La discusión

En el Reino Ignoto, allá donde viven Titania y Oberón, moran los espíritus alegres, las hadas, los elfos, los gnomos… Es el mágico lugar que regala instantes de felicidad a los hombres. Son gentes que trabajan duro, que cuidan la tierra, las plantas, embellecen las flores y fortalecen los árboles. Pintan los paisajes de la primavera y también los del otoño y procuran que ni el intenso frío del invierno, ni el abrasador calor del verano, lastimen la tierra y lo que en ella vive.

Es por ello que, de vez en cuando tienen sus fiestas. Celebran los equinoccios, los solsticios, el último miércoles del verano y las lunas llenas de primavera. Esos días hay gran alborozo en el Palacio de Luz, se adorna y embellece con todas las cosas que aman los seres mágicos. Y ya sabéis como se preparan dulces con miel, frutos secos y las más variadas frutas.

Este año, en el equinoccio de primavera, han invitado a acudir a los enanos. Los enanos son un poco “especiales”, gruñones les llaman los elfos jóvenes. Viven muy apegados a la tierra, de hecho les gusta vivir en galerías bajo tierra, excavar, encontrar tesoros y extasiarse contemplando sus riquezas. Gruñen porque siempre están pensando que alguien va a ir a quitarles lo que tienen y eso les avinagra el carácter. Por lo demás, no son mala gente y tanto Titania como Oberón, los aprecian mucho. De modo que siguiendo la línea de fresnos que atraviesa el Bosque Añoso, hasta llegar al cercado de los abedules, caminaron los enanos hasta hallar el viejo Roble Hendido, donde se encuentra la puerta de entrada al Palacio de Luz.

Como siempre después de comer y de beber, hubo canciones, bailes, se recitaron poemas y los enanos con su voz gruesa atronaron el espacio con sus cantos de trabajo. Surgió entonces una discusión: “qué es lo más bello que se puede conseguir de la tierra”. Las hadas hablaron de las flores, las ninfas de las aguas, los elfos de las altas copas de los árboles.

“No, no”, dijeron los enanos, “algo tangible, que se pueda tocar, palpar y llevar de una parte a otra”. Quedaron todos pensativos, buscando qué podría ser y Titania dijo: “Nos citaremos aquí en el equinoccio de otoño. Durante este tiempo los enanos buscarán aquello que les parece más precioso y nosotros haremos lo mismo por nuestra parte. Cumplido el plazo nos veremos de nuevo y cada grupo enseñará lo que ha encontrado y decidiremos lo que nos parece mejor”. Estuvieron todos de acuerdo y, una vez terminada la fiesta, los enanos se dirigieron a su reino y Oberón reunió a las gentes del suyo y les dio las instrucciones de que viajasen por toda la tierra y que trajesen aquello que les pareciese mejor.

Eligieron a un pequeño grupo de dos elfos y dos hadas para hacer este encargo, con la indicación de que para el equinoccio de otoño tenían que estar de vuelta. Ciertamente encontrar algo tan bello es una tarea difícil y más cuando los gustos de ambos grupos eran tan diferentes.

Por su parte, los enanos lo tenían claro, un diamante deslumbrante o una esmeralda de ese verde trasparente, seguramente, dejaría a las hadas sin habla. Sin perder tiempo se pusieron a excavar en sus minas para dar con la preciada piedra.

Las hadas y los elfos, volaron por todo el derredor del mundo, asombrándose con todas las cosas tan hermosas que encontraban. Pero o bien eran muy grandes o no se podían mover. Por fin, al cabo de unas semanas, casi con el tiempo justo encontraron en una vega escondida, donde el agua era rumorosa y clara y el sol llegaba con sus rayos a dar calor a los arbustos, uno que tenía lo que a ellos les pareció un tesoro. De modo que lo cogieron y volvieron al Palacio de Luz, muy alegres por haber conseguido aquel tesoro y por llegar a tiempo para la fiesta.

El Palacio lucía como nunca. Cientos de luciérnagas se habían ofrecido para iluminar los salones y los escarabajos habían bruñido sus caparazones y brillaban como espejos. Todo era alegría y buen humor y de ese modo trascurrió la fiesta hasta que, terminados los bailes y los cantos, se dio paso al asunto que los había reunido.

Primero los enanos sacaron un enorme diamante, que refulgía con la luz y llenaba de destellos brillantes el salón. Todos quedaron asombrados. Las luces se tornaban de colores a medida que los enanos movían el diamante, pero al cabo de un rato de contemplar lo mismo, nuestros amigos perdieron un poco el interés.

