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En la oscuridad

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por silveriddragon, 23 de Septiembre de 2021. Respuestas: 13 | Visitas: 926

  1. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    I

    Es el tercer día que la visito. Escuchar su voz cuando sube al escenario me causa embeleso. Me pierdo en cada uno de sus gestos mientras canta. Ella se ha dado cuenta. De forma coqueta me cierra un ojo de vez en cuando. La primera vez que lo hizo me sentí raro. No me gusta ser notado. Pero la segunda vez que lo hizo la incomodidad desapareció.

    Un día ella durante su descanso salió del escenario. Me sorprendí nuevamente al verla llegar a mi mesa algo alejada de las demás. Era ella con sus profundos ojos negros. Iba vestida con un vestido rojo muy llamativo y unas flores en la cabeza.

    - ¡Hola! Espero no le moleste sentarme con usted. - me dijo mientras se paraba frente a mi. No salí de mi asombro. Me quedé como un niño pasmado como cuando ve a su superhéroe de los cómics favorito. Cuando me recompuse me paré para acomodarle una silla.

    - Las personas como usted no vienen muy seguido por aquí. - continuó

    - Las personas como yo? - pregunté entre atontado y estupefacto

    - Veo sus manos lisas y su espalda recta. Debe dedicarse a algo nada físico. Usted es de los que usa más su inteligencia. - Estaba siendo diplomática. Sabía que no quería ofenderme al percatarse que tampoco era bueno con las relaciones humanas.

    - Aunque usted me cae bien. - siguió hablando mientras trataba de entender la situación - No parece como esos cerebritos que se vuelven soberbios al creer que resolvieron el problema.

    - Gracias. Usted también me cae bien. No parece envanecerse en el escenario. - respondí - Me gusta que parece genuina al cantar esa melodía acerca de su novio dejándola por otra.

    - Muchos creen que soy una dramática - me sonríe - pero a usted le gusta eso. Trato de dejar ese vicio que tengo pero no lo consigo.

    - Para mi es dedicación en la interpretación. - hago una pausa mientras ella se lleva un vaso de agua a la boca - Puedo preguntarle. ¿Usted la escribió?

    Sorprendida se lleva la otra mano al cabello - Se ha dado cuenta. - y me dedica una sonrisa nerviosa, después mira mis manos - ¿Qué trae ahí? Una rosa. ¿para mi?

    - Para usted. - miento

    La toma y se la lleva al pecho como abrazándola.

    Después de tomarla entre sus manos se levanta disculpándose.

    Sube nuevamente al escenario a cantar. Al final de su canción sobre el amor imposible, le da un beso a la rosa y la abraza.



    II

    Salgo del lugar para pasear por las calles oscuras. En esa noche de otoño las luces parecen un refugio para gente como yo. Solitario pero con ansias de conocer el mundo. Me detengo en una tienda de conveniencia para comprar un ramen instantáneo.

    Afuera de la tienda hay unas mesas dispuestas con unas sombrillas. Ahí me siento a tomar mi cena tardía. También he comprado un sandwich de huevo con ensalada. Me gustan mucho ese tipo de cosas. Aprovecho para revisar en mi teléfono los mensajes de mi compañero de cuarto.

    Me sorprende que me escriba por una razón. No lo veo en meses. Mucho tiempo atrás se dedicaba a estudiar Leyes hasta que un incidente lo hizo cambiar de parecer. Se obsesionó con la figura de los espías cibernéticos y en particular de una que entonces no era tan conocida pero hoy en día es muy buscada.

    Llena de mitos alrededor de ella hay fotos de todo tipo con una apariencia de niña japonesa haciendo cosplay de sirvienta o de lolita gótica. Muchos jóvenes la llaman Dotto Hakkeru.

    Así pues, mi compañero de cuarto la buscó sin éxito por mucho tiempo. Tanta fue su obsesión que hasta bajó de peso y aunque su carácter amable y risueño no cambió, si se veía más lento para contestar. Estaba muy distraído.

    En sus mensajes me dice que la ha encontrado y que inclusive vive con ella. No lo veo en mucho tiempo así que pienso que está delirando. ¡Es imposible! Dotto es una chica japonesa y en este lugar hay muy pocas como ella. Al menos como las de la foto.

    Al sorber los últimos fideos puedo escuchar a un grupo de chicas cruzar enfrente de la tienda de conveniencia. Van disfrazadas como Dotto. - ¡En serio! Mira, ¿no me parezco mucho a Hakkeru-chan? - dice la mayor con un disfraz de gothic lolita - Si me recojo el cabello así puedo hacer cosplay de ella en cualquier convención.

    La miro por curiosidad y en verdad se parece a la de la foto. Solo que la descripción general es que Dotto es una chica de mediana estatura, mientras que la chica que veo es alta y un poco más estilizada en su figura.

    Le respondo a mi compañero de cuarto que mejor deje de estar inventando historias y venga a recoger su correo. Le llegaron notificaciones de la universidad. También está lleno revistas de abogacía a las que se inscribió. Una vez leí una por apenas cinco minutos y me aburrí horrores.


    III

    Llego al departamento con mejor ánimo. El ramen me ha revitalizado. Estoy listo para comenzar a hacer mi trabajo final. La obra cumbre por la que me he estado desvelando por semanas. Se trata de un proyecto en el que conecto diferentes sitios con una fuente de datos que mina contenidos en la web.

    Siendo automático puede predecir aquello que está de modo y generar bosquejos muy buenos de artículos que pueden venderse bien. Si mi compañero de cuarto estuviera aquí me diría que eso es muy aburrido pero genial.

    La rosa que tomó la cantante del bar era para ser fotografiada y usarla más tarde como contenido en uno de mis sitios. Algo que he tratado de mejorar es mi capacidad de capturar la belleza con la fotografía. Ojalá que la cantante me dejara usar su imagen para modelar.

    Mientras estoy concentrado elaborando uno de mis robots que recorren los sitios de internet recibo una llamada. No reconozco el prefijo el cual es muy diferente y no lo reconozco. El identificador de llamadas dice que es de Illinois en Estados Unidos. ¿Quién le llamaría a un muchacho como yo desde Estados Unidos? Decido no contestar.

