Caligrafía. Soneto con estrambote

Buenas tardes, compañeros mundopoetosos, con un apapacho por delante, les hago llegar este soneto satírico.

Caligrafía

Con sólo dar un clic mando mensajes,
con íconos expreso yo emociones
que acompaño con tiernos corazones
y fotos de ilusorios personajes.

Ya no gasto ni en timbres ni en pasajes
ni sufro en el camión apachurrones,
no piso por la calle evacuaciones
ni paso por vergüenzas y corajes.

Los perfumados papelitos rosas,
la letra Palmer, pulcra y adornada,
y la goma del timbre en la saliva,

son costumbres añejas y curiosas,
hoy basta con echar una mirada
y toma el celular la iniciativa.

Es cosa positiva
esta opción que la máquina plantea
para los que tenemos letra fea.

 

Es verdad, pero extraño al cartero, esa espera de noticias que navegan. Reconocer la letra de quien envía el mensaje.
El siglo 21 nos ha quitado esa rareza . Hoy tomamos un café, somos dos, pero somos tres, el celular está allí para interrumpir.
Quisiera decir más, pero ya lo has dicho tú. Abrazo poético.-

 

Hola, Luis
Gracias por tu cometario, en efecto, las cuentas bancarias y los recibos de luz y gas le han quitado esa mirada romántica que teníamos del oficio de cartero, yo tampoco recurro mucho a escribir de puño y letra, aunque a veces lo hago simplemente para no perder demasiadas conexiones neuronales; por otro lado, el escribir mis versos directamente en el ordenador me ha traído una ventaja, ya que antes de usarlo rompía los versos que no me gustaban, ahora me la pienso dos veces antes de hacerlo y, aunque la tentación de borrar está a un clic, generalmente lo evito. Un abrazo.

 

Hola, Catia
Es cierto que el tiempo de espera que transcurría entre la escritura meticulosa, el envío de una carta y la recepción de la respuesta, generaba muchas expectativas, ahora se manda un mensaje de tres líneas, dos de ellas son íconos y nos molestamos si el destinatario no contesta en dos minutos o, peor aún, nos deja en visto. Por cierto que los carteros de antaño bien merecen que se les dedique más de un poema.

 

Fíjate que sí, Miguel , la tecnología es un arma de doble filo , creo que con todo y que tengan letra fea , preferiría en estos tiempos una cartita perfumada , que me enamoraran a la antigua .
Me ha dado gusto leer tu bella poesía en contenido y forma .

Creo que en el primer terceto al final del primer verso procede una coma después de rosas.

Tu poema me evocó una canción de Pedro Fernández.
Te la dejo colgada aquí .
Abrazo .

 

Hola, Elba
Gracias por la lectura, en efecto la letra manuscrita vuelve inconfundible al autor de su escritura, y, aunque no llego al extremo de creer en la grafología, algo de su particular modo de ser se revela en ella; te comento que ya corregí el detalle que señalas, gracias por tu observación. Y desde luego que sería muy lindo que alguien, aún en estos tiempos, nos escribiera una carta de amor.
Gracias por el envío de la canción.
Apapachos,
Miguel

 

Sí, a mí resulta verdaderamente triste que se haya pardido la vieja costumbre de la escritura a mano.
Suponía una estética añadida al contenido de un texto. Te soy sincero, tampoco yo escribo ya de manera ológrafa, tan solo para firmar; y hasta eso está desapareciendo con la firma electrónica.
¡Qué pena, ya apenas se venden plumas estilográficas! Las nuevas tecnologías nos lo están cambiando todo.
Buen poema de denuncia.

Un abrazo.

 

Toda una genialidad,poeta.un abrazo.

 

Ay, las cartas escritas a mano... o con pluma estilográfica ya el summun del delirio.
Pero mira, todo es más cómodo, rápido y efectivo. Nos queda la nostalgia.
Buen soneto con su estrambote y todo.
Un saludo cordial.

