Pienso en alto

Entiendo, oportuno aviso para navegantes. Quien siembra vientos recoge tempestades.
Por mi parte, marinero de afición que soy, recurriré al conocido refrán: cada palo que aguante su vela.
A mí, ya ves, me han vetado la entrada a puerto con mi intrépido velero por arremeter levemente contra un arrogante bucanero en una causa ajena, la tuya. Pero, ya sabes, donde manda capitán, no manda marinero. Te haré una confesión en voz baja: si yo expresara aquí todo lo que de verdad pienso de los comportamientos de algunos poetas que por aquí han transitado me habrían tirado por la borda hace tiempo con dos grilletes al cuello.
Por razones de sana convivencia he contemporizado; me conforta y me mantiene la mayoría de la gente de a bordo. Por eso sigo en cubierta.
Y en la necesaria brega.

¿Pasar por el aro? Contraproducente. Me niego en redondo y en toda geometría. Ni siquiera, por supuesto, para el inhumano y cruel adiestramiento de los felinos del circo, esperpento cafre.

Un placer navegar tus versos. Un cordial saludo.

 

Reflexivos versos, estimado Vicente, acerca de estos males que no dejan de manifestarse. La verdad es que fui testigo atónito del incidente que motivó esto: no entiendo cómo te ganaste esos elogios desmedidos...

abrazote solidario
Jorge

 

Despues del incidente, puedo entender este poema Vicente. Lo que dice el último versos, tú puedes elegir que no se eternicen.
Mis saludos con respeto.-Catia.-

 

¡Dios nos libre, querido Chu! ¡Dios nos libre! Lo digo sin conocer siquiera el móvil temático, aunque imagino que se trata del tríptico monstruoso que siempre han engendrado la intolerancia, la ignorancia y el ego. | Muy bien medidos tus dodecasílabos ternarios, musicales como solo ellos, con sus dos grupos de rimas bien resueltos y un mensaje para reflexionar y tomar en cuenta.

Un abrazo infinito, amigo mío.
¡Feliz fin de semana!