    Sin embargo vuelve a sonar una y otra vez. Decido que es mejor contestar que apagar el timbre por que quería distraerme un poco de lo que estaba haciendo. Necesitaba una pausa para pensar. - Si, bueno - digo

    Una voz que no conozco, una voz muy dulce pero a la vez decidida me habla - Buenos días, Kenji -

    Su voz me causa un mal presentimiento. Dice mi nombre en lugar de mi apellido, lo cual es lo habitual por que no nos conocemos.

    - Si, ¿quién habla? - digo en un tono molesto. Mi interlocutora pareciera estar jugando cuando responde - No quiero molestarte de verdad. Pero te necesito. ¿Estás solo? -

    Estoy a punto de colgar. No me gusta que jueguen así conmigo. Antes de quitarme el auricular ella pronuncia algo que me deja helado. - Tus algoritmos son excelentes. Ya puedes recopilar mucha información y generar artículos. ¿Eso es para hacer marketing o me equivoco?

    Me estaba espiando. Fuera quien fuese me estaba espiando. Y no ahora, si no desde hace días.

    - ¿Quién eres? ¿Por qué me espías? - digo en tono enojado. Hace un poco de silencio y responde - Eres mucho más que eso Kenji. Necesito tu ayuda. De hecho te recomendó alguien a quién conozco muy bien. Un muchacho pecoso y que siempre usas suéteres naranja.

    Estaba describiendo a mi compañero de cuarto. El mismo al que no veo desde hace tiempo. Casi tiro el auricular del teléfono al piso antes de pronunciar

    - Eres... Dotto.... Dotto Hakkeru.....
     
    #1
    Última modificación: 30 de Septiembre de 2021
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  2. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    IV

    Es un nuevo día en esta ciudad tranquila. Me despierta el sonido del despertador con un tono tranquilo. Me he acostumbrado a los sonidos de afuera del edificio que son casi imperceptibles. Solo el canto de algunas urracas o de las cigarras.

    Me hago un desayuno de huevo enrollado y un poco de arroz. Mientras reviso los mensajes en las redes sociales.

    Me llega una noticia en uno de los tablones de periódico. Dice que hay un policía desaparecido inexplicablemente. Desapareció después de visitar un bar nocturno. El propietario del bar lo conocía y fue quien dio aviso primero.

    Termino mi desayuno, lavo los trastes y salgo a la calle. Debo apurarme para tomar el metro y llegar a tiempo a la universidad donde estoy estudiando una maestría.

    En la estación del metro utilizo un abono de transporte de mi trabajo.

    Tomar el metro a estas horas es terrible debido a que hay mucha gente. Aunque todos entramos de manera ordenada es inevitable mantener la distancia dentro. Muchos son estudiantes yendo a sus universidades y otros son oficinistas jóvenes.

    Entre toda esa gente reconozco a un hombre fuerte y alto con gafas oscuras. Tiene una pequeña cicatriz en la mejilla derecha. Se trata del ex-gangster del barrio. A su lado va un muchacho malencarado con chamarra de cuero negro. Ambos van platicando con una voz baja, aunque puedo escucharlos debido a la proximidad.

    El ex-gangster con su eterna cara de palo, inexpresiva está hablando con su compañero - ¿Dices que no hay nadie que haya visto quien fue?

    - Así es jefe - contesta el muchacho arrastrando la voz gruesa - nadie vio nada. Después de que salimos de ese bar y comimos ese okonomyaki al estilo Hiroshima, los muchachos que formaban parte de la banda de Los Cuervos fueron hasta ese lugar a buscar a quienquiera que haya dado muerte a ese policía. Uno de ellos, con el que a veces salgo a tomar un sake caliente por las noches me llamó preguntando si sabía de alguien llamada Hakkeru. Hakkeru-san.

    El ex-gangster torció la boca con desagrado. - En mis tiempos chico, éramos en su mayoría hombres en las bandas peleando por el control del tráfico de mercancía en esta ciudad y no permitíamos asesinatos por que sí. Me molesta la aparición de novatas como esa tal Hakkeru.

    -Pero jefe. Esta mañana también he buscado en la internet la identidad de esa tal Hakkeru-san. Y es una niña, no tendrá más de 20 años.

    - Tsssssttt.... ¿Qué dices?. Mierda.... Niñas asesinas como en la época de mi tatarabuelo. - después volteó a verlo - Muchacho ayúdales a buscar a esa tal Hakkeru-san. Nadie va a matar a una persona de mi barrio y cuantimenos una inexperta.

    Por la plática me doy cuenta de la gravedad de la situación.

    La llamada de Dotto la noche anterior fue para solicitar mi apoyo. Quería que le ayudara a investigar a una mujer que trabaja en unos almacenes cerca de la estación de Gotanda. Ese lugar es muy tranquilo por que suele haber muchos edificios con casas para familias. No es una zona comercial, ni mucho menos turística. Pero sospechaba de esa mujer por que la vieron cerca de ciertos lugares donde se habían cometido delitos. El culpable en cuestión siempre dejaba una tarjeta de presentación con las letras DH en rojo por un lado y Dotto Hakkeru en silabarío katakana en el otro.

    Pero, ¿qué podía hacer yo?, es decir, si podría hacer algo con mis habilidades adquiridas por mi afición a las redes y la programación. Pero había dejado atrás eso. Ya no me gustaba y ahora alguien me pedía ayuda violando mi código de ética. No meterme donde no me llaman.

    Le dije a Dotto-san que mejor mandara a alguien más y solo me contestó que confiaba en mi porque sabía que no la podían conectar con ella. Me pidió que lo pensara.


    V

    Al terminar mi trabajo de medio tiempo hago unos rápidos cálculos mentales. Salir con mis amigos a tomar unas cervezas o... ir a ver a la cantante al bar.

    ¿Se han preguntado alguna vez porque ciertos lugares nos causan fascinación y cómo las personas completan el círculo?

    Así me siento cada vez que entro a ese bar. El ambiente no es del todo obscuro pero si se siente algo privado. No sé si es por una u otra cosa pero termino yendo a ese lugar.

    Al entrar la recepcionista me recibe con mucha atención y me dice que mi mesa ocasional está libre. Le doy las gracias y le pido una botella de tequila. Si, lo sé. Aquí no se toma mucho tequila, es caro. Pero me permito ese lujo solo esta noche. No sé porque pero me siento con suerte.

    El año pasado mi abuela me dio un sobre con mucho dinero y dijo que era su nieto favorito. Le agradezco a ella por ello. Ahora saboreo el tequila con mucha calma. Quiero que me dure lo suficiente para invitar a alguien una copa.

