Hablan las mariposas III (La mariposa del madroño)

Del madroño vengo
y vuelo
entre pinos y algarrobos.
Soy reina en el aire,
desaire
de lo liviano ante todo.

Los humanos miran,
admiran
los requiebros de mis alas;
elijo una flor,
candor
del existir, de la nada.

Mi tiempo es efímero;
lo digo
para ver si me respetan
hoy los "cazainstantes"
pedantes
de una belleza incompleta.

Hija del madroño,
entono
un silencio universal
que escribo en el viento
diciendo:
por favor, dejadme en paz.

 

¡Y cómo habla! mi querido Alonso, su vuelo se dibuja en tus versos con arte y belleza, su lirismo hipnotiza el alma y la llena de candor y profunda reflexión, una mariposa es una maravilla y por desgracia muy poquita gente sabe maravillarse de la belleza que nos asiste, belleza y sabiduría que para alcanzarlas solo hace falta estirar el brazo y hacer volar nuestra mirada. Encantada de leerte maravilloso amigo, muchos besos llenos de cariño y de admiración....muááááćkssss

 

No me gustan un pelo los cazadores, tampoco los de instantes; sí me gusta tu poema, y sobre todo ese final tan rotundo y justamente reivindicativo. Un placer recalar en tus versos, Alonso. Por cierto, eso del madroño me resulta muy madrileño .
Mis felicitaciones y abrazote amigo.

 

Protegidas las tengo, y me tengo, allá en las montañas donde el porche abre sus vistas; de hecho, sus ventanales son la única televisión, con documentales a la carta.
Un abrazo Sergio.

 

Con sus vuelos recrean el verano, algunas hasta se posan en el vaso o las botellas mientras comemos... incluso en el brazo. Cuando eso ocurre, creo que inventamos una nueva comunicación de tactos y cercanías.
Muchas gracias, Lomi, y un abrazote desde estos tórridos lugares y en pleno cambio climático... que alguien nos salve.

 

Suelo convivir con ellas estos meses veraniegos de retiro, con ellas y con una libélula de tonos verdes que planea por encima de los sombreantes de la terraza de abajo. Desde el porche de arriba es todo un espectáculo. Supongo que cada año es una diferente, pero seguro que son familia.
Muchas gracias a ti, Isabel, por volar por estos lugares repletos de alas y de poesías.

 

Je, je, creo que hay más madroños en mi barranco que en toda la ciudad de Madrid; o al menos yo nunca los vi en mis innumerables viajes allá por los años ochenta y noventa. La primera vez que los vi, en las Tierras Altas, no sabía lo que eran, pero la Violeta botánica me dijo, no ves que son madroños.
Ayer subí a regar los arbolitos y las plantas aromáticas, y no se me ocurrió otra cosa que escribir este poema con el carajillo del almuerzo, frente al ventanal que se abre al bosque.
Un abrazote, amigo Luis, en este entretiempo de mudanzas.
Tampoco me gustan los cazadores... pregúntale a mi cuñado, que dice que le tengo manía. ¡Pues claro!

 

Cuesta cuidar un jardín y cuesta preservarlo, con sus procesos naturales, de otras incursiones menos naturales.
Aquí tenemos los madroñales, como en tu jardín, en la parte baja de la finca, pero las enormes mariposas suben hasta la casa para volar libres entre yucas y algarrobos y exhibirse ante nuestros ojos agradecidos.
Siempre es un placer encontrarte entre versos y entre la naturaleza que nos circunda.
Un gran abrazo, Ligia, desde los llanos aún hoy y a la espera de subir a las cumbres lo antes posible.

 

¡Muy buen grito de guerra, sí señor!
Se dice que si se te posa una mariposa te inunda de cambios y creatividad y estoy segura que, en ese ambiente que nos describes, eso es lo que te ha pasado, que una mariposa se te posó Felicidades por tu inspiración, Alonso, ha sido un placer leerte.
Un fuerte abrazo,
Eva

 

Pues a pesar de los tórridos calores cuánto me gustaría estar ahí con vosotros y maravillarme de semejante espectáculo, con la vehemencia de tus palabras he podido contemplar a esas preciosas mariposas que se detienen en vuestros brazos......muááááááacksssssssssss

 

De cambios me inundaron las mariposas, el Silvestre (cabra hispánica), la Rita (zorrita con descendencia), los Trufos (jabalíes con los que aún no me atrevo a contactar). Allá, en nuestro parque protegido, qué menos que pedir que nos dejen libres y en paz.
Muy agradecido, Eva, por esa mirada que entiende de prioridades.
Un gran abrazo.