Tocó entonces a las hadas y a los elfos, enseñar lo que habían encontrado. Pacientemente sacaron de una bolsa una esfera de color marrón. La mostraron a todos y explicaron: “Es una esfera que se asemeja a la Tierra, aunque mucho más pequeña; tiene ahora sus colores, pues es parda y ocre en algunas zonas que son los colores con que el otoño se viste. En su parte más alta tiene una corona, formada de su propio ser y que nos recuerda que a la Tierra hay que tratarla como a una reina. Pero eso no es todo, ahora veréis” y dando una vuelta a la esfera, metió los dedos donde había una pequeña grieta y la abrió completamente. Un enorme montón de granos rojos brillantes y tersos, como de cristal, refulgían a la luz de las luciérnagas. “Esto nos dice que si tratas bien a la Tierra, ella te inundará con sus tesoros”. Los enanos estaban boquiabiertos: “son como pequeños rubíes que llenan esa esfera”.“No es todo, falta lo mejor”, dijeron las hadas, “además, se comen y saben muy dulces”.

Todo el mundo quiso probar aquellos granos hermosos y sabrosos y hay que decir que a todos les gustaron. Los enanos reconocieron su derrota, pero eso hizo que se sirviese más aguamiel y más nueces y avellanas, con lo que volvieron los cantos y las risas.

Titania sonrió al reconocer en aquel tesoro las granadas que tanto tiempo atrás Oberón y ella habían nombrado en los inicios del mundo.

Desde entonces, nunca faltan las granadas en las fiestas del Palacio de Luz.

 

Como te decía hoy más temprano, tus relatos de este reino son más que una colección; son buenos momentos de lectura, puertas a otra realidad, deseos de creer que esa tierra existe y definitivamente es cierto porque ella habita en las letras y las letras en el corazón de quienes las atesoran. Creer en crear y viceversa.
Me da una profunda emoción el contexto del bosque, las fiestas de la rueda del año que a mi modo ver son la única "religión" al alcance de todas las almas y la que se celebra con tan solo apreciar y aceptar los cambios en los árboles y en el clima.
Algunos personajes se nos parecen y aunque no tengo nada de hada , disfruto de esa dulzura que les das, sobre todo a la reina.
Titania y Oberón para mí ya son parte de mi vida literaria y siempre te agradeceré por ellos.
Con respeto al capítulo de hoy, te quedó una preciosa leyenda acerca del origen de la granada y la manera en la que aparece en la historia como ese tesoro bello y además nutritivo, me encantó.
Y yo creo,, Luis, que un libro tangible con tus cuentos podría haber sido el tesoro que yo (como brujita) hubiera presentado ante los reyes en esa celebración.
Gracias por compartir páginas tan hermosas. Perdón si me extendí, pero las cosas lindas merecen comentarios lindos.
Abrazos con admiración, cariño y mi amistad.

 

Estuve indeciso sobre si publicar las historias de la Tierra de Oberón. Al final lo he dejado en el limbo y no sé si esa aventura llegará a su fin.
Hoy, tenía ganas de volver al Reino Ignoto. Me hace bien pasear sus veredas, observar los tejos, acariciar los abedules, abrazar los fresnos y las encinas. Buscar la hendidura del Roble Viejo y visitar a Titania y Oberón. Llevaba tiempo con ganas de escribir sobre la granada, una fruta coronada y que a mí, particularmente, me agrada mucho
Esto fue lo que se me ocurrió. Tardé bastante, pues el computador que tengo ya es viejo y tiene ideas propias, con lo cual escribir algo inteligible me cuesta un montón de tiempo. Pero tras leer tu comentario, estoy seguro de que mereció la pena. Gracias por tu visita temprana y por este comentario tan hermoso y tan dulce. Es bonito compartir historias con aquellos que las entienden, las encuentran significado y las hacen un poco suyas. Sabes que valoro el cariño que pones en tus letras y que tu presencia amiga es un tesoro para mí. Un abrazo enorme.

 

Tus historias siempre dejan un sentimiento muy grato. Los personajes son queribles cada uno con sus particularidades que los hacen únicos. La historia que hoy nos cuentas es preciosa y nos demuestra que la naturaleza está llena de tesoros y que si prestamos atención hay tantas cosas bellas que no sabríamos cuál elegir. Me encanta la descripción que has hecho de la granada porque ese maravilloso fruto, elección en la que todos coincidieron dio paso al disfrute compartido y la competencia quedó en otro plano, todos ganaron. Muchas gracias por llevarme de viaje a tus tierras encantadas que tanto bien me hacen. Un gran abrazo Luis y que tengas una bella semana.