    Cuando finalmente la veo ahora lleva un vestido azul con unos guantes largos que le cubren hasta los codos. En el cabello lleva un girasol en miniatura. Inicia su actuación con una melodía lenta y algo nostálgica acerca de como se enamoró de un hombre que la usó para olvidarse de su exnovia. Es muy expresiva, de verdad me gusta eso de ella. Al final termina derramando una lágrima.

    Me tomo un tequila mientras otros aplauden. Continua con una canción un poco más alegre acerca de una fiesta donde se encuentra con su exnovio al que no sabe si seguir amando o alejarse de él.

    Al terminar baja del escenario por unos instantes. Pido una botana en forma de bolitas de pulpo rebozadas que son mis favoritas.

    Aparece detrás de mi. Su sonrisa evoca travesuras de infancia - Usted, me ha venido a ver hoy. - Y se tapa la cara con las manos en señal de pena. - ¿De verdad disfruta mucho de las canciones?

    - No solo de las canciones, también de como las interpreta. - Digo. Esta vez no me toma por sorpresa. Ya no me siento tan nervioso. - ¿Podría tomarme una foto con usted? ¿Y tener su autógrafo? - L e digo de manera lo más respetuosa posible.

    Mientras saco mi teléfono celular y una libreta pequeña ella se sonroja. No podía creerlo, estaba realmente sonrojada. - Es... es... mi primer autógrafo - dice despacio y con tono bajo.

    Esperaba que fuera más atrevida pero al parecer es tímida como yo. A pesar de que en el escenario mueve mucho las manos y en ocasiones baila, frente a mi parece una persona como cualquier otra. Realmente no se envanece con su talento.

    Le ofrezco una copa de tequila lo cual rechaza disculpándose. Me escribe algo en la libreta y lo firma.

    Al verla así me doy cuenta de algo. Es una persona sencilla y eso me ayuda a atreverme.

    - ¿Le gustaría.... estooo..... emmm... salir conmigo? - Al terminar la pregunta me siento como un tonto. No sé su nombre ni tampoco si tiene novio, si no la estoy molestando ... no sé. Por ello me sorprende su respuesta.

    - ¿Cuándo? ¿Mañana?

    Aprovecho esas palabras que me toman desprevenido. - Si, mañana, salgamos a dar una vuelta al parque Yoyogi...

    - Hecho.... en la estación de Shibuya frente a Hachiko a las 6 de la tarde- Me dice, mientras se levanta de su asiento para tomar su lugar en el escenario


    VI

    Salgo del bar con un sentimiento muy raro. Me siento muy ligero y con muchos ánimos. Recordaba la mirada de la cantante mientras me decía la hora y el lugar para vernos al día siguiente. No sé, es una cara dulce con una mirada resuelta. A mi edad ese tipo de cosas ya no deberían afectarme pero lo hacen.

    Me detengo nuevamente en la tienda de conveniencia mientras miro las luces de la ciudad para comer nuevamente un ramen instantáneo. Debo hacerlo ahora por que me he quedado sin mucho dinero para fin de mes.

    Estoy leyendo lo que escribió en la libreta y dice: Para mi admirador ferviente ... y luego puso varias X y el dibujo de un gato con un paraguas. Luego firmo Amano Chise con una flor al final.

    Estaba tan concentrado en la libreta y el olor que dejó al escribir en ella y por ello el tono de mi celular me molestó un poco.

    Al revisarlo vi algo muy extraño. Estaba la pantalla en negro aunque seguía zumbando y el tono de llamada sonaba. Luego se fue aclarando mostrando la figura de una mujer occidental con el mentón algo prominente, cabello castaño largo y muy guapa.

    - Hooooola... Keeeenji... Te saluda Dotto Hakkeruuuuu... - dice la mujer sentada en una silla de videojuegos. Lleva una blusa blanca con los hombros descubiertos.

    - ¿Hakkeru-san? ¿Realmente eres tú?

    - Si, mi guapo caballero ronin de brillante armadura. ¿Ya lo pensaste? ¿Me ayudarás?

    - Pee.. pe--- peeee... ¿qué no eres japonesa?

    - Ahhh... ya veo... Te has creído eso de que soy japonesa por la foto que corre por la internet. No, lamento decirte que ....mi apariencia es más.... o menos.... oriental...- y sonrie

    - Hablas muy bien japonés.

    - Si... algo que mi padre me dio- sacude la cabeza - no, quiero decir, algo que mi padre me recomendó, hacer, aprender.

    Era muy directa en su forma de hablar y de expresarse. Como una occidental. No dudó en hacerme ver que me veía algo ensoñado. Y se burló de ello.

    - Alguien está enamorado... Uhhhh... ¿Quién es la afortunada Kenji?

    - Es...

    - Noooo, no me digas que es Chise....

    - ¿Cómo sabes su nombre?

    - Sé muchas cosas peeeero.... no puedo estar ahí. Ojalá pudiera.

    - ¿Eres... eres... francesa?

    - Hmmm... podría decirse. Mi padre era francés.

    - Entonces ¿quien es la chica de la foto que circula en internet?

    - Ni idea. ahora... ¿me ayudarás?

    - No, quisiera pero no...

    - Que lástima... Te iba a conseguir una ilustración de Lilium....

    - ¿Lilium? ¿La famosa ilustradora de comics y portadas de bandas de rock?

    - Una ilustración original... espera... espera ¿no te gustaría el retrato de Chise elaborado por Lilium?

    Me quedo pensando y no sé que responder
     
    #2
    Última modificación: 5 de Octubre de 2021
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  3. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    Una vez fuí a una conve, en realidad entré y salí. Vi familias saliendo con sus bebés y también madres que iban con sus bebés.
    Cnclusión, el contexto me resulta conocido, friki, ke bien, con ésto puedo decirte que puedo seguir el hilo de tu obra y eso es weno.
    Nunca has incluido rollos de tik tok, creo que eso le daría mayor complejidad a tu obra.

    Super saludos poeta,
     
    #3
  4. Sasha.

    Sasha. Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Desde el principio me causo interés.

    Me ha gustado.
    saludos.
     