 

Ayyyy, y a mí que también me gustaría estar ya allí, y recibir las visitas, y enseñarles el barranco y la peña, y montar la piscina hinchable para refrescar las siestas y las noches. De momento seguimos atados al trabajo y subo cada cuatro o cinco días para regar e ir adecentando el terreno para finales de mes. Esta temporada citrícola se está alargando demasiado.
Otro abrazote, Isabel, hasta tu sur.

 

Hermoso como vuelo de Mariposa. Un gusto leerte.

 

Muchas gracias Luciana. Hoy en el patio se hacen notar las golondrinas; están empezando a volar sus crías y los padres atacan a mis gatos para defender su territorio alado. Así es la vida.
Un abrazo.

 

Hoy ando escuchando a las golondrinas del porche. Si se oye mucho escándalo salgo corriendo al patio. Si esto ocurre es que un "golondrino" novato se cayó al suelo en su primera práctica de vuelo. Hay que devolverlo al aire antes de que algún gato se lo apropie.
Te entiendo perfectamente en eso de adoctrinar a los amigos; cuántas veces me ha pasado a mí por aquellas Tierras. Tenemos varias clases de avispas y suelen sentarse a la mesa las carniceras; la gente se espanta y tengo que adiestrarla. Cojo comida con la punta de los dedos y se la ofrezco, vienen, se posan en un dedo, hacen una bolita y se marchan. Los intrépidos que prueban el método se dan cuenta de que son inofensivas.
Muchas gracias, Javier, por llegar... y ahora a hacer de albañil hasta la hora de volver a comer.
Un abrazo.

 

Tus versos porta voz de sus maravillosas alas nos cuentan. Ojalá no existieran esos ojos malos dueños de tanta intención en las manos.
Me gustó leerte estimado Alonso.
Un fuerte abrazo
Camelia

 

Todo un placer recibir tu vuelo por estos lugares donde seguimos intentando formar parte del aire y de la tierra que nos alberga.
Ojos hay que no miran a los ojos; les tengo prohibida la entrada.
Un enorme abrazo, Camelia, entre vuelos.

 

que golpe, jaja, estupenda, genial voz, Alonso.
Encantadoras letras. Poeta.
(no he podido contener la risa, y mira que no son horas, je).
Besos,

 

Claro que te entró la risa... si tú hablas con las mariposas y los jilgueros. Siempre es hora de volar, Ro, o de posarse en un madroño.
Besos....

 

Fue el momento, je.
Del disfrute que nos proporciona escribir (lo digo por mí, claro).
No por ello lo dejé y dejo, ahora que estoy aquí, de verlo original, mucho. Diferente. De lo que es capaz la "contemplación" cuando se tropieza con el movimiento... Quizá está en nosotros, en eso de "feos o ....", en relación a lo humano, claro.
Nada, ganas de decir algo, Alonso, jaja
Ya sabes.
Hasta tus montañas... Besosss

 

Muy buenos estos versos Vicent dedicados a la mariposa del madroño pero todas ellas pueden sentirse identificadas independientemente del vegetal en el que se posen o revoleteen. Son tan bonitas y pizpiretas que es imposible dejar de observarlas, es como si todos sus colores nos entraran en el alma, en el último verso anda ya un poco enfadada con esos humanos que no respetan nada. Me ha encantado
Besos y Abrazos para tod@s hasta esas tierras de azahar y que la lluvia sea un regalo.

 

Pues ya puestos a decir, en la contemplación nos reconocemos; aunque ahora los campos no nos den ni un respiro... solo un instante para saludar a abejas y arañas y pulgones y hormigas... y algún que otro pajarillo.
Volveremos donde los madroños cuando llegue la primavera. De momento a la espera entre trabajos.
Besos hasta las islas, Ro.

 

Pues ya puestos a decir, en la contemplación nos reconocemos; aunque ahora los campos no nos den ni un respiro... solo un instante para saludar a abejas y arañas y pulgones y hormigas... y algún que otro pajarillo.
Volveremos donde los madroños cuando llegue la primavera. De momento a la espera entre trabajos.
Besos hasta las islas, Ro.

 

Ya sabes de mariposas, coleópteros y otros insectos; que todos ellos tienen su flor autóctona.
Ponerle voz, palabras, a sus vuelos fue todo un placer.
Besos desde estos otros territorios... campaña de trabajo para poder después acampar a las anchas.
Besos, Valentina, entre brumas matinales.

 

TANTO SE PODRÍA DECIR, PERO ELIJO CALLAR Y QUEDARME CONTEMPLANDO TANTA BELLEZA.

 

Sabes observar los vuelos y la fragilidad del aire, Ropi, y aterrizar sobre las flores efímeras de la existencia sin armar revuelos.
No me dejó el sistema comentarte en clásica, pero me apunto el comentario para tus vidalitas... me encantaron, cantora.
Un abrazote de costa a costa.