La angustia

Me cogiste a traición sin esperarlo,
inocente en mi mundo yo vivía;
tanta felicidad siempre sentía
que ni en sueños pudiera imaginarlo.

Como un mal despertar sin desearlo,
te presentaste sin quererlo un día;
recuerdo que un problema resolvía,
cansado no logré solucionarlo.

¿Qué será este temor, este misterio?;
¿qué nuevo sentimiento puñetero
se empeña en imponer su magisterio?

Este dolor tan sordo y lastimero,
que me oprime y me tiene en cautiverio,
se tornará mi eterno compañero.

 

Mala cosa la angustia, estimado José, que prolifera en estos días de afectos enjaulados...

Los versos 4 y 8 te han quedado de 12, por lo demás tus endecasílabos están correctos.

En el último verso, preferiría «se tornará en mi...».

abrazo
J.

 

La angustia es un enemigo mortal, que paraliza e invalida en el quehacer cotidiano. La crisis de angustia es como una muerte sin morir, refieren los pacientes que es como si se le fuese la vida.
Comprendido, había hiato. Ya los he corregido, creo.
Muchas gracias, Jorge.
Un abrazo.

 

Estás en lo cierto, Maramin, esa angustia producida por un miedo irracional, si no se trata y perdura en el tiempo, puede generar en una depresión y esas son ya palabras mayores.
Mi más sincero agradecimiento por tus consejos y valoración.
Un abrazo.

 

Esto va viento en popa, José. Felicidades.
Un abrazo.

 

Gracias a vosotros que sois muy buenos profesores.
Un abrazo también para ti.

 

Reflexionando sobre el contenido de tu soneto me pregunto José, ¿qué efectos a mediano y largo plazo causará en la psiquis de estas generaciones jóvenes que apenas se están levantando, haber vivido esta calamitosa pandemia, este encierro inmerecido y este tajante cambio de hábitos?
Poco se habla sobre ello pero imagino que sus consecuencias no resultarán del todo positivas.
Un extraordinario y como te dije, reflexivo poema.
Saludos

 

Ya se está viendo, Manuel. Los botellones, las fiestas y la violencia no son más que el reflejo de la frustración que sufre la juventud, que ve limitada su libertad y necesita desfogar esa vitalidad exuberante. Parece que esta pandemia no va con ellos, se sienten inmunes ante el virus y en parte es cierto, porque aunque algunos hayan muerto, la mayoría es resistente al COVID, o lo padecen asintomáticos o con leves molestias, lo que les da la valentía para saltarse las recomendaciones de sanidad. Por otra parte, a esto se le añade la situación laboral, la mayoría está sin trabajo o el que tienen es muy precario, lo que hace que tengan mucho tiempo para pensar en la falta de expectativas que le depara el futuro. Por eso, instintivamente buscan a un culpable en el que descargar su frustración y agresividad, llámense padres, profesores o policías. La cosa pinta muy negra y ahora es cuando se necesita un gobierno fuerte, pero a la vez sensato y humano, que luche más por los intereses de los ciudadanos que por los suyos propios. Cuando vean la luz, la puerta se abrirá para ellos a un nuevo mundo lleno de las oportunidades que están esperando para desarrollar sus potenciales. Ojalá ocurra pronto, o vamos a perder varias generaciones.
Mi más sincero agradecimiento por tus consejos.
Un abrazo.

 

Me ha gustado mucho tu soneto, la angustia no es buena compañera como la tristeza. El virus no esta cómodo en un cuerpo feliz y esperanzado.
También agradecerte tu me gusta, ya no se puede agradecer como una actitu gentil, el me gusta.

Te felicito porque vas creciendo, sorteando los errores como todos. SAludos cordiales.-

 

Muchas gracias por tus palabras. Efectivamente, sentimientos como la angustia, la depresión o el miedo, disminuye las defensas y el bicho puede multiplicarse con mayor facilidad y causar estragos en nuestro organismo, por eso es necesario que vivamos sanos de cuerpo y mente para hacer una barrera frente a las agresiones, tanto internas como externas.
Un abrazo.