 

Muchas gracias por llegar de nuevo a mi rincón mágico. Mis cuentos, escritos para leer a los niños, encierran una visión positiva de la vida, que es lo que intento trasmitir. Me alegra que te hayas encontrado a gusto entre mis letras, pues eso es lo mejor que nos puede ocurrir a quienes escribimos. El mundo rebosa de cosas hermosas, si ampliamos nuestra mirada, descubriremos auténticos tesoros, como la granada. Muy agradecido por la amabilidad de tu comentario y sobre todo por tu lectura. Recibe un cordial abrazo.

 

También mis cordiales saludos para ti. Espero que te encuentres a gusto en tus visitas a la Tierra de Oberón. Para quienes conservamos el niño que fuimos en el fondo del corazón, estas historias tienen un toque de ilusión. Gracias por tu lectura y tu presencia en este mundo

Un abrazo y mis mejores deseos para ti.

 

Solamente hay que abrir los ojos para encontrar los tesoros que nos rodean. Tú eres un escritor con los ojos muy abiertos y en la mano una pluma sensible que sabe dar color y sentimiento a esos tesoros y señalar el camino hacia ellos. Un gusto siempre leerte estimado amigo. Un abrazo.

 

Un placer saludarte y encontrarte en estas letras. Siempre comento que si vas por el mundo con los ojos abiertos, el mundo te maravillará. Si a eso le pones un poco de imaginación, ya está el cuento hecho.
Gracias por la lectura y por dejar tu huella en este comentario tan amable. Un abrazo.

 

Ya ves Ligia, me resisto a dejar de ser un niño, a dejar a un lado la magia y la fantasía. Por eso me atrae este mundo de hadas y elfos donde me siento a gusto. Únicamente un puñada de miembros de Mundo Poesía llegan hasta estos rincones y siempre son bienvenidos. Me alegra tu presencia y me gustan tus palabras. Nunca dejes pasar la magia.
Un fuerte abrazo y un beso.

 

Luis, tus relatos de la Tierra de Oberón son embriagadores, en el sentido de que te instalan según vas leyendo en un estado de bienestar difícil de definir y del que uno no querría salir.
Solamente quiero agregar mis felicitaciones y enhorabuenas para tu obra... que creo es pura magia.
Recibe un maravillado abrazo.
Javier.

 

Gracias, Javier por recorrer estas líneas con el espíritu abierto y la curiosidad íntegra. Es lo que pido a quienes se acercan a esta Tierra de Oberón, que mantengan viva la fantasía, pues de ese modo descubriremos mundos.
Un abrazo y mi amistad.

 

Me alegra que te haya resultado agradable. Gracias por la lectura y el comentario. Un cordial saludo.

 

Ayyyy Luís qué fácil es soñar al leer tus escritos, ellos desbordan imaginación, sensibilidad, encanto y apasionado lirismo, tu prosa es poética, despierta en nosotros emociones que andaban como dormidas sin llegar a apreciar esa belleza que nos rodea,y es que, amigo mío, tenemos el paraíso al alcance de la mano para disfrutarlo y defenderlo de quienes quieren profanarlo, la Tierra y su maravilloso equilibrio, están ahí para que lo mantengamos vivo, y para que antes o después aprendamos a cuidarlo y a valorarlo como se merece. Ayyy qué preciosa es una granada, por fuera y por dentro, qué dulce y sabrosa está...Esta lectura que nos compartes para el público infantil es una lección de aprendizaje que les hace disfrutar aprendiendo y que crea en ellos a futuros protectores y defensores de nuestro Planeta.
Encantada de leerte mi querido amigo, es siempre un gozo leerte. Cuídate mucho, besos para ti con todo mi cariño y llenos de admiración y gratitud por compartir tu obra....muááácksssssss

 

Muchas gracias, Isabel, por tan amable comentario y más viniendo de una poetisa de altos vuelos como tú eres. Mis cuentos son así. Son el producto de abrir los ojos y contemplar el mundo que nos rodea. Saber discernir lo importante y lo valioso de aquello que únicamente tiene precio. Agradezco tu visita a este cuento. Son las Tierras escondidas de Titania y Oberón, al alcance de quienes no han perdido la emoción y la imaginación de la infancia.
Un gran abrazo y muchos besos.