Mojándonos

Los mensajes de la lluvia son secretos.

De tu cremallera abierta mana una rosa de agua,
leves suspiros de nube. Nada es gris si tu sonrisa lo niega,
con la constancia del rebaño
las gotas eligen un destino donde morir.

Recuerdo octubre en un tren de mediodía,
una ráfaga de lluvia golpea en el cristal,
ríos de marfil en mis párpados.

Caminar junto a ti sin los paraguas negros,
saltas los charcos como un colibrí alegre,
hay lágrimas en la luna de tu boca.

Mojados por el silencio de los bares,
faroles que gotean con alquimia de alambique,
sumideros que, lánguidamente, atrapan el desliz de los ángeles,
la singladura de dos cuerpos en este mar de alcantarillas insomnes.

Somos peces que huyen hacia el sol de los veranos.

 

Gracias, MarcosR, por la lectura y el amable comentario. Un saludo cordial.

 

Una de los mejores poemas que he leído en los últimos años, incluyendo en el repertorio a Neruda, Borges, Tagore, Benedetti y muchos más. Felicitaciones, Penabad... nos sacaste kilómetros de ventaja, tu embalaje es de otra dimensión.
Saludos, compañero poeta

 

Gracias, Antonio, por tu enorme generosidad. Los nombres que mencionas son palabras mayores. Un fuerte abrazo.

 

Es una hermosa escena digna del cine. Es un placer la finura de los trazos de tu pluma que se luce de manera especial en la temática de amor.
Un abrazo.

 

Gracias, Cecy, por el amable comentario. Un abrazo.

 

Tu inspiración inunda mi boca querido amigo... belleza, belleza, belleza...gracias...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Gracias, Nancy, siempre amable y generosa. Un abrazo.