En silencio absoluto, una flor blanca

Hoy he tenido contacto con la muerte.
En absoluto silencio ha fallecido un familiar cercano.
Se fue tan simple como simple fue
su propia vida:
sin crear una familia,
sin dejar una huella heredada.
Así se fue, la que nunca fue nada.

Sin embargo,
tomando la mano del cadáver,
allí estaba en sentido duelo,
un sobrino que en vida le promedio cuidarla;
y así lo hizo,
siempre le tuvo el cariño que se le tiene a una madre,
aunque ella nunca fue nada.

Y viéndolo allí, en su silencio doliente,
al lado de la estrella que le abandonaba,
Comprendí que hasta la más simple vida,
que en vida no fue vida,
puede sembrar para siempre una flor blanca
en el alma del hijo que nunca tuvo,
aunque nunca en su propia biografía
escribió nada.

Frank Calle (11/sept./ 2021)

 

El poema es bastante justo a la realidad. De hecho fui el testigo de ese momento. Ya se sabía que no le quedaban horas de vida, producto de un cáncer de pancreas en fase terminal. El muchacho con su novia la llevaron al hospital y allí nos reunimos. Era obvio que ambos, sobrino y tía, se estaban despidiendo sin decir nada. Al levantar el nuevo día, sin dormir, decidimos regresar a su casa, a su cama, a su minuto final... Y todo terminó en absoluto silencio; ni siquiera dijo palabra, y por eso no lo supimos, hasta que llegó el médico de la familia y certificó que ya no estaba.
Esa es la historia, lo demás lo narra el poema.

Muchas gracias por su comentario.

Unabrazo,

Frank
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Muy agradecido, Mamen, en nombre de la que se fue en silencio, que desde su primer minuto de ausencia, nos inspiró este recuerdo.

Muchas gracias,

Frank
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