El contencioso

​

Le duo des chats

G.A. Rossini​

El contencioso

Mantengo con mi gata un contencioso
porque no quiero verla siendo el ama,
sobre todo del centro de mi cama
aunque luzca ese pelo tan sedoso.

No tolero el caracter vanidoso
con que llega solícita y reclama
atenciones con formas de gran dama
ajena a todo tiempo de reposo.

Haciendo caso omiso a mis desplantes
me ennoblece por todos los aguantes
con que vil pone a prueba mi paciencia.

Si, al menos, su gatuna obligación
cumpliera y me cazara algún ratón...,
pero muestra una clara incompetencia.

Salva Glez. Moles
4 de septiembre, 2021.

 

El propietario anterior de nuestra casa alimentaba varias gatas vagas en la periferia que obviamente se reproducían como moscas. Como una suerte de Josef Menguele de las gatunas proliferaciones, nos abocamos a la tarea de castrarlas, y ahora nos visitan muy seguido, creo que hasta agradecidas, yo diría. Eso sí, cazan ratones, conejos, aves y cuanto bicho que camina y vuela. Adentro tenemos dos, y como tu poema bien lo indica, estoy convencido que nosotros somos sus mascotas.

Amena y musical lectura ha sido.

Gran saludo.

Gus

 

Te comprendo muy bien, mi hija se fue del país y me encargó sus gatos y Oh Dios, no solo los tengo que albergar y alimentar, además los tengo que divertir. Me encantó tu soneto, me siento identificada. Un gusto leerte. Saludos.

 

Tengo claro, Salvador, que si en mi próxima reencarnación puedo elegir a mi anfitrión, seré el gato, o perro de algún jubilado, con una paguita, eso sí.
Graciosas letras, que con el vídeo, me quedo en la duda de qué fue primero.

Un abrazo.

 

Jajajajajajajajajajajajaja, eres la rehostia, jajajajajajajaja. Super-simpático soneto que, ya con esos niños maullando el duo de los gatos de Rossini, es para destornillarse de risa, jajajajajajaja.
Mis aplausos, eres un genio.
Un fuerte abrazo, mi querido amigo.

 

Lo del gato que caza ratones es un mito. Y que sepas que, para tu gata, eres tú quien ocupa su cama, así que date por satisfecho de que no te eche de ella. Simpatiquísimo soneto, querido Salva, donde demuestras lo mucho que te queda por aprender en cuanto a la historia felina (broma).
Adoro a los gatos, siempre ocupan el mejor lugar de mi cama.
Abrazos, maestro

 

Para ella todo le pertenece incluso, tú, querido Salvador. No es de extrañar que se acomode junto a ti sin importarle nada más que su descanso. Me he divertido leyendo tu soneto gatuno, un gran abrazo.