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Sombrero blanco

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por silveriddragon, 20 de Julio de 2022. Respuestas: 14 | Visitas: 824

  1. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    Dicen los rumores que hace diez años existió algo en la internet. Algo que nunca pudo ser atrapado. La mejor hacker de la historia hasta ahora. ¿Por qué vuelve ahora?

    Del diario de James A. Smith


    I

    Las consolas de las computadoras en el área de investigación de inteligencia artificial de la tecnoesfera se encendieron. Un hombre de aspecto juvenil que viste una camiseta blanca con el logo de una banda de rock y unos pantalones de mezclilla rotos se pone sus lentes al revisar algo que no comprende.

    Se trata de un mensaje codificado en hexadecimal, un sistema que ya no se usa en las interfaces de usuario.

    Comprende que se trata de un error y simplemente copia el mensaje y lo pasa por un traductor de código Base64.

    El mensaje se traduce sin problema y dice así:

    "Estamos reclutando personas con capacidades como las tuyas, sobre ciberseguridad y redes. ¿Estás dispuesto a saber la verdad acerca de lo que hay detrás de la tecnoesfera? Te estaré esperando en la plaza que está afuera del edificio principal. En el café pide un moka blanco y espera en la mesa del fondo a la izquierda.

    Dot Hacker"

    El hombre se pasa la mano izquierda por el cabello y se inclina sobre su silla hacia atrás. La mano derecha se la lleva hacia la boca incrédulo. No ha podido dormir en días buscando en la internet y en lugares subterráneos pistas acerca de ella. De la mujer que fué la más buscada por la Interpol y los cazadores de recompensas.

    ¿Se habría dado cuenta Dot de que él la buscaba? ¿Por qué se presentaba ahora? Cerró los ojos imaginándose el aspecto de esa mujer. Quizás una nerd de gafas gruesas con el cabello lacio y negro. Con facciones de adolescente japonesa, ya que así es como la retrataban muchos.

    Era emocionante ya que siendo un estudioso de la ciberseguridad quería conocer a ese "ídolo" de su juventud y adolescencia. Recordó cuando en la red se encontraban carteles y anuncios de "Se busca". Todos ellos nombrando sumas estratosféricas solo por informes para encontrarla.

    Alguna vez escuchó el rumor de que se había retirado a un país exótico como México. Pero nada fue confirmado. No creía en todas las acusaciones que hicieron en su contra. Culpable de asesinato, robo, lavado de dinero, de corromper las mentes de los adolescentes con ideas de liberación, pseudoreligiones que la llamaban la siguiente elegida.

    Así, el hombre tomó su credencial y se dispuso a salir mientras sus compañeros lo vieron de reojo.

    - ¿A dónde vas?

    - A tomar un café.

    - Cuídate. En estos tiempos no se sabe cuando puedes contagiarte.

    - Me cuido, llevo mi mascarilla. - Y sonrió.

    - No queremos perder a nuestro sombrero blanco.


    II

    Hoy en día las palabras como nerd y hacker casi no se usan. Han sido sustituidas por palabras diferentes como geek o sombrero negro o blanco. Muchos definían a nuestro protagonista así, como un sombrero blanco. Una persona encargada de detectar fallas en los sistemas y que pudieran aprovechar personas no autorizadas para obtener información sensible o sabotear; o aún peor, secuestrar información.

    Cuando llegó a la cafetería y se sentó en la mesa indicada pidió un café moka blanco. Después de unos minutos le llevaron la bebida junto con un sobre de color rosa pálido. Estaba sellado con cera roja con la figura de una A en cursiva.

    La abrió y dentro solo tenía una cartulina blanca con este mensaje:

    Non intellegens nil explicas
    Videre nolens nil capies
    Non intellegens nil explicas
    Incognita non vides


    Y por la parte de atrás un código QR. Iba a escanearlo con su teléfono celular cuando escuchó una voz detrás de él.

    - Te estoy dando a elegir. Sé que eres curioso por naturaleza. En cuanto entres al sitio con el código QR vas a conocer cosas que no te imaginabas. ¿Estás seguro de tu decisión?

    Era la voz de un hombre con acento británico.

    - ¿Tiene que ver con Dot y lo que está pasando en el mundo con las computadoras? Quiero conocer a Dot...

    - No solo es Dot. Ella fue la que comenzó todo. Has llamado la atención de alguien que confía en ti.

    Sombrero blanco dudo un instante. Paso los dedos por las aristas de la cartulina. Finalmente le dio un buen trago al moka blanco. Lo saboreó aunque le supo muy dulce.

    Tomó su celular y escaneó el código QR.

    El hombre detrás de él se levantó y salió de la cafetería por una puerta cercana. Mientras Sombrero Blanco entró a un sitio de internet donde se veía una imagen. Era una mujer como de 24 años con lentes de marco color lila tornasolado sosteniendo una cerveza. Al fondo se podía leer que era el cruce de las calles 4th Avenue y Louis Pasteur.

    ¿Era un acertijo?

    Le gustaban esos retos. Su mente comenzaba a trabajar.

    Decidió que era momento de tomarse unas vacaciones y seguir la pista. Deseaba conocer a su ídolo. Quizás la mujer de la foto era Dot... Dot Hacker...


    III

    Al regresar a su lugar "Sombrero Blanco" se encontró con su coordinador de equipo. Le traía malas noticias acerca de una auditoría realizada a los sistemas y su documentación. Iban a tomar el control de la oficina por semanas.