    #4
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  5. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    VII

    Estoy frente a una mujer que no creí ver ni en mis sueños más locos. Es Lilium en persona. Vestida de una manera que la hace ver rara todo de negro. Una blusa sin mangas y unos pantalones negros muy ceñidos. También trae botas. Su cabello está suelto.

    Estamos en un centro de artes, en específico en una sala de exhibición. Ella luce muy emocionada ya que la han invitado a exponer sus últimas creaciones junto a las de HR Giger. Los conocedores de los comics saben que es una oportunidad única.

    Caminar a su lado mientras revisa detalles me hace ver que es una persona muy activa. Hace muchas cosas a la vez. Revisa unos bocetos, habla por teléfono y me pide que la siga a una pequeña oficina. Ahí tiene otros muchos cuadros y fotografías. También hay pinturas, estilógrafos, tabletas para dibujar. Si no la sigues de cerca estoy seguro de que puedes perderte el hilo de lo que realmente está haciendo.

    Toma una tableta para revisar un correo electrónico y sigue hablando por teléfono celular mientras con la mirada me señala una silla. Me siento con tranquilidad. Hay algo en Lilium que me hace pensar en una fuerza de la naturaleza que puede bailar dentro de un huracán.

    Al colgar me pide que espere unos segundos. Teclea rápidamente un mensaje de texto y finalmente comenzamos una conversación decente.

    - Hablo poco japonés. ¿Sabes inglés? - me dice en un inglés afectado, británico

    - Solo un poco, lo aprendí viendo comedias americanas - le respondo en un inglés americano

    Me sorprende como cambia la pronunciación y el acento fácilmente - Te pido disculpas Kenji en nombre de Dot.

    - ¿Dot? ¿Quién es Dot?

    - Cierto.... aquí la conocen como Hakkeru-san.- toma su celular y teclea algo en un buscador. Después me lo pasa mostrándome el resultado. - En Europa y América la conocen como Dot Hacker. Supongo que la pronunciación en japonés la fue transformando en Dotto Hakkeru....

    - Ya veo. ¿y estas fotografías? - le pregunto señalando imágenes de diferentes mujeres que salieron como resultado de la búsqueda.

    - Dot no se muestra a cualquier persona Kenji. Se ha vuelto un mito y por ello muchos imaginan su aspecto. La que más me dio risa es la imagen de una niña de 10 años frente a una computadora enorme. Esa no es mi Dot. - dice esto pronunciando la última frase con cariño.

    - Yo quiero saber donde está ella. ¿Es verdad que es una delincuente buscada por la policía de muchos países? - digo muy lentamente por que no estoy seguro de como pronunciar unas palabras.

    - ¿Tú que piensas Kenji? Siempre puedes negarte a ayudarla. Lo único que puedo prometerte es que estarás a salvo.

    Lo medito un poco mientras recibe una llamada y la contesta. No comprendo nada de lo que dice, no es inglés aunque suena como japonés.

    - ¿Y bien? - me pregunta mientras me extiende la ilustración de una geisha pero con un vestido extraño en colores muy vivos y flores que no son de este país.

    - Esta ilustración....

    - Es tuya... - y me sonríe - si aceptas trabajar con Dot te la firmaré y además haré el retrato de Chise. ¿Qué te parece?


    VIII

    Lilium es hermosa. Pero no tanto como Chise. Definitivamente no. Y es por ello que termino aceptando.

    Me ha dado instrucciones de platicar de manera casual con una mujer de veinticinco años que trabaja en un almacén cerca de la estación de Gotanda. Si puedo hacerme su amigo sería un extra pero no es necesario. Debo averiguar lo suficiente de su vida como para conectarla con la investigación de Dotto.

    Así pues, siendo sábado por la mañana aún me dirijo a la estación de metro de la línea Yamanote. Ahí busco un autobús que me lleva al almacén en menos de 10 minutos.

    Al bajar me encuentro con muy poca gente. Hay sobre todo personas mayores buscando regalos para sus nietos. A nivel de calle encuentro en el primer piso el estacionamiento. Subiendo unas escaleras entro al área de ropa para caballeros y la veo. Es la mujer de la foto que me ha enviado Dotto.

    Es una mujer muy jovial con el cabello corto. Usa lentes. Su sonrisa es muy amplia. Es algo muy raro que alguien que atiende gente en un almacén use lentes. Atiende a un hombre que le pide corbatas de seda de diferentes telas y estilos.

    Miro unas camisas para disimular. Encuentro unas playeras con motivos de otoño y las tomo para acercarme a ella.

    - Señorita, ¿tiene esta playera en talla mediana? - la pregunta es muy básica y hasta absurda pero solo quiero empezar una conversación.

    Ella la toma y me mira un poco - Creo que le quedará la chica. Permítame.

    Después la espero un rato. Cuando regresa ella se ve algo apenada - Lo siento, solo tenemos en tallas grandes.

    Sé que no debo parecer raro, así que tomo mi celular y se lo muestro. - Señorita, perdóneme si soy grosero pero creo que la he visto antes. ¿Es usted? - es la fotografía de una cosplayer en un traje muy elaborado de una criatura de videojuegos con dientes y garras y que lleva un martillo enorme en la mano derecha. Está posando fuera de una convención.

    - Si - dice apenada pero con una sonrisa de oreja a oreja, junta las manos.

    - Usted es una cosplayer. Wow. Nunca pensé encontrármela aquí. Es decir, es genial. Dígame ¿ustede hace sus propios disfraces? Este es increíble. ¿Los vende?

    - No - dice algo sobresaltada, después se recompone - pero le puedo enseñar a hacerlos. En el club de la universidad donde estudiaba junto con mi esposo.

    Eso es.... Me está dando detalles de su vida. Ahora trato de jalar más de la cuerda.

    - ¿De verdad? Ehmmm... no tengo experiencia pero me gustaría entrar a ese hobby. ¿Dónde dice que puedo aprender?


    IX

    Después de platicar un rato con la mujer en cuestión descubro que su nombre es Fumiko Ai. Está casada con un ingeniero en sistemas que trabaja para una financiera internacional. Ambos estudiaron la universidad y ahí formaron un club de cosplay.

    Todo me parece muy normal. Inclusive parece una mujer muy amable y de buen trato. Me ha ofrecido enseñarme a hacer disfraces de todo tipo, ya que muchos de sus ex-compañeros del club se dedicaban a hacer diferentes tipos. Unos hacían robots mecha, mientras otros hacían criaturas fantásticas como hadas o personajes de videojuegos de rol.

