

    Y de repente, escucharon una respiración muy fuerte tras su espalda, al darse la vuelta vieron los ojos de un lobo, un lobo enorme, muy grande, con unos dientes muy blancos y muy grandes también. El reflejo de la luz de la luna le iluminaba la cara y los ojos le brillaban. Antes de que se abalanzara sobre ellos, Cachumpy gritó con toda la fuerza que le quedaba, pues se estaba debilitando al estar fuera de la tierra.

    En ese momento el lobo, se quedó parado, sorprendido, al ver que era el arbolito que tenía la oveja en la boca quien gritaba llamándole. Entonces la oveja dejó al arbolito en el suelo y le dijo al lobo:

    -“Perdón, lobo, no queríamos molestarte, pero venimos a hablar contigo”.

    El lobo, en ese momento, escondió los dientes y le dijo:

    -“Está bien, os escucho. ¿Qué tenéis que decirme?. - Con una voz muy seria -.

    La oveja le contó la propuesta que le había hecho el arbolito, que quería hacerle compañía.

    El lobo al escuchar la propuesta, miró al arbolito y una lágrima se le escapó de sus ojos, que antes eran fieros y ahora se habían vuelto tiernos, amigables.

    Entonces Cachumpy vio que era la ocasión para dejar claro lo que él quería y que no le había contado a la oveja.

    Le dijo al lobo y a la oveja: -“Ya sabéis, que a mí me queda poco de vida, pues no me puedo alimentar al no estar plantado en la tierra. Y cuando yo me muera, tú, lobo, te volverás a quedar solo”.

    -“Es verdad”, dijo la oveja. –“No había caído en eso”.

    La oveja se entristeció de repente, sin darse cuenta que el lobo la estaba observando.

    Entonces el lobo, le dijo a la oveja:

    -“Por qué te apenas, oveja, si ni tú, ni yo, somos de la misma familia y normalmente siempre hemos estado enfrentados. Nosotros los lobos, para alimentarnos, a veces cazamos y comemos corderitos”.-

    -“Ya lo se - le contestó la oveja - Pero al mirarte, solo veo que estas solo y triste, y no veo que seas tan malo. Además, yo también estoy sola, no tengo a nadie, me perdí siendo pequeñita y nunca encontré a mi familia”.

    En ese momento, el arbolito, que ya le quedaba poco tiempo, respiró con fuerza, les miró y les sonrió. Y dijo:

    -“Ahora que veo que vais a ser amigos, ya me puedo morir tranquilo, sabiendo que nunca estaréis solos ninguno de los dos”

    Entonces el arbolito les pidió que se acercaran a él y les abrazó con sus ramitas todo lo fuerte que pudo. Sus ojos se le fueron cerrando poco a poco. Hasta que se quedó dormidito para siempre. Y en ese momento, desapareció. La oveja y el lobo no se lo podían creer. De repente, como si fuera magia, se escuchó el canto de un búho blanco que estaba en lo alto de un pino, en una rama, mirando a la parejita y les guiñó un ojo.

    Cachumpy, con su magia y su bondad, hizo que un lobo y una oveja vivieran juntos para siempre dándose compañía. Nunca más el lobo aulló de tristeza a la luna llena.

    Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado…

    FIN…

    (Pero Cachumpy seguirá viajando… )


    José Ignacio Ayuso Díez
    07 de enero de 2019.
     
    #1
    Última modificación: 8 de Enero de 2019
  2. Eratalia

    Eratalia Con rimas y a lo loco

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    ¡Ay, ay, ay... qué cosa tan tierna y tan bonita! Cuánta magia y cuánto cariño unidos... Pero el arbolito era un poco pillastre, que iba de buenísimo porque sabía que no se iba a morir aunque lo fingiese. Así cualquiera se sacrifica.

    Pues que me ha parecido un perfecto cuento infantil.
    Un abrazo.
     
    #2
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  3. José Ignacio Ayuso Diez

    José Ignacio Ayuso Diez Epicuro y la ataraxia, sin miedos ...

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    Muchas gracias Eratalia por tan bonito y cariñoso comentario.
    Es que ese arbolito era Cachumpy disfrazado, y Cachumpy es mágico y todo corazón, no le importa sacrificarse para hacer el bien. Hubiera hecho lo mismo aunque supiera que se iba a morir. Pero no se puede morir porque tiene que seguir haciendo el bien. (Me dio pena matarlo):rolleyes:

    Me alegra que te haya gustado Era, un beso. José I.
     
    #3
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  4. Eratalia

    Eratalia Con rimas y a lo loco

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    Pero hay más historietas de Cachumpy?
     
    #4
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  5. José Ignacio Ayuso Diez

    José Ignacio Ayuso Diez Epicuro y la ataraxia, sin miedos ...

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    Hola Eratalia, te quería contestar cuando lo supiera, hoy por hoy estoy esperando a que Cachumpy me haga una señal y me cuente alguna nueva aventura que haya vivido, pero desconozco su paradero; así que no me quedará otra que ir en su busca. Ah! no lo tomes como una amenaza... cuando lo encuentre ya veré lo que hago.
    Un beso. José I.
     
    #5
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