¿Cuándo lo recordaremos?

En los labios del silencio

coloqué oscuridades y reflejos,

mía, tú, decidiste,

ser,

cuando se sobrecogen las miradas,

salen del cuerpo y lo dejan en carne viva.


Toda esa vividez, nítida y concisa,

la plasmé dibujando en tu sombra una semilla,

cuál,

la luz, dijimos,

tras verla brotar del único espacio entre nosotros.


El resto son uniones de aristas,

y de estrellas,

como si fuese un gran paso para las matemáticas,

reiterativo.


Y es que algo tiene que enseñar el arte del amor.


Todo esto, cayendo la noche,

cuando se trata de un lugar,

que llevar dentro,

a fuego,

hablamos de algo que no habla…

Solo abrasa la historia de la vida.

 

Ay querido amigo soy fan de tus poemas, llenan el alam, excelente,
ha sido un placer leer tus versos mi respeto en un abrazo de colores,

 

Gracias amiga Guadalupe es todo un placer poder saber de primera mano lo que te hacen sentir.
Abrazos y felicidad, guapísima.

 

Bellisimo poema Ricardo, el cual ha so un placer leer varias veces. Mis saludos más cordiales.

 

Gracias Máster por tu visita y comentario, el cual me llena.
Abrazos y felicidad.