 

Estos aparatos tecnológicos
nos hacen parecer seres ilógicos

Estos más de 50 años a cuestas me hacen añorar los viejos tiempos, las cartas a las novias, que rociaba del perfume de mi hermano mayor, escritas sobre papel carta al que le requemaba un tanto los bordes para hacerlo parecer un antiguo pergamino; los mensajes a través de la amiga o el amigo, las llamadas desde teléfonos públicos, en fin amigo, todo eso ya se acabó pero mientras duró fue maravilloso.
Todos estos recuerdos me llegan de tu poema.
Un abrazo

 

Hola, Kim
Te agradezco de corazón tu lectura, es muy generoso el comentario que me haces.
Un abrazo:
Miguel

 

Hola, Manuel
En efecto era toda una tradición el mandar mensajes escritos, a los que con tino menciones, yo agregaría el detalle de aquellos que se pasaban de trasmano en el salón de clases y que si alguien interceptaba, podía divulgar quién era la persona que te gustaba, toda una época. Veamos de qué más nos acordamos a ese respecto.
Un abrazo
Miguel

 

Con qué desenvoltura tachas esta situación tan común en la cual, aún siendo aficionada al papel, confieso verme a veces reflejada, echaré la culpa a las prisas.

Buena poesía y buen sentido del humor.
Un placer la lectura de tu soneto.

Un saludo cordial,

Eva

 

Hola, Eva
Me congratulo de que el soneto te haya gustado, en efecto, los hábitos de comunicación han cambiado y hacer muchas cosas y rápido parece ser una exigencia corriente.
Te mando un apapacho
Miguel

 

Hola, Isabel
También yo tuve mis sesiones de caligrafía, aunque no tuve a las estrictas monjas cono maestras, sino a profesores de escuelas públicas, de todos modos, confieso que nunca llegó a ser tan buena y siempre me quedé con las ganas de aprender a escribir con una estilográfica, que por acá conocíamos como pluma fuente, nuestra herramienta era un bolígrafo cuya tinta siempre insistía en no quedarse en su lugar y terminaba en lugares inusuales, como las manos, el bolsillo de la camisa o la cara, con el consecuente dolor de cabeza de nuestras madres; también en casa esperábamos con ansia las misivas de mi hermana que durante décadas vivió lejos. Los carteros, esos sí que eran todo unos personajes, aunque de momento no recuerdo a ninguno en particular, me parece que bien merecen ser homenajeados con unos versos. Concuerdo con que la paciencia tiene un dejo melancólico digno de un poema largo, mientras tanto dejo aquí este soneto con un gesto de ironía y de añoranza. Por cierto, como tal vez te hayas percatado, me gusta jugar con el lenguaje, así que en un ejercicio mnemotécnico se me ocurrió que eres "Isabelula"
Te mando un apapacho
Miguel

 

Entrañables esos recuerdos que alborotas con tu hermoso soneto, y es que
es lo que tanto extrañamos todos los que nos gusta escribir, una hoja y la
pluma o el lápiz. Confieso que me encanta escribir poemas en un cuaderno
que aún conservo, eso me hace sentir como una niña jugando a las letras.
Rico leerte y disfrutar de tu genial es letras, gracias por el momento.
Besitos cariñosos apretados en tus mejillas.

 

Hola, Anamer
Celebro que el soneto te haya transportado hacia esos buenos recuerdos, yo aún trato de usar la pluma y el papel, pero no consigo concluir mis versos allí, termino haciendo tantas enmendaduras que al final termino mis trabajos en el teclado, eso no obsta para que siga admirando la buena caligrafía, creo ahora más que antes.
De corazón, te dejo un apapacho
Miguel

 

Un muy simpático soneto, estimado Miguel; yo, que siempre tuve mala letra, sufrí en la primaria pública los ejercicios que me hacían hacer en unos cuadernos de caligrafía, que venían con una especie de pentagrama, para el caso un trigrama, para controlar las dimensiones de las letras. Escribir matemáticas es siempre más fácil con lápiz y papel, así que sigo usándolos. Cartas... hace mucho que no envío, aunque he enviado algún libro por correo recientemente.

Estos recuerdos provocados por el avance tecnológico parecen ser una fuente interesante de poesía...

abrazo
Jorge

 

Hola, Jorge
A mí tampoco se me dio mucho la buena caligrafía y tardé en aprender a escribir medianamente legible algunos años, aún tengo la esperanza de mejorar la letra , aunque a decir verdad es en la HP donde hago la mayor parte de la escritura.
Gracias por visitar el soneto. Un abrazo
Miguel

 

Un entrañable y excelente soneto. Ha siso un placer. Un abrazo muy cordial.
Miguel

 

Hola, Miguel
Muchas gracias por tu comentario, correspondo con mucho gusto a tu abrazo.
Miguel