Yo recorrí senderos con andar peregrino

Yo recorrí senderos con andar peregrino,
he luchado en batallas que nunca fueron mías,
he llorado mil muertes en los aciagos días
en que solo era luto mi agónico destino.

Nunca fui Dulcinea, yo quise ser Quijote,
luchar contra un molino, deshacer un entuerto,
segura en lo inseguro de mi destino incierto,
¡mas no existe barrera que el ímpetu me acote!

Soy la loca que espera en un puerto vacío
donde se apilan sueños con esperanzas rotas,
empapada de penas, aterida de frío.

Soy la joven que un día lloró con las gaviotas,
esa dama de negro que galopa con brío
al nuevo amanecer que surge en las derrotas.​

 

Si no vas por ahí de Aldonza entonces que sea de Valquiria.
Un beso, Isabel.

 

Sergio, ante todo gracias por tu ingeniosa huella.
Hay muchas mujeres que nos habitan a lo largo de nuestra vida, por eso os cuesta tanto entendernos. ¿Vaquiria ? por qué no? ....
Abrazos, Sergio
Isabel

 

Querida Camy, qué suerte tener al otro lado una persona como tú, tan cercana, como decía un día una compañera. somos pocas en este espacio nuestro, que empezó con un Rincón, pero somos fieles a nuestra forma de pensar y de ver la vida, fieles a nosotras mismas y a nuestros ideales, hemos aprendido a andar por renglones torcidos con lo ojos cerrados.
Gracias por esa mirada tuya llena de afecto, que comparto y por todo tu apoyo.
La admiración es mutua, querida Camy.
Un fuerte abrazo, con todo cariño
Isabel

 

Ay, mi querida Carmen, hasta comentando se nota que eres Poeta, qué bonito lo que me has dicho, aquí, Gracias, amiga
Un gran abrazo, con todo cariño.
Isabel

 

¡Andrea! es una alegría grande tu presencia en este espacio.
Gracias por tu valiosa huella.
Un abrazo fuerte.
Isabel

 

Querida Valen, gracias por tu lectura, por tu apreciada huella. No sabes la alegría que me da que estés aquí.
En cuanto a ser Quijote, la verdad es que uno se pasa media vida deshaciendo entuertos, y muchas veces confundiendo molinos con gigantes, pero también tenemos en nosotras mismas al buenazo de sancho que nos cura las heridas y nos pone los pies en el suelo. Podemos ser también, todas las mujeres del Quijote, en distintas etapas de nuestra vida, y es que el Quijote da para mucho.
Un fuerte abrazo, con todo cariño querida Poeta.
Isabela

 

Saludos, bella Isabel!
Ser Quijote, vaya quién no quisiera serlo y es que nos toca sí o sí, en este duro andar por las empedradas calles de la vida, cuánta fuerza llevan tus versos y cuánta esperanza en la crudeza ...
Siempre me llegan profundo tus versos, un abrazo desde mi alma hasta la tuya, cariños,

ligiA