Oblivion

OBLIVION


Dónde estuve ayer que aquí yo no me encontraba

qué horizonte de niebla me acogía

qué lejano mar navegué y no había sombras

alta la ciudad y tu voz no me llegaba.


Se formaron mis recuerdos con las nubes

y mis pasos no dejaron huella en el desierto

saber que estaba vivo sería bastante

pero ni ese consuelo se encuentra en mis bolsillos.


¿Podré recordar el balanceo de tu barca sobre mis olas?

¿El sinnúmero de las hojas en blanco que escribí?

¿Los lamentos de los pobres expulsados del paraíso perdido?

Eran como versos inconexos, no recuerdo nada más.


No puedo recordar las oraciones traídas por las aves

Ni las canciones desenterradas que se llevaron los muertos en sus labios

(Eran tiempos de codicia que no deben evocarse)

Pero sí una terraza abierta al campo donde los trigos bailaban.



Sí; recuerdo tal vez tu mano como un ala, como un hierro al rojo vivo

como una ventana abierta para poder respirar tu atmósfera

sí; tal vez recuerde tu sonrisa como aurora boreal o cortina sobre el pasado

recuerdo también, ahora, mis pecados de olvido olvidados.






Oblivion. Astor Piazzola

 

Ensoñador poema lleno de alusiones el que nos presentas, estimado Pepe, viajando entre recuerdos y fantasmales olvidos.

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Muchas gracias, mi estimado Maramín. A veces, cuando el vaso de las nostalgias se desborda, de su espuma se pueden recuperar estos versos, tristes sí, pero sinceros. Como siempre tu visita pasa al cuadro de honor, aunque la dirijas a "Pepe", que, desde luego, no soy yo. Un abrazo, querido amigo.
miguel

 

Hola, Geortizia, niña de los besos rosas... ¡qué sugestiva divisa! Muchas gracias por dejar tus palabras junto a mis versos. Se hacen cortos... puede que a tí si. Pero son el extracto de toda una vida ya demasiado larga. Muchas gracias, amiga mía.
miguel

 

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