    Esto iba a tomar tiempo y mientras la tecnoesfera no se podía dar el lujo de parar el desarrollo de sus investigaciones. Así que le pedían coordinarse con otra área que analizaba el código de manera estática, es decir, revisaba que la calidad de la programación obedeciera ciertos estándares.

    Era mucho trabajo.

    Y él no estaba dispuesto a esperar a que se terminara ese trabajo.

    Solicitó una reunión con su jefe de área. Le pidió vacaciones.

    Éste en un tono tranquilo pero serio le dijo que no era posible y que no había excepciones.

    Sombrero Blanco entonces puso sus manos en un gesto pensativo y dijo - ¿Y si encuentro una forma de trabajar remotamente y conectado a la red de la tecnoesfera? -

    - No, no es posible y no hay excepciones.

    Ya algo preocupado insistió: - ¿Sería posible llevarme el código y analizarlo de forma estática por mi cuenta?

    - No, no es posible.... y no hay excepciones.

    - ¿Qué tal si subimos el código a un servidor de un tercero y ahí realizo el análisis?

    - No.... no es posible...y no hay excepciones.

    - Me está dejando sin opciones. ¿Hay algo que pueda hacer para tener al menos las tardes libres?

    - No.... no es posible. No hay excepciones. Eduardo tienes que decidir. ¿Qué es más importante? ¿Las vacaciones o tu trabajo?

    Sombrero Negro se molestó un poco al escuchar su nombre dicho en un tono amenazante. Lo pensó unos instantes.

    Recordó el insomnio que había empezado a asaltarlo en medio de la noche después de leer acerca de las leyendas urbanas que rodeaban a la figura de Dot. Estaban aquellas que la comparaban con una benefactora a favor de la niñez en orfandad, de las tecnologías limpias y de la protección de la historia y cultura. Otras en cambio la hacían ver como una rebelde capaz de pasar por encima de cualquier persona u organización para conseguir sus objetivos.

    Pero todas la describían como una mujer inteligente y evasiva. Y eso era lo que más le atraía. Una mujer evasiva. Que estaba aquí y después allá. aún así nadie la conocía en persona. Todos la describían diferente.

    La fotografía le daba esperanzas de conocerla en persona o al menos de hablar con ella. Aunque, quizás sea algo peligroso.

    Así que se armó de valor y puso las manos sobre la mesa.

    - Jefe. Entonces .... renuncio. Quisiera que hubiera otra forma, pero necesito tiempo. Fue un placer trabajar para la tecnoesfera.
     
    #1
    Última modificación: 10 de Septiembre de 2022
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  2. silveriddragon

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    IV

    Alexis lloraba.

    No podía comprender que le pasaba. Últimamente había momentos en los que una tristeza muy profunda le invadía repentinamente

    En ese momento ella iba en el metro de la ciudad, con un bolso color verde donde llevaba unas cuantas cosas como maquillaje y una cartera diminuta. Iba pensando en los problemas a los que se enfrentaba en la empresa en la que trabajaba. No le iba bien. El ambiente de trabajo era muy tóxico. Los jefes solo presionaban por que todo se hiciera como ellos querían y si no era sí pedía que se repitiera.

    Era como un ciclo sin fin.

    Ella no recordaba como es que llegó ahí. Después de tres años en los que había intentado cambiar a las personas no lo había logrado. Le estaba empezando a pesar.

    ¿Qué fue de sus sueños de adolescencia? Quería ser una mujer adulta independiente y capaz de implementar nuevas cosas, crear nuevos sistemas.

    Y ahora estaba atorada ahí. Un trabajo sin futuro.

    Bajó del vagón tratando de calmar su llanto.

    Respiró. Se dio un tiempo para detenerse fuera del vagón pegada a la pared del andén para respirar.

    De golpe recordó las frases de padre adoptivo. - "Sé feliz hija" "Haz de tu vida algo que tu puedas admirar"

    Su madre adoptiva era algo más distante pero igual era cálida cuando le hablaba. - "Confío en que conseguirás lo que te propongas." -

    El recuerdo de su madre adoptiva era la de una pelirroja enfundada en una bata blanca, mientras que su padre era un poco más relajado. Añoraba ver como se trataban. Eran una pareja muy cariñosa, quizás hasta un poco melosa en ocasiones.

    La educaron en muchas cosas. Psicología, Filosofía, Matemáticas, Física, Inglés, Francés, Italiano y Arte eran temas que siempre se tocaban en la mesa.

    Su madre adoptiva fue psicóloga, una muy conocida hasta antes de que fuera acusada injustamente de un asesinato.

    Su padre adoptivo fue un programador reconocido hasta antes de ser despedido también de manera injusta.

    Y ambos le habían inculcado un código de ética que ahora parecía ahogarle.

    Quería huir. Quería irse lejos. Escapar.

    Quería ser aquello que soñó de adolescente. Quería ser como Dot Hacker.


    V

    Un hombre barbado con pecas llevaba una gabardina. Caminaba por las calles de Londres al lado de un hombre de edad avanzada.

    - Freckless.... - dijo el hombre mayor cuyas canas enmarcaban su rostro lleno de autoridad - mi buen amigo Freckless. Siempre me han caído bien los abogados. Tú y ese otro... el muchacho que regreso de la muerte para desposar a su musa. Son gente que ya no se suele ver.

    - Jack.... Jack... amigo Jack... o Sir Taylor... ¿cómo lo debo llamar?

