Mis Reyes Magos (Soneto)

(A mis padres)

Recuerdo que al poner las zapatillas
en el zaguán cercano a mi ventana,
soñaba levantarme en la mañana
para encontrar carbón y peladillas.
Fueron los Reyes Magos que a hurtadillas,
entraban al arrullo de una nana,
tan tierna, familiar y tan cercana
que eran besos de luz en mis mejillas.
Con manos de algodón y de ternura
y un saco de emociones compartidas
mis padres los juguetes me dejaban.
Desperté contemplando su figura
bajo el zaguán mirándome a escondidas.
Mis zapatillas en su mano estaban.

PepeSori
SafeCreative
Diciembre2020​

 

Tuvimos suerte, Pepe. Que los Reyes Magos sean los padres no desvirtúa que lo sigan siendo para siempre en ese lado infantil que todos conservamos.
Nuestro admirado Miguel Hernández no tuvo esa posibilidad:

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Eran otros tiempos, claro.
Buen poema y cumplido agradecimiento a tus padres por aquella ilusión regalada.

Un abrazo.

 

Un soneto precioso, lleno de ternura, querido Pepe. Vicente, con toda oportunidad, ha traído un fragmento del poema de Miguel Hernández de la noche de reyes. Recuerdo con cuánta ilusión mi padre esperaba a que alguien golpeara esa noche en el piso de arriba de la casa familiar del pueblo y cómo encabezaba la temerosa comitiva que al final descubría los regalos en cada una de nuestras camas. Luego sería yo el que colocara regalos. Una tradición llena de sentido para todos.
Un fuerte abrazo.
Salva.

 

Gracias querido Salvador, ayer como le dije a Vicente estuve leyendo a Miguel Hernández y entre otros el poema que el apunta, surgieron los recuerdos de la infancia, la inocencia descarada e infantil de los años en que nuestros padres a pesar de las penurias de la época siempre se convertían el día seis de enero en los Reyes Magos.
Gracias por dejar tu comentario Salvador, un abrazo

 

Con este bello soneto he revivido episodios de niñez que viene bien recordarlos de vez en cuando, gracias por compartir estas vivencias irrepetibles Pepe.- Abrazo.
Miguel.

 

Estimado Pepe, extraordinario poema que me ha gustado mucho. En lo que refiere el fondo pues trata una costumbre prácticamente desconocida en mi patria o al menos en el entorno en que he vivido mis cincuenta y tantos años, acá la espera del regalo "obligatorio" es la noche buena con la llegada del Niño Jesús, y el regalo de Reyes Magos es "opcional" casi nulo de acuerdo a las condiciones económicas de los padres. Me extiendo para no dejar mi repuesta en un simple me gusta si no compartir con usted un poco de nuestra tradición venezolana como respuesta al didáctico soneto que sabiamente ha compuesto. Un placer siempre estimado amigo y poeta.
Mis saludos y respetos MANUEL

 

Gracias Miguel, cosas del "tempus fugit" y estas fechas de añoranzas familiares, gracias por leer y pasar
Un abrazo

 

Gracias Manuel. Aquí afortunadamente y a pesar de la influencia anglosajona que nos devora, sigue manteniéndose de modo principal el día de los Reyes Magos para los niños, aunque cada vez más Papá Noel va ampliando su camino.
Ahora se dan una parte de los regalos en Nochebuena, pero los niños siguen alimentando la ilusión del día de Reyes, les remiten una carta a través del cartero Real, el día 5 de enero se celebran unas cabalgatas fantásticas en todos los rincones y lugares de España, con la presencia en las mismas de los Reyes Magos (pueden estar en varios sitios a la vez, es potestad divina), y por la noche los niños ponen sus zapatos al pie del pesebre o Nacimiento, a la entrada de la casa, o en el salón de estar, de modo que por la mañana al despertar encuentran los regalos, en mis tiempos escasos juguetes pero mucha ilusión, y algún trozo de carbón (un azúcar con forma de) que indicaba lo buena o mala que había sido tu actitud infantil a lo largo del año, cuanto más carbón peor y más travieso.
Un abrazo con mi agradecimiento de nuevo por comentar.
Pepe