    Voy algo tarde así que corro para tomar nuevamente el tren, esta vez en la estación de Gotanda en dirección a la estación de Shibuya. Dentro del tren observo mucha gente volviendo de hacer compras o de la mano de sus parejas yendo a dar un paseo. Y me doy cuenta de algo. Desconozco el nombre de la cantante del bar.

    Salgo de la estación por una de las puertas principales que dan al nivel de la calle. Ahí tengo que rodear un stand turístico para llegar a la estatua de Hachiko. No la veo. Miro mi reloj y he llegado apenas unos tres minutos antes.

    Mientras espero veo a los turistas tomándose la foto obligada en la estatua. También a un par de chicas vestidas de negro y maquilladas que reciben toda la atención de varios muchachos de instituto.

    Un poco distraído tomo mi botella de agua de acero inoxidable y bebo un poco. Con el rabillo del ojo la veo llegar. Le hago señas con la mano derecha mientras sonrío. Ella llega hasta mi y me hace una reverencia. La devuelvo.

    - ¿Llevas mucho tiempo esperando Kenji-san? - la pregunta me causa algo de disonancia. ¿Cómo sabe mi nombre? No recuerdo habérselo dicho. Bueno, quizá estaba ebrio cuando se lo dije.

    - No, no para nada. - Respondo, mientras le extiendo una rosa como la que me recibió la primera vez que hablamos. La toma de manera delicada y se la lleva a la nariz cerrando los ojos. Sonríe con mucha ternura.

    Por un momento no sé que decir. Ella me mira traviesa entonces y me toma de la mano. Me lleva a través del famoso cruce y me toma con fuerza supongo que para que no nos perdamos en el mar de gente que atraviesa las calles en todas direcciones.

    Al llegar frente al edificio de la librería Tsutaya me mira nuevamente y después nuestras manos. No me suelta. Así me lleva por las calles de Shibuya en dirección al parque de Yoyogi.

    Cuando la gente ya nos permite caminar uno al lado del otro me siento un poco más apenado. Generalmente es la mujer la que va detrás del hombre pero estamos haciendo todo al revés.

    - Mira, es Totoro-san - Me dice casi gritando. Señala el escaparate de una tienda de ropa. Ahí hay una sudadera con la imagen impresa del personaje de la película de Studio Ghibli. Me pide que entremos a ver ropa y asiento.

    Hay todo tipo de ropa y mientras ella mira algunos suéteres de manga larga con dibujos de pequeños duendes blancos me dice - ¿Qué te parece? ¿te gusta? -

    A veces soy muy directo y le respondo - Te quedaría muy bien. Nada que ver con tu imagen en el bar. -

    Su rostro sonríe ampliamente - ¿Sabes? Ahí me siento disfrazada. Con todo ese maquillaje y vestidos elegantes. - Después toma el suéter y se lo pone encima - Esta soy más yo. Me gustan los personajes de anime en la ropa.

    Por la letra de sus canciones que hablan de amor, desamor, desengaños me imaginaba a una chica dulce y no me equivoqué. Tal y como menciona, con esos vestidos elegantes parece más una muñeca lista para casarse con un magnate o algo así.

    Tomo mi celular sin pensar y le tomo una foto mientras modela algunas otras prendas. Ella entiende el juego y posa de diferentes formas. En una de ellas hace un corazón con las manos y me lanza un beso soplado.

    Nos estamos divirtiendo. Algo que no hago hace mucho tiempo.
     
    #5
    Última modificación: 11 de Octubre de 2021
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  6. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    HIHHIIHI, TE FALTO EN KE U ESTUDIO DISEÑO DE JUEGOS:D:D:D
    SALUDOS SILVER, FUÉ SUPER GRATO LEERTE.
     
    #6
  7. silveriddragon

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    X

    Terminamos caminando por las calles de Shibuya viendo todo tipo de tiendas. En un momento dado llegamos a la calle de los Love Hotel. Ella me toma del brazo y se recarga en mi hombro. - ¿Kenji-san te gustan las series donde las familias viven en Canadá? A mi me encantan. Todos viviendo en casas enormes junto a un lago o en un pueblo pequeño. Me gustaría tener un lugar así. ¿A ti no? - dice mientras mira curiosa a una pareja entrar a uno de los hoteles.

    No parece tener pena de entrometerse en los asuntos de los demás. Y yo soy lo opuesto. De no ser por Dotto no me hubiese imaginado meterme en algo como buscar a una mujer desconocida o hablar con Lilium.

    - ¿Así que te basas en esas series para escribir tus canciones? - le pregunto de forma juguetona.

    - Si y no. - hace una pausa mientras juega con sus dedos abriéndolos y cerrándolos alrededor de mi brazo. - Soy muy idealista. Siempre sueño con príncipes y caballeros. Duendes, hadas, dragones... Pero todos ellos viviendo en armonía, todos juntos, como una gran familia. Y sus problemas solo son causados por malos entendidos. -

    - Me fascina como cantas esos temas. Pero ninguno habla de cosas fantasiosas solo de relaciones.

    - Eso es porque... mis primeras canciones eran sobre hadas y sonaban infantiles. Después de cambiarlas por amores y desamores me fue mucho mejor y me contrataron en el bar.

    - Algún día serás una cantante famosa. Y tendré el primer autógrafo de la gran Amano Chise. - Digo su nombre con calma pero expresando orgullo.

    Me detiene - ¿Sólo el autógrafo? -

    No lo comprendo. No sé que me quiere decir. Después de captar la indirecta la acerco un poco tirando de su mano. - El autógrafo y todo lo que a una maravillosa mujer pueda darle. - En respuesta me sonríe y puedo ver sus ojos brillar.

    - Túuuuu eres muy tímido ¿verdad? Lo supe en cuanto te vi sentado solo, ahí en el bar. Pero tu mirada es muy limpia y sana. No te creo capaz de hacer daño a nadie. ¿Cómo terminaste llegando ahí?

    - Por accidente - digo levantando los brazos como declarándome inocente - iba buscando un lugar para comer ramen y terminé entrando. Pero estabas ahí cantando así que decidí quedarme a ver tu actuación. Y así regresé un día y luego otro.

    - Eres la primer persona que no me causa horror ver a los ojos. A veces los clientes se quieren propasar. Pero tú, no sé. Eres como uno de los príncipes que imaginé y eso me da un poco de miedo.