    - Jack Taylor.... jajaja... ese nombre ya me suena impersonal. Extraño a esa muchacha que entraba a mi oficina y que con su belleza llenaba el lugar. Con ese brillo en sus ojos y ese anillo de oro rosa que le dio su esposo... Oh si... era como ver a una de esas diosas representadas en las estatuas que llenan Londres muchacho...

    - Lady ... ahmm.. olvidé como se hace llamar ahora....

    - En mis mejores tiempos se hacía llamar ... cof cof. cof... se hacía llamar ... oh.,. esta memoria muchacho...

    - Ella era mi mejor amiga Jack. Viví en su mansión muchos años. Me permitió terminar de estudiar aquí en Londres.

    - Johana Maria Madeleine... como pude olvidar tan hermoso nombre...

    - Jack.... estamos llegando a su oficina. Dijo que tenía algo que decirme.

    El anciano se puso rígido por un instante y después volteó a ver a Freckless fijamente. Tosió unos instantes. Después le mostró una foto. Era una muchacha como de 25 años que tomaba cerveza. Parecía estarla pasando bien por que reía.

    - Freckless.... amigo.... quiero que ayudes a esta muchacha. Está muy perdida. Lo haría yo mismo, pero tengo negocios, asuntos. Un mafioso anda de revoltoso en mis territorios. Eso me da mala fama. ¿Lo harás por mi muchacho?

    El pelirrojo con su barba tupida chasqueó la lengua. - ¿Es una orden Jack?

    - Un favor... te lo pido como un favor....

    - Lo haría aunque no me lo pidieras Jack. - sonrió - Hace años que no veo a esta chiquilla. Será un placer hablar nuevamente con ella.


    VI

    Ella abrazaba fuertemente a su novio.

    Él parecía un hombre fuerte de espalda amplia, brazos bien marcados. Su rostro parecía duro pero a la vez su gesto era amable.

    Estaban llorando


    Ahí parados los dos, fundidos en un abrazo en una esquina de esa gran ciudad. La gente los iba esquivando y les dedicaba una mirada incómoda. Algunos los evitaban por completo ya que parecía una escena demasiado cursi para su gusto.

    Ella era particularmente bonita pero no deslumbraba a los muchachos de su edad. Sin embargo sus ojos eran resueltos. Dejó salir lágrimas de sus ojos sin sollozar. Comenzó a decir:

    - No puedo.... no puedo David... No puedo dejarte ir. Sé que hoy es el último día que nos veremos. Intenté dejar de verte, olvidarte. Siempre vuelvo a ti. Una y otra vez..

    Él no dijo nada. Solo la abrazó fuertemente y le puso la mano abierta sobre el cabello largo castaño.

    Ella continuó - No sé quien eres... No me importa... No sé como lo hiciste. Déjame estar así contigo un rato antes de que te vayas.

    El hombre esta vez se quebró y dejó salir lágrimas igualmente sin llorar y abrazó fuertemente a la mujer.

    - Quiero decirlo y no puedo... No puedo.... - dijo ella - Eres,,, snif.... eres a quien regreso cuando me siento mal y me llevas contigo al cielo, junto a las estrellas... me ilusionas... me llenas de vida...

    - Quiero saber quien eres - habló finalmente el hombre - Quisiera saber por dónde comenzar. Quiero saber que siento....

    - Shhh.... No sigas... Deja que termine... No interrumpas a una mujer que está abriendo su corazón... - dijo mientras le dio un golpecito en el pecho en señal de reproche. - Han sido cinco semanas maravillosas.... y aquí entre tus brazos me siento en casa. ... - Después ella enterró el rostro en el cuello de él . - Sé que voy a caer en pedazos... pero es por que lo que siento por ti es muy fuerte,,,, -------- Te amo....

    El hombre dejó salir lágrimas nuevas mientras por su cabeza pasaba esta pregunta una y otra vez. "¿Estoy haciendo lo correcto?"
     
    #2
    Última modificación: 13 de Septiembre de 2022
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  3. silveriddragon

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    VII

    Alexis estaba en una reunión muy importante con varios programadores y diseñadores. Su jefe se mostraba satisfecho de los avances en el proyecto. Comenzó a hablar con algo de soberbia mientras se dirigía a un alto ejecutivo dando cuenta a su vez de los avances.

    - Mr. Brahms la Inteligencia Artificial ha mostrado grandes avances. Podremos liberarla al público en la siguiente feria de tecnología a la que asistirá nuestra compañía. De hecho, ya tenemos una o dos compañías interesadas en implementarla en sus procesos de gestión y toma de decisiones para el tráfico de ciertas ciudades.

    - ¡Excelentes noticias! ¿Podría decirme de cuánto estamos hablando?

    - Una promesa de compra financiada a plazos. Nuestra IA es la única que puede evolucionar así que pedimos diez mil millones.

    - ¿Han aceptado ese precio?

    - Lo han hecho después de la demostración realizada en Budapest señor.

    Alexis se sintió despreciable nuevamente. Había ayudado a crear múltiples IA's. Unas eran para crear pinturas, otras videos, pero esta nueva IA era capaz de tomar decisiones basada en múltiples capas de condicionantes incluyendo el clima, las condiciones de tráfico en distintas avenidas, la hora, estadísticas de consumo y hábitos de transporte público.

    Ella soñaba con crear algo que realmente fuera consciente y no solo una máquina.

    No pudo más

    Salió de ahí sin siquiera despedirse. Sentía algo parecido a un ataque de ansiedad. Se forzaba a respirar lentamente cerrando los ojos y apoyada contra la pared.

