Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Es un duro escarmiento
que insistas en poblarme de abandono.
De tu ira fui instrumento,
de tu risa el encono;
nomás espectro de un color sin tono.

 

El mea culpa entono,
admito mis errores sin problemas,
casi nunca me encono
y solo hay en mis lemas
mensajes de respeto a otros esquemas.

 

¿No quieres?, no te fuerzo.
No sé por qué razón estás sentido.
Me invade un frío cierzo
al pensar que te he herido.
Fue tal vez confusión, yo te he querido.​

 

Desensoberbecido
quedé tras tu deplante inesperado.
Soy quien más ha vivido
de joven a tu lado,
mas dices soy tunante y agrandado.

 

El pago de Oklahoma
vio nacer una rubia muy hermosa.
El alma se desploma
cuando, tan primorosa,
deja estallar su risa jactanciosa.

 

Despreocupadamente
se me acercó una dama al rojo vivo.
Atropelladamente
gritó: “¡Bicho lascivo!”
al decirle “te quiero ser nocivo”.

 

Estos hidrocarburos,
óxidos de nitrógeno y carbono
y los grandes apuros,
corriendo como un mono,
ciudad, me hacen odiarte en gran encono.

Tanto lirismo ya no me cabe en el cuerpecito.

 

Quiero bajar del trono
que es muy cansado el curro de reinar,
he de cambiar el tono
y volver a viajar
de mochilero por Madagascar.

 

Mirar hipnotizante
las serpientes presentan evidente
resulta espeluznante
tenerlas ahí enfrente.
Que su enorme belleza no te tiente.​

 

Me adhiero de repente
con esta lira para acompañar
a los que están presente,
y así poder cantar,
emulando las voces de un juglar.

 

Los dos antisistema
que se habían mirado en el concierto
de esa música extrema
sintieron que era cierto
que la flecha de amor te deja yerto.​

 

Hoy he redescubierto
el amor que queremos por cien años,
ese soñar despierto,
el subir sin peldaños
hacia cielos tan bellos como extraños.

 

¿Qué te da el tener años ?
Sin duda cada cual piensa una cosa.
¿Recelo a los extraños?
¿Vida maravillosa?
No tiñas de cruel rojo lo que es rosa.

 

Me gusta lo que esboza
su verso que describe el azul cielo
que de luces reboza
parece que es su anhelo
tender sobre su sueño dulce velo.​

 

Somos los universos
las islas y archipiélagos que habitan
los espacios inmersos
que en el vacío orbitan
en esa bella danza en que gravitan.​

 

Nos imposibilitan
el amor tus parientes trogloditas.
Ellos solos se invitan
a todas nuestras citas.
¡Trogloditas con visos sibaritas!

 

Las palabras escritas
quedan dichas con sangre en negra tinta
nunca serán marchitas
ni su idea sucinta
y vivirán en paz si las editas.

 

Cuando vienes me ciño
a esas condiciones que me expresas,
te tengo gran cariño,
pero a veces por esas
condiciones de amor es que me estresas.​

 

Si dan las cordobesas
lo que tomé de joven de las vanas
mujeres holandesas,
me teñiré las canas
y no perdonaré ni a las ancianas.