historia muy muy corta

Nunca me olvidaré de tus ojos, fijos en el cielo estrellado. Dos pozos de silencio, dos planetas implorando: “Dime al menos que te gustan mis zapatos, mi pelo o mis manos.”

Solíamos sentarnos frente al televisor, con el teléfono en la mano o el ipad conectado, pendientes de internet pero también bebíamos el café amargo de nuestras soledades, mendigábamos un poco de piel.

Después estábamos en el ascensor y cuando iba a decir algo, me ignoraste. Luego tú dijiste algo, pero no me di cuenta.

Así fue. Nos necesitábamos, pero no estábamos.

Decidí salir del edificio y de nuestra vida.

 

Que gusto verle en este género estimada poeta, nos relata las relaciones de muchos, a veces nos tenemos que salir porque todo nos sofoca...

Abrazos de colores en la distancia,

 

Gracias Maramin, así es estar sin estar, estamos demasiado tiempo y perdemos mucho. Un abrazo

 

Gracias, Guadalupe por tu lectura. Un abrazo también desde la distancia

 

muchas gracias, está claro que la incomunicación me preocupa, a veces incluso obsesiona. Gracias por tu comentario. Un abrazo

 

a veces solo puede admirarse las soledades que nacen y son combustible en el alma.
un gusto leerte poeta.
saludos.

 

Gracias por tu lectura, las soledades nacen aún más en estos tiempos de locura. un abrazo

 

Tan cerca pero tan distantes, me encanto esto: ¨Mendigábamos un poco de piel.¨ pero no fue asi y no se cumplio, la comprendo muy bien y la mejor salida es escapar de esa monotonia tan insipida, es una historia para contar amiga Minona, me encanto leerlo. Abrazos y un beso.

 

Gracias Maria José, vivimos más aislados que nunca, paradójicamente más incomunicados que nunca. Un abrazo y gracias por tu paso por mi microhistoria

 

Muy bueno poeta!!!!

 

Gracias Tyngui

 

cómo grita esta muchacho

 

No sé, a veces me gustaría viajar y escribir y andar por el mundo así, con pocas cosas. El poema es muy bueno. y si lo leí

 

Gracias Gustavo. A mí también me gustaría andar por el mundo, ligera de equipaje. Un abrazo

 

JAJAJA es verdad Gus estaba muy eufórico aquel día!!!
Abrazo!!!

 

Un relato muy de estos cielos, de estas nubes que piden afuera lo que tan cerca se tiene.
Incomunicación en un mundo enormemente comunicado.
Me encantó el micro.

Saludos Minona.

 

Gracias Alonso. Por tu comentario y tu visita