    Recordaba las palabras de sus padres. los estaba defraudando. Pero sobre todo estaba traicionando a su ídolo.

    Quería hacer algo más con su conocimiento. Algo más trascendente.

    No sabía por donde comenzar. Comenzó a sollozar en silencio.


    VIII

    En punto de las siete de la tarde Alexis salió del edificio donde trabajaba. Iba con la mirada perdida. Ensimismada, pensando en mil cosas a la vez.

    No notó a un pelirrojo caminar detrás de ella. Alguien familiar para ella pues habían vivido ambos en la misma casa por cerca de 5 años.

    Cuando se paró a un lado de ella tampoco lo reconoció de primera intención.

    Caminaron así por unos treinta segundos. Luego Freckless habló - Te ves como hace tres años. Una niña muy inteligente. ¿Me recuerdas?

    Alexis le hizo un gesto con la mano como de una V de victoria. Luego Freckless hizo lo mismo. Ella comenzó a decir: - ¿Tomamos algo?

    - Woooowww... Me cuesta verte como una mujer madura. En realidad eres como una hermanita para mi. De acuerdo, tomemos algo.

    Ambos siguieron caminando pero ahora sobre una calle menos transitada.

    El pelirrojo le dijo en broma - Dot dice que eres una chiquilla traviesa.

    Alexis se sorprendió con el comentario - ¿Dot? ¿La has visto?

    - Hace un mes. - suspiró - me contactó. Está preocupada por los constantes ataques en el ciberespacio. Sospecha de nuestros "amigos" de la tecnoesfera.

    - ¿Te dijo algo más sobre mi?

    - Solo.... que .... bueno... está preocupada por ti. Dice que te ha visto triste, cabizbaja y que extrañas a tus padres....

    - Mis padres adoptivos...

    - Fue algo imprevisto Alexis..... La doctora Gallo te quería mucho. Es natural que te sientas así.

    - Si, los extraño.

    - ¿Hay algo más Alexis?

    - Dot... ¿aún está con Violeta?

    - Ahhh.... solo recordar a Violeta me hace sentir .... molesto. Siempre la princesa rescatada por Dot. Por nosotros.

    - Debe ser feliz. ¿por qué sigue vigilando el mundo entonces?

    - No lo sé. Supongo que es parte de ella ser así. Nuestra líder....

    Llegaron a un pub tranquilo en una esquina. Entraron y pidieron ambos una cerveza. Vieron en una pantalla las noticias de un temblor en la ciudad de México.

    - ¿Freckless, tú crees que algún día pueda hacer algo tan grande como ....?

    - ¿Algo grande?

    - Si. Ustedes eran geniales. Protegían el mundo. Luchaban contra el grupo Dolorum Humanitas.

    - Hey... hey.. pequeña. Nosotros no pedimos luchar contra ellos. Nos defendíamos de ellos. Fue una época de aventuras.

    - ¿Extrañas eso?

    - Ahmmm.... solo un poco. Pero ya todos estamos disgregados. No... ya no sería lo mismo.

    - Y mis padres ya no están...

    - La doctora Gallo era como la madre de todos. Tenía caracter.

    Alexis puso una cara de estar a punto de soltar el llanto contenido. - Freckless!! ¿Qué estoy haciendo? No puedo dormir por las noches y los días pasan sin darme cuenta. Quiero.... quiero escapar.... quiero hacer algo importante aunque no sé que es...

    El pelirrojo le puso la mano en la espalda en señal de consolarla.

    - Sir Taylor está preocupado... Todos... estamos preocupados por ti Alexis. ¿Algo te pasa? ¿Quieres hablar de ello?

    La mujer ocultó su rostro pero siguió hablando - Quiero algo pero no sé lo que es. Estoy buscando algo al construir todas esas IA's... pero no lo hallo. ¿Qué sentido tiene hacerlas? ¿Por qué no e siento satisfecha con nada? Eso era lo que quería hacer para mostrárselas a mis padres adoptivos. Pero.... ya no están....

    - Ellos estarían orgullosos. Mucho. Iván estaría insoportable presumiendo tu talento con las máquinas. ¿Quieres... tomarte un tiempo para pensar? ¿Recuerdas las palabras de Blooming? Siempre eres bienvenida en su mansión....

    - Yo... no lo sé... - y sollozó.

    - Mi consejo - dijo el pelirrojo mientras dejaba una tarjeta en la mesa - es que lo pienses con calma. Blooming te estaría esperando gustosa.

    - Freckless... quiero que sea como antes.... Todos viviendo ahí de nuevo..

    - A mi también me gustaría Alexis. Yo... ya no puedo. Tengo trabajo, clientes.... deberes. Tú en cambio ... puedes hacerlo. - le sonrió - hazlo Alexis,,,,
     
    #3
    Última modificación: 30 de Septiembre de 2022
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    IX

    Eduardo acababa de llegar a la dirección indicada en la fotografía. Tal y como lo pensó, había un bar en la esquina y seguramente si entrabas podías ver desde adentro el lugar donde se encontraba parado en ese momento.

    Cuando vió salir de las puertas del bar a un hombre pelirrojo y a una chica se les quedó mirando cuidadosamente para que no pareciera un espía o un acechador.

    Sacó su celular e hizo el gesto de hacerse una selfie para enfocarlos y sacarles una foto. Los siguió un rato hasta la estación de metro más cercana donde el pelirrojo dejó a la chica.

    Era ella. La mujer de la foto que había ido a buscar.