    - ¿Miedo?

    - De que solo quieras jugar conmigo Kenji-san. Dime ¿andas con alguien?

    - Oh no.... no. Solo vivo para trabajar y estudiar.

    - ¿Así que estudias?

    - En la universidad una maestría. Trabajo para un despacho de ingenieros civiles. - digo mientras saco mi tarjeta de presentación. La toma con algo de interés.

    - Y... ¿vives solo? - dice coqueta mientras nuevamente me toma del brazo y se recarga en mi hombro.

    - Prácticamente vivo solo. Mi compañero de cuarto sigue pagando el alquiler pero no lo veo hace mucho tiempo.

    - ¿Es de Tokio?

    - No, es extranjero. Estudia leyes. Al principio me dijo que quería quedarse a vivir aquí y es muy raro que un extranjero estudie leyes aquí.

    - ¿De que país es?

    - De Inglaterra creo. Mencionó Reino Unido pero no estoy seguro si es inglés. Su cabello naranja y pecas lo delatan.

    Ella nuevamente abre y cierra los dedos alrededor de mi brazo y comienza a acariciar la parte interna del codo.

    - ¿Kenji-san? Entonces podríamos ... ¿vivir juntos algún día?

    La propuesta me toma totalmente desprevenido. Le digo que si... Que algún día. Ella ríe. - Es demasiado pronto. No te lo tomes tan en serio.... aún.


    XI

    Ya me lo habían dicho mis amigos. Soy algo inocente en cuestiones amorosas. Casi no he tenido novias. Y eso es porque me concentro demasiado en algo y hasta que no lo termino, no estoy contento.

    He dejado a Chise-san en la estación del metro de Shibuya. Me ha comentado que la próxima vez dejaría que la acompañara hasta su casa.

    Aprovecho para hacer una llamada al número que me proporcionó Lilium.

    - ¿Hola? - me dice una voz en español algo cansada y áspera. Se nota que no ha dormido bien. Sé que es español por que es lo único que entiendo de ese idioma.

    - Lilum-san, soy Kenji. - digo en inglés

    Ella cambia al inglés - ¿Todo bien?

    - Si ya tengo la información y estoy por enviarla por la dirección de correo encriptado.

    - Muchas gracias Kenji. Dotto te lo agradecerá infinitamente.

    - ¿Es todo? ¿No necesitan nada más?

    - Por supuesto. Parece poco pero es lo que necesita Hakkeru-san. - ella está haciendo algo mientras hablamos por que pareciera que hace un esfuerzo cargando algo - En una semana termina mi exhibición. Por favor date una vuelta por la galería cuando puedas. -

    En ese momento se me ocurre algo y hago un pedido - ¿En lugar de un retrato, podrías hacer el dibujo de un dragón dedicado a Amano Chise? -

    - Por supuesto Kenji-san. - Dice entusiasmada. - Me da gusto que todo vaya bien con ella. - Después se oyen unos gritos a través del auricular - Debo colgar. Buena suerte.


    XII

    Estoy afuera de la estación de Shibuya. Un mar de gente va saliendo por la puerta principal que da a la calle. Entre ellos aparece un tipo muy raro todo vestido de negro con maquillaje blanco en el rostro y no tiene cejas. Usa una gabardina de cuero que lo cubre hasta las piernas y un sombrero chato. Con una sonrisa que parece eterna se acerca a mi.

    - ¿Cuánto tiempo sin vernos Kenji-san?

    Su mirada es muy rara. Es como ver ojos vacíos sin emoción pero con la sonrisa parecen amenazantes. Titubeo un poco pero me recompongo y digo. - ¿Nos conocemos?

    - Te conozco. Eres muy interesante. Diría una amiga que conoces que tienes algo de juventud en la sangre a pesar de que ya rebasas los treinta.

    Se lleva una mano llena de anillos al bolsillo de su gabardina.

    - Permíteme. Te veo ansioso. No te haré daño Kenji. Solo quiero hablar un poco. - Y saca el mango de lo que parece una daga. Me quedo helado.

    - ¿Aquí?

    - Si, no hay necesidad de movernos. - dice lentamente mientras con la otra mano se lleva un cigarro a la boca. - Quiero hablarte de Dotto Hakkeru.

    Escuchar el nombre de Dotto me pone tenso. Este sujeto sabe todo. Y da mucho miedo.

    - Te contaré una historia. Hace seis años o quizás más la pequeña Dotto arruinó mi obra de arte. La venganza de esta alma atormentada sobre la lascivia. El monumento levantado por los protonerds sobre una red social de performers. Inicié una limpieza para dejar intacto ese paraíso. Comencé con unas mujeres y mi obra cumbre sería Violeta.

    - ¿Quién es Violeta? - digo interesado. En realidad trato de calmarme frente a ese sujeto y no mostrar mi temor.

    - Violeta era una performer de cosplay. Ahí conocí a Dotto Hakkeru y estuve a punto de lograr inculparla de la depuración. Pero se tuvo que atravesar un agente italiano... Al cual odio ahora. - toma otra bocanada del cigarro.

    - ¿Qué tiene que ver conmigo?

    - Momento Kenji. - levanta una mano demandando atención - Ahora bien. Firmaba con las letras DH para inculpar a Dotto Hakkeru pero ese agente se dio cuenta de que era una trampa. En realidad correspondían a un lema: Dolorum Humanitas.

    - ¿Usted es el asesino de performers de la red Alpha?

    - Bingo Kenji. Pero a mi me gusta que me llamen el Dios Silente. - y deja escapar una pequeña carcajada.

    - ¿Porqué me revela todo eso?

    - Me gustaría que le comentaras todo esto a Dotto Hakkeru. Que estoy libre. Y que la reto. No puede atraparme, así como no pudieron atraparme seis años atrás. Voy tras Violeta. Tiene una hora para salvarla.
     
    #7
    Última modificación: 11 de Octubre de 2021
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  8. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    :eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek:, estás coqueteando?¡?¡?¡?¡?¡?¡?¡? con Dotto¡?¡?¡?¡?¡:eek::eek::eek::eek::eek::eek:
     
    #8
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  9. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    XIII

    Después de hablar con semejante personaje me quedo atónito.

