Hereja

Escribió Don Willian Shakespeare que.. hereje no es el que arde en la hoguera. Hereje es el que la enciende... Y por tal razón todos disfrutan de uno, menos yo... y coño... eso no es bueno. El pobre Sócrates fue ejecutado por no adorar a los dioses. Entonces y sin mucho pensarlo me dije… coño, a partir de este minuto necesito un enemigo... y créame... aquí no hay ningún error, usted escuchó perfectamente. Necesito un enemigo y no me importa la categoría... puede ser enemigo poderoso o poderoso enemigo, que parece lo mismo, pero no es igual. Sin embargo... hoy nadie presta enemigos y por favor, no se rompa la cabeza buscando un por qué pues el asunto es muy simple, tan simple que sólo le pido escuche lo que voy a explicar claritoclarito... Mire... tener un enemigo activa neuronas y sacrifica cualquier sacrificio. Incluso... moviliza pensamientos y la capacidad de resistencia.... Tener un enemigo ayuda a reflexionar... y sin dudas... es la estrategia de las estrategias... Y esto es tan cierto como el sol. Tener un solo enemigo te convierte en multitud... una noticia y también en consigna y hasta en cartel. Incluso... puedes llegar a ser tan importante como el libro más vendido. Y jamás lo ponga en dudas...Poseer enemigos es el delirio de las justificaciones... Nadie te contradice. Todos te respetan y temen. Hoy día… mostrar la cabeza… aunque sea de un sólo enemigo, es una vacuna contra el prójimo. Por estos tiempos vivir sin enemigos es ser culpable de cualquier cosa. Por ejemplo... mi despensa está vacía pues, como he vivido más de cincuenta años sin enemigos, es imposible encontrar empleo… Y por favor... no se asombre y respóndame con sinceridad... ¿quién no tiene en el trabajo un enemigo?... Vivir sin enemigos es una cabrona maldición. ¿Joder... quién me presta uno? Por favor... necesito comprar alimentos y pagar el servicio de internet...necesito pagar la cara electricidad, pero… creo que, en este preciso instante… ¡nadie presta enemigos! Por eso sólo me queda una alternativa... Con una salerosa sonrisa… meneando mis exuberantes caderas… y noche tras noche… voy a declarar una guerra contra mí misma.