    ¿Sería Dot? Era muy bonita y tenía cierto aire intelectual con esos lentes.

    Debía ser cuidadoso para no asustarla. La siguió igualmente por el metro de lejos. A veces la perdía de vista pero se apresuraba o la dejaba ir de vez en vez.

    Se subió al mismo vagón lejos de ella. La iba viendo tranquilamente para que no sospechara. En un momento dado vio como ocultaba el rostro entre su cabello. Supuso que estaba meditando o algo así. Pero al volver a verla al apartarse un mechón vio sus ojos rojos.

    Estaba llorando.

    Podía sentir que era un poco patética al hacerlo. Sin embargo algo en sus maneras le decía que era muy inteligente para estar tan triste.

    Se bajó en una estación y él hizo lo mismo. La siguió de la misma forma.

    Salieron a la calle.

    La chica iba a cruzar la calle sin fijarse. Una motocicleta venía acelerada y aún así ella no parecía percibirla.

    Eduardo volteó a ver a todos alrededor quienes solo hacían un gesto de sorpresa sin moverse. Ni siquiera lo pensó.

    Corrió a empujarla con todo su peso como si se tratara de un jugador de fútbol americano al que tuviese que derribar. Cayeron sobre la acera en una posición comprometedora con el grito de los transeúntes de fondo. Exclamaban atónitos.

    Cuando ella se recompuso un poco miró a Eduardo entre decepcionada y alterada. - ¿Qué haces?

    - Trato de mantenernos con vida. - dijo él mirándola fijamente, buscando en sus ojos algo que le dijera si era Dot. Su cuerpo adolorido giró para caer atrapándola. Sentía cada músculo de su cuerpo adolorido y su pie le gritaba que quizá estaba torcido.

    Ella parecía algo enojada - No necesito que me salven...

    - Yo creo que si. Pero eso me gano por tratar de ser un buen samaritano. - Dijo mientras ella se levantaba avergonzada de caer completamente sobre él.

    - ¿Vas a quedarte ahí tirado? Todos nos miran....

    - Me gustaría levantarme. Nunca he sido bueno con los deportes y ahora mismo me duele todo. Déjame aquí si quieres. Ve... anda...

    Alexis entonces sintió algo de compasión. Tenía el orgullo herido pero este hombre estaba herido de verdad. Lo tomó de un brazo y le preguntó si podía apoyar el pie. Logró pararse apoyado en ella y finalmente cruzaron la calle.

    él se apoyó en una pared mientras trataba de revisarse el pie. lo apoyaba y parecía dolerle pero no tanto como al principio. Alexis le dio una tarjeta - Eres un tonto... me recuerdas a alguien que conocí cuando era una adolescente. Igual de atrevido...

    - La próxima vez dejaré que la suerte decida si vives o no...

    Ella finalmente conectó con loq ue había pasado. - Lo siento... Yo... No debí cruzar así.

    Eduardo notó el cambio en el tono de su voz. - No, no te preocupes. Parecías triste, por eso no escuchaste a esa moto...

    - últimamente no duermo bien.

    - ¿Mucho trabajo?

    - No. Me siento...

    - ¿Deprimida? No tiene nada de malo. A mi también me ha pasado. Puedes buscar ayuda.

    - ¿Has pensado que nada tiene sentido?

    - Ahhh.... para serte sincero muchas veces. Pero tú pareces inteligente. ¿Qué puede ser tan grave que no se pueda resolver?

    - Quiero dejar de ser tan monótona...

    Eduardo supo que ella no podía ser Dot. Algo le decía que no era Dot, quizás por la forma en la que se expresaba.

    - Te contaré algo.... No he podido dormir en días. No, no estoy triste ni algo parecido... más bien obsesionado. Quiero encontrar a alguien. Me ha obsesionado su forma de ser, el misterio que la envuelve, pero sobre todo la forma en la que resuelve problemas.

    - ¿Eres un acechador? - dijo Alexis sonriendo

    Esa sonrisa le llamó la atención. Era similar a la sonrisa de la foto.

    - Te hice sonreir. Vaya... jajajaja.... No, quisiera ser como esa persona quiero hablarle para que me diga como logró llegar a a ser la gran Hacker...

    Alexis al escuchar esto se puso un poco tensa. Se acomodó el cabello detrás de la oreja. - ¿Te refieres a Dot Hacker?

    - Si.... ahhh... deja intentar apoyar el pie... Si... está mejor. Creí que iba estar peor. Me siento mejor. - La legendaria Dot. Estoy buscándola. De casualidad sabes donde encontrarla?

    Alexis sintió una punzada de celos. Dot siempre era el centro de las búsquedas. Ella quería ser como ella desde adolescente. - ¿Qué te hace pensar que sé donde está?

    - Pareces una hacker con tu estilo de vestir y esa lap que traes. No sé... Tenía la esperanza de toparme con ella en la calle.

    - Imposible. Dot no podría ser encontrada así...

    - Así que admites que la conoces...

    - Para nada...

    - Quiero .... trabajar con ella.

    - ¿De qué forma? ¿La ayudarías a hackear un sistema?

    - Noup..... la ayudaría con sus problemas. Tiene muchos enemigos. Seguramente necesitaría de un sombrero blanco.. O algo así.

    - ¿Eres un sombrero blanco?

    - Eso intento...

    Alexis miró su reloj nerviosa. - Llegaré tarde a mi junta. Debo irme. - Le extendió una tarjeta a Eduardo. - Llámame por favor si necesitas ir al doctor .. Me siento apenada y gracias por salvarme.