    No tengo forma de contactar directamente con Hakkeru-san. Lilium no me responde el celular. Así que me apresuro a buscar a Fumiko Ai en los almacenes de Gotanda. El Dios Silente habló de una cosplayer a la que le iba a hacer una visita nada grata.

    Estaba asustado así que corrí para tomar el último autobús. Al bajar también corro para tratar de alcanzar a Fumiko-san.

    Y lo consigo. La encuentro ya vestida sin su uniforme con unos lentes de pasta más grandes de los que llevaba en la mañana. La detengo y comienzo a decir - Por favor, no salga de los almacenes. Alguien, alguien está detrás de usted. es decir de Violeta.

    La mirada de la mujer cambia. En lugar de ser amable me mira con cierta perversión en la mirada. Como el depredador que ha alcanzado a su presa. - Kenji-san, yo no soy Violeta. Pero con lo que acaba de decir me confirma que me siguió bajo las ordenes de Dotto Hakkeru.

    No puede ser. Al parecer acababa de revelar todo a los malos. Estaba en problemas.

    - Solo por diversión le diré algo Kenji-san. Violeta no soy yo. Es la ... "novia" de la piedra en el zapato para Dolorum Humanitas.

    Abro los ojos grandes como platos ante esa revelación.

    - Así es. Antes de ser una ilustradora famosa y reconocida Lilium fue una reconocida cosplayer, la número uno en la red social de performers. Iba a ser la última víctima de nosotros. Y entonces apareció ese agente italiano y la molesta Dot Hacker. ¿Y sabe porqué la salvó? Dot estaba enamorada de Violeta.

    Eso no me parece tan raro, pero si que el Dios Silente y Fumiko-san estuvieran de acuerdo. Ella se veía tan normal cuando hablé con ella por la mañana.

    - Acompáñeme Kenji-san. Vamos a ir a un lugar donde presenciará el momento cumbre de mi obra en Tokio. El fin de los días para el sufrimiento humano ocasionado por las religiones. - dice esto mientras me muestra una pistola de bajo calibre asomada debajo de un saco que lleva sobre uno de sus brazos.


    XIV

    Es humillante ir delante de una mujer que te apunta a lo lejos con una pistola de bajo calibre. Es como si te dirigieran a distancia. Pero debo hacerlo, a menos claro que encuentre alguna solución. En este barrio tranquilo y a esas horas de la noche es casi imposible perderla. Las calles son amplias.

    Intento pensar en algo rápido para que me pueda cubrir y no dañar a terceras personas. No se me ocurre nada y el tiempo corre. Debo avisarle a Dotto que Lilium está en problemas.

    Cuando llegamos a las proximidades de la estación del metro encontramos una calle angosta. Ahí pide que entre hasta la puerta de un bar donde una señorita nos invita a entrar. Al parecer conoce a Fumiko por que la deja entrar con solo un gesto.

    En lugar de subir a donde están las instalaciones del bar en un piso superior, descendemos al menos dos niveles debajo de la calle a una especie de sótano blindado.

    Esta construcción no es nada común. Me pone en alerta ver que está iluminado de manera tenue. Es un espacio casi vacío de al menos 100 metros cuadrados. caminamos alejándonos de las escaleras. Al final veo a una persona con el pelo encanecido vestido con una sotana negra y en una postura de mucha dignidad a pesar de estar atado a una silla de madera.

    Fumiko se dirige a él en inglés: - ¿Padre, me ha extrañado?

    El sujeto no responde y mantiene una expresión seria de dignidad como si se sintiera ofendido.

    Fumiko se arrodilla pero rie mientras dice - Padre he vuelto después de estar un tiempo pensando en mis pecados. Por las vidas que he tomado, por las mentiras que he tenido que decir iré al infierno.

    Se ve algo desquiciada. Después se dirige a mi.

    - Kenji-san, una víctima inocente más. Una más que tendré que tomar.

    - No tienes que hacerlo Fumiko-san. Siempre hay una solución.

    - ¡No la hay! - grita Fumiko y su eco retumba en el cuarto amplio. - No hay cura para esto que me carcome el alma desde hace años. - y llora de manera eufórica y después señala al hombre atado - Este tipo que se supone debía cuidar las almas de la gente .... me violó cuando era una niña...

    La revelación me hace sentir repugnancia pero también me hace ver que el tipo ni siquiera se inmuta. Realmente parece orgulloso.

    - Un día conocí a un español, Albertho García, el famoso millonario. Me vio en las calles con miseria y estaba a punto de suicidarme por la vergüenza. él me salvó, me mandó lejos a estudiar y ser alguien diferente.

    Escuchar su historia comienza a generarme sentimientos encontrados. Al parecer estaba justificado su odio. ¿Hakkeru-san sabría de esto?

    - Y en esa nueva vida conocí al que ahora es mi esposo. Él no sabe nada de esto. Pero por las noches no podía dejar de pensar y recordar a este tipo. No logro sacarmelo de la cabeza. Y entonces apareció el Dios Silente y otros más. Me ofrecieron unirme a esa organización llamada Dolorum Humanitas. Buscan acabar con el sufrimiento humano. A cambio debes darles una propuesta de como lo harías.

    Me llevo la mano a la boca en un gesto dubitativo - Y esa propuesta es acabar con las religiones que someten...

    - Kenji-san, las religiones enajenan y permiten que unos se sometan a otros. Voy a comenzar esto colgando a ese tipo en las puertas de su mal lograda iglesia.

    Estaba horrorizado. Pero debía hacerme el fuerte o al menos el valiente. ¿Qué podía hacer? Pero entonces comprendí que pensaba hacer conmigo.

    - Me trajiste para.... inculparme.

    - Eres muy inteligente Kenji. Lástima que no eres tan inteligente como para hacer oídos sordos de esa tal Dotto Hakkeru.

    Acto seguido tomó mi mano y puso en ella la pistola. - Dispara.... - dijo en un tono monocorde mientras con la otra mano me apuntó con otra arma más grande.


    XV

    No puedo hacerlo. No puedo hacerlo.

    NO puedo hacerlo.

    Me sudan las manos. Dicen que en los últimos minutos puedes ver tu vida desfilando delante de tus ojos. Pero estoy en un estado de máxima alerta.

    Y tomo una decisión. La peor de mi vida, lo sé.

    Sé que lo que hizo esa persona es imperdonable... ¿pero realmente debe morir así? No lo conozco. Es mi vida o la suya.

