No a la guerra

Agudo filo muestra la navaja

de Marte broquel púrpura teñido

con cuatro jinetes y el dios temido,

van Hambre, Blanco, Guerra y el que Taja.


El Mundo tambalea y se desgaja

en pulsos de un poder incontenido

Enola Gay, fantasma revivido,

demanda horror y en vuelo al Hades baja.


David y Goliat..., el resto nada.

Del yelmo apenas una flor que viva,

impera el tanque y la temible ojiva

y el pluto Urano músculo no cede.



La guerra nunca vence, ni aun ganada,

la paz, si convenida, loor precede.​

 

Ojalá pare la insensatez de los que provocan la guerra y se pueda conjurar el fantasma de Enola. Grata lectura. Saludos, que este bien compañero.

 

Gracias por tu lectura y criterio, Daniel. La locura llevada a tales extremos sería demoledora. Paz y bienestar para ti y para este mundo convulso.

Frankos.

 

La guerra,acusa la desmedida sed de poder de los políticos; En tanto ellos planean disfrutando un café ( quiero creer que solo es café) como,cuando invadir su objetivo, los pueblos invadidos e invasores sufren las consecuencias.
Hermosas letras
Un placer leerte

 

Agradecido por el aporte crítico de tu comentario, Laura. Cada vez creo menos en la honradez política, sobre todo la que exhibe sus valores y luego los pisotea por intereses.

Con afecto.

Frankos

 

Ojalá termine todo esto pronto. Interesante y mitológico poema de repulsa a la guerra. Un abrazo

 

Agradecido, Minona. Las reuniones para detener estos desastres sociales de terror deberían ser ininterrumpidas. La Paz es la única palabra que destruye a la guerra, cuanto más se tarde en alcanzar un acuerdo, más se convulsionará este Mundo, cada vez más frágil.
Afectivo abrazo,

Frankos