    - No.... no es nada. Gracias por quedarte a ver como seguía. Cuídate ojos tristes...
     
    #4
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    X

    David miraba fijamente los videos extraídos de la vigilancia de la mansión Blooming. De todo lo que estaba dentro de la mansión definitivamente lo más hermoso para admirar era la propietaria Johana Maria Madeleine.

    Su bien formada figura mantenida a base de ejercicio la asemejaba a una diosa griega. Le daba un poco de envidia al saberla casada con un abogado. Ambos vivían bien ahí lejos de todo, inclusive de la alta sociedad. Parecían unos ricos excéntricos.

    Debía destruir la mansión. Esa era la consigna. Desaparecerla con sus ocupantes.

    Frío y calculador como le enseñaron a ser trataba de quitarse de la cabeza a su novia. Su última plática parecía una despedida.

    Revisó el expediente de Johana donde la describía como una ladrona ávida de dinero, joyas, obras de arte, pero nada decía del origen de ella. Era como un abismo negro.

    Debía entrar y para ello se valdría de métodos engañosos. Su experiencia como estafador le iba bien en esos momentos. Un delincuente de cuello blanco sacado de la cárcel.

    Tres meses atrás, estando encerrado, un hombre alto cuyas arrugas le hacían ver cansado, pero cuyos ojos transmitían un caracter enérgico le había hablado dándole una oportunidad de salir.

    - David...¿crees en el destino?

    - No, son paparruchas.

    - Ja.... tampoco "nosotros". No es casualidad que Dot Hacker haya aparecido y desaparecido junto con Dolorum Humanitas.

    - ¿Dot Hacker? ¿Dolorum Humanitas?

    - Dot Hacker, la hacker más escurridiza y buscada de la red. Y ese grupo obscuro, Dolorum Humanitas que se infiltra en gobiernos. "Nosotros" estamos seguros de que son la misma persona. Solo montan un teatro para tener aterrorizada a la gente.

    - ¿Y qué ganarían con su teatro? Perdón, pero me suena estúpida esa idea.

    - Control David... tener el control. Los jóvenes se identifican con Dot y los corruptos con Dolorum Humanitas. Así tienen a dos facciones de su lado. ¿No le parece curioso David que ambos nombres tienen las mismas iniciales?

    - ¿Por eso está aquí? ¿Liberando a un estafador?

    - Si y no.... Sus habilidades nos vienen bien. Nuestro objetivo es acabar con Dot Hacker y por ende... con Dolorum Humanitas... Aún si tenemos que usar la fuerza. Sabemos de su aversión a los tecnocratas... únase a nosotros y tendrá su venganza David.



    XI

    La hacker más buscada hace 10 años desapareció sin dejar rastro. Algunos se inventaban historias acerca de que había pasado con ella.

    Algunas revistas de dudosa reputación publicaban teorías acerca de la verdadera identidad de Dot. Una niña de quizás 17 años que había logrado romper el código de cifrado de algunas de las mejores organizaciones criminales y gubernamentales. Y después desapareció por que el gobierno o alguno de sus enemigos la habían encerrado.

    Otros grupos de hackers la buscaron por años. Su esperanza era encontrarla viva e ilesa.

    Mientras otros sospechaban que se había ido por que se cansó de esa vida fugitiva.

    Si solo supieran la verdad..

    La verdad..

    Que solo se enamoró. Y se fue para vivir una vida plena con la persona ala que amaba.

    Vivían una para la otra. Alejadas un poco del mundo en un bosque, en un lugar lejano donde su musa a su vez tenía su estudio de dibujo. Ahí inventaba mundos llenos de obscuridad o de luz. Mundos apocalípticos o fantásticos. Ilustraciones y cómics. Pero jamás había tenido el atrevimiento de dibujar a Dot. Su aspecto. Quería guardar eso para ella, solo para ella.

    Y esa calma les duró mucho tiempo. Casi diez años.

    Dot vivía aún en la red, pues no tenía otro lugar donde podía existir. Sin embargo se había desconectado de casi todas las fuentes de información como las noticias o los boletines de seguridad. En cambio, de vez en cuando, se conectaba a alguna cámara para ver de lejos a sus amigos.

    Había visto a Alessandro y a Tsukihime juntos en Italia viviendo una vida más o menos parecida, aún escondidos.

    También vio titularse al pelirrojo. Le dio mucho gusto saber que estaba bien y progresando lejos del ambiente de los bajos mundos.

    Espió de manera un tanto culpable en la mansión Blooming con Johana y Alejandro apartados de todo. Y aún así eran felices.

    Pero...

    Alexis,,,

    parecía triste

    Quería ayudarla

    Pero no sabía como.


    XII

    Johana Maria Madeleine,

    Ese nombre había cautivado a Alejandro desde que eran unos adolescentes. Pero también Blooming, su sobrenombre.

    La amaba. con cada una de las letras que eso implicaba. Mientras asesoraba a algunos de sus compañeros desde su oficina dentro de la mansión, ella le ayudaba con consejos o haciendo algo de papelería.

    Tanto tiempo separados había hecho su amor aún más fuerte.

    Alejandro de vez en cuando la llevaba de viaje fuera del país. Y tenía preparado algo para ella.

    Quería terminar lo que había dejado inconcluso.

    Se casaría con ella. La llevaría lejos de ese lugar, quizás a un país más cálido, quizás de vuelta a Santa Bárbara. Donde nadie los conozca, donde ella ... Blooming pudiera ser finalmente libre del recuerdo de su pasado.