    Siempre en los acertijos de dilemas morales no acertaba las respuestas correctas. O al menos las decisiones que tomaba la mayoría. Mi madre me decía que era demasiado amable.

    ¿Qué debo hacer? tampoco soy una persona muy religiosa pero eso no me hace una persona mala o que infrinja la ley. Prefiero mediar...

    Simplemente bajo el arma como en señal de estar rendido, vencido.

    Quiero decir algo pero se que lo que diga hará que esa mujer desquiciada me vuele los sesos. Su mirada me ve con ira.

    - Kenji-san. No tienes que disparar. - sonríe - el arma no está cargada. Solo quería saber si podías ser uno de los nuestros. - se moja los labios como si estuviese coqueteando conmigo. - eres... atractivo.

    Dice esa última palabra lentamente y me hace sentir desnudo. Jamás me habían hecho sentir así. Es como cuando un hombre va por la calle y desnuda a una mujer con la mirada. Es terrible.

    - Ok, ya que no me harás caso, me servirás... antes de que te inculpe.

    Ella es bonita a pesar de usar lentes pero su mirada me hace sentir acorralado.

    Luego se dirige al tipo en la silla - Se acabó padre, hoy es su último día. Rece ahora. - y corta cartucho.

    El padre no dice nada sigue con su postura digna.

    Y en el último minuto aparece alguien.... una persona extraña.... una mujer portando una máscara como las de los carnavales de Venecia.

    - Fumiko.... oh Fumiko - dice en inglés. - estás muy enferma -

    - ¿Quién eres? ¿Quién te dejó entrar?

    - No necesito el permiso de nadie loca de atar.
     
    #9
    Última modificación: 16 de Octubre de 2021
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  10. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    :rolleyes::rolleyes::rolleyes::oops::oops::oops: AH, UNA SORPRESITA, saludos Silver, :)
     
    #10
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  11. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    XVI

    Esta mujer es atlética. Puedo saberlo por que su postura está bien plantada y tiene marcados algunos músculos del brazo. Quizás sea una policía por que su manera de hablar indica la clase de autoridad que impone. Sin embargo su máscara, la cual cubre la mitad del rostro la hace ver un poco teatral. Quisiera saber si es amiga de Dotto.

    Fumiko la mira con decisión pero mantiene su sonrisa histérica y le dice - Ahora se levanta el telón para nuestra opereta. -

    La mujer enmascarada levanta una pistola y apunta para mi sorpresa al padre - Tienes 10 segundos loca de atar. ¿Le disparo? - y ríe también - Sé bien que lo que buscas es tu venganza. Si lo mato antes todo se derrumba ¿no?

    Después ella me voltea a ver como molesta. Como si fuera un bicho raro en un campo de césped inmaculado. - Dot estaba preocupada porque tu celular ya no era rastreable. Pssttt. Y me mandó a ver donde estabas. ¿Mandarme a mi? Como si no tuviera mejores cosas que hacer....

    La interrumpo con una voz suplicante que me sale por reacción - Dot... Dot debe saberlo... - y me sale una tos nerviosa - Violeta... El Dios Silente...-

    - ¿Qué diablos estás diciendo?

    - Me encontré con el Dios Silente. Va detrás de Violeta....

    La mujer hace un gesto de no comprender nada. Luego parece que toma una decisión a las prisas.

    - No tengo tiempo para ti loca.... - Y la carga llevándosela consigo. Después me toma del brazo señalándome la puerta,

    Subimos los dos niveles rápidamente mientras Fumiko Ai forcejea y patalea estando en las espaldas de la mujer enmascarada. En un momento dado se le mueve la máscara por los movimientos bruscos y puedo ver una parte de su rostro. He notado una quemadura.

    Al llegar al nivel de la calle toma un celular algo extraño con una antena más grande de lo normal y comienza a hablar.

    - ¿Alessandro? Si... Aquí Bianca. Oh por Dios. No me reclames ahora el uso de nombres clave. No hay tiempo. Kenji me acaba de decir algo de que un tal Dios Silente va detrás de una tal Violeta.

    Escucho un silencio tenso por algunos minutos. Inclusive Fumiko parece estar interesada en que va a pasar.

    Bianca cuelga y baja a Fumiko a quien se dirige. - Ustedes deben ser el brazo táctico de Dolorum Humanitas. Nos pusieron una trampa para distraernos de cuidar a Lilium. ¿No es así?

    Fumiko vuelve a sonreír de manera extraña - So.... admiten que somos mejores tacticamente.

    Bianca le golpea en la mejilla con la mano cerrada. - Jamás ... jamás hay que halagar al enemigo durante la guerra. Pero he de admitir que están haciendo buen trabajo.

    Fumiko se toma la mejilla dolorida pero su sonrisa retorcida no desaparece. - Ustedes, siempre en medio de nuestros planes. Esta vez ganaremos para variar. Violeta debe estar en estos momentos rumbo a México junto con el Dios Silente.

    - ¡Nuevamente jugando sus cartas! - grita Bianca - Así que quieren un enfrentamiento final en un país que no conocemos...

    - No agente Bianca... es donde todo comenzó para el agente Alessandro.. y ahí debe de terminar...




    Epílogo


    Diablos, truenos y rayos. Estoy en un avión rumbo a México. Un país que según he visto en la televisión está lleno de gente a caballo, marihuana y mafiosos llamados capos. Y todo esto por meterme en la vida de otros. ¿Qué voy a hacer ahora?

    Lo único que me consuela es volver a ver a Chise. Voy a tratar de salir de esta mala situación por ella. Por volver a verla.

    Escuchar su dulce voz con esas canciones. Sus interpretaciones ... de verdad me siento entre nubes recordando la emoción de nuestra primera cita.

    Lo que más recuerdo de ella es esa canción en la que canta con mucha emoción acerca de un corazón roto.



    Esta historia continúa en "La revolución final"




     
    #11
    Última modificación: 16 de Octubre de 2021
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  12. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    Silver definitivamente en lo que tu haces 3 novelas yo apenas hago media novela. Te felicito, :D

    [​IMG]
    Es la nueva imágen de Dot, para relajar la novela.
     
    #12
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  13. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    :-D me gusta esa imagen. Muchas gracias Desire por leer y por la visita. Un saludo cordial y espero que tengas una excelente semana
     
    #13
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  14. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    Super feliz semana para ti también.
     
    #14

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