    En eso estaba meditando cuando su teléfono celular sonó.

    Era un número desconocido. Así que no contestó. Pero sonó nuevamente.

    Pensó en que quizás sería un mensajero tratando de entregar algunos documentos afuera de la mansión.

    Contestó.

    - Si, buenos días. Diga.

    - Hola. ¿Abogado Alejandro? - Era uan voz gruesa, profunda de un hombre mayor.

    - Si...

    - Siempre me cayeron bien los abogados como usted.

    - ¿Quién habla?

    - Tantos años. No me reconoce aún. Soy Sir Black... señor Alejandro.
     
    #5
    Última modificación: 15 de Marzo de 2023
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  6. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado



    YA SE, ESO NO SE HACE, PERO SI TE DIGO: JI :D, TAL VEZ, SORRY, PERO MORIA DE LA CURIOSIDAD.
    Hola, me permití traducir tu párrafo en latín:
    lo hice en verde para no profanar el azul. Es entre otras cosas el color representativo de los autistas. Dicen, no me creas.
    POR CIERTO, MUY INTERESANTE.

    No explicas nada sin entender
    No obtendrás nada si te niegas a ver
    No explicas nada sin entender
    No ves lo desconocido
     
    #6
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  7. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    MUSICA PARA TU MA, ES KE ME GUSTA.
     
    #7
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  8. silveriddragon

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    XIII

    Alexis estaba nuevamente en una junta de lo más aburrida para ella. Se le hacía monótona y no iba a ninguna parte. En cambio su mente divagaba. El recuerdo de Eduardo salvándola volvía a su mente.

    ¿Qué hubiera pasado si ella ... si Eduardo no hubiese estado ahí?

    Trataba de olvidarse del asunto pero no podía.

    Y así, de pronto, como si fuese el destino sonó su celular. Era un número desconocido.

    No iba a contestar debido a la junta, pero a su vez era un pretexto para salir.

    Así lo hizo. Salió y contestó la llamada.

    - ¿Cómo te llamas ojos tristes? Ah si.... Alexis... hmmm... estooo.... ¿quieres tomar un café? ¿platicar?

    Alexis no supo que decir, Era Eduardo.

    - Nos acabamos de ver.... ¿llamaste para tomar café?

    - Eso... si... y lo de mi pierna... ¿sabes?

    Ella vio la oportunidad para evadirse

    - Si. Un café. Te veo a las 7 en ..

    - Hay uno en la esquina de Louis Pasteur y Dumas.

    - Si, ok

    - Gracias Alexis. - y colgó dejándola un tanto confundida


    XIV

    Sir Black estaba del otro lado de la llamada. En un edificio que antes había pertenecido a una fábrica. Rodeado de unas dos o tres asistentes vestidas con uniforme militar en verde y azul. Llevaban en el brazo izquierdo una banda de color blanco.

    Con su inseparable bastón de metal en un mano, en la otra llevaba el celular, cuya señal era encriptada por una de sus asistentes.

    - ¿No le sorprende las vueltas que da la vida Sir Alejandro? Hmm... la última vez que nos vimos usted era un muchacho, un salvador, un caballero en noble armadura intentando salvar a su damisela en peligro. La señorita Blooming, así conocida en el círculo de ladrones de Londres.

    - ¿Sir Black, cómo logró encontrarme?

    - No.... no... Señor Alejandro... No se preocupe. No lo estaba buscando. Más bien, lo encontré. Por casualidad. Ejem... sabe que somos una organización secreta que protege la seguridad del noble y muy bien humanizado pueblo de Inglaterra. Y encontramos algo... extraño.... turbio... Alguien liberó a un estafador y a un asesino hace unas semanas. Esta persona es misteriosa. Y nos interesó saber por que lo hizo. ¿Sabe qué encontramos? Ese estafador.... los está vigilando a usted y a Lady Blooming...

    - ¿Pero por qué?

    - No es tan sofisticado, ni experto. Es casi un novato en esto. La pregunta no es por qué. lo hace, si no por qué su salvador lo mandó al matadero. Sabe que Dot Hacker vivía en esa mansión... Así que hacerla enojar sería fácil... es como sacudir un avispero donde la reina puede ver y escuchar todo a su alrededor....

    - Oh por Dios!!! ¿Es lo que me imagino?

    Sir Black sonrió - Veo que su agudeza sigue intacta señor Alejandro. También lo pienso. "Ellos" están buscando a Dot Hacker, quieren que se manifieste...

    - ¿Qué son capaces de hacer?

    - Lo que sea Alejandro, lo que sea----


    XV

    Una mujer de rasgos escandinavos con unos ojos aceitunados y su cabellera recogida en una coleta camina con mucha seguridad por la acera.

    Se recarga un momento en el poste de una luminaria y muestra una sonrisa perfecta y a la carrera pero sin ruido cruza la calle. Voltea a ver a ambos lados de la acera confirmando que nadie la ve.

    Luego ella entra rápidamente a una casa con la puerta que forza de un solo golpe.

    Al bajar al sótano se encuentra con la imagen de un hombre mirando unas cámaras. El hombre está tan concentrado revisando la pantalla y apuntando en una libreta que no percibe la presencia de la mujer.

    Ella se acaricia el cuello como expresando que está un poco adolorida después de dormir en mala posición. Finalmente habla:

    - ¡Qué lástima Cherry! Eres guapo... aunque no tanto como mi verdadero amor...

    David se sobresalta y alcanza una pistola con la que le apunta.

    - ¿Maldición, Quién... quién eres?

    - Tantos nombres cherry.... tantos... May... Alana... Katia.... Estella.... Erandi.... Monique... - dice este nombre lentamente mientras sus ojos se abren con cierto dejo de locura -- pero tú... tú... me puedes llamar Elize....


    David sabe que lo han descubierto y eso implica que debe deshacerse de todo. Toma una granada que tiene en el escritorio y le quita el seguro.

    - Elize.... Monique... me suena de algo... ¿eres la asesina Monique...? La "querida" de .... "Sombrero Negro"...

    La mujer enfurece frunciendo el seño y sacando finalmente un par de katanas. - Te limpiaré la boca por recordarme a mi "Sombrero Negro"...

    David lanza la granada al centro del cuarto pero Elize simplemente la golpea con la guarda de una de las katanas como si fuera un bat de beisbol y quedando atorada en una ventila.

    - ¿Qué buscas en la mansión Blooming?

    - Un mapa...

    - ¿Un mapa?

    - Un archivo que le perteneció a Iván Ruvalcaba. Tiene la lista de un grupo que hizo un fraude millonario hace diez años. Pero también la ubicación de una máquina... Una máquina que da la vida eterna...

    Elize sabe que David está diciendo la verdad, por que está acorralado, por que morirá de todas formas. Ya sea por la granada o por una de sus katanas.

    - ¡Salgamos de aquí...!

    Elize sonríe y toma del brazo a David solo para salir corriendo de ahí antes de que todo quede hecho pedazos.
     
    #8
    Última modificación: 21 de Marzo de 2023
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  9. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    Eres bueno en narrativa, te sale natural y tus tramas son interesantes, super saludos. FELIZ DIA
     
    #9
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  10. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    XVI

    Elize ha llevado a David con Sir Black. Ahí lo interrogan de manera dura. Amenazándolo con todo tipo de herramientas de tortura.

    La mujer escandinava se muestra un tanto irritada. Se le escapa uno que otro "cherry" como si no fuese ella. Como si fuese una persona recordando el pasado con nostalgia.

    - ¿Cómo sabías de ese mapa, ese archivo ?

    David mira tratando de parecer duro pero hace un rato que se ha vencido. Está cansado, sin comer, sin dormir. Le sangra la boca. Trata de articular maldiciones pero ya no puede más. Decide que lo mejor es sobrevivir. Nadie vino en su rescate, pero sobre todas las cosas, su novia ya debe estarse preguntando que pasa con él. Este pensamiento es el que lo hace decidirse por mejor confesar todo.

    - Mi padre... era un banquero. Sabía de le existencia de ese archivo. Y de Iván Ruvalcaba.

    - ¿Sabías que Iván Ruvalcaba está muerto?

    - Si.... Lo mataron.... junto con su esposa, la psicóloga Francesca Gallo...

    Elize levanta el rostro de David, - ¿Fueron ustedes?

    - No, fue alguien más poderoso. Alguien infiltrado en el gobierno. Dolorum Humanitas.

    - ¿Por qué?

    - Los mataron por que prefirieron eso a entregar la máquina.

    - ¿Dot Hacker no los salvó?

    - No... Y esa es la razón por la que pensamos que Dot y Dolorum Humanitas son la misma persona.

    - Eso es estúpido.... - grita Elize - Dot fue quien escondió la máquina en primer lugar.

    David abre los ojos como quien no puede creer lo que escucha. - ¿Dot Hacker escondió la máquina?

    - ¡Si!

    - En los bajos mundos se cree que Dot quería la máquina para venderla. Que Iván, Francesca, Alessandro Costa y Tsukihime la robaron de la TecnoEsfera para esconderla por su cuenta.

    - ¡No! Dot trabajaba con ellos. Es más... ella era la líder.

    David parece confundido. No logra comprender.

    - Nuestro grupo sabe más que el tuyo acerca de Dot y sus amigos cherry. Eso o... no te contaron toda la verdad a propósito.

    Elize sonríe. Se le acaba de ocurrir algo. Deja a David solo en la habitación y sale para ver a sir Black.

    El hombre de voz profunda sonríe también.

    - Elize... mi muy fiel y bella Elize.

    - Sir Black... quiero algo...

    - Lo sé. Yo también..

    - Quiero de vuelta a mi "Sombrero Negro"



    XVII

    Esa mañana Alexis se ha vestido de un color que para cualquier hombre es claramente un rosa. Un color rosa que pase durazno. O algo así. Pero en realidad se llama coral. A Alexis ese tipo de cosas no le importaban mucho siendo una persona más racional y metódica, pero últimamente pareciera que le gusta elegir colores cálidos como ese. Algo estaba cambiando en su estado de ánimo.

    Después de la plática que tuvo con Eduardo o "Sombrero blanco" unas noches atrás ella se comenzó a sentir mejor. Platicaron de muchas cosas. De sus intereses, sus aficiones, de como ella había entrado a trabajar en esa empresa que hace AI's para diferentes empresas y gobiernos.

    Eduardo le habló de ciberseguridad y de congresos a los que había asistido a los lugares más extraños, en playas, montañas, acantilados y hasta en una especie de comuna escondida entre edificios en Budapest.

    Precisamente ahí, en esa comuna fue donde escuchó por primera vez todos los detalles de la leyenda de Dot Hacker.

    Alexis en este punto de la conversación sintió una punzada de interés. Ella conocía tan bien a Dot por que la conoció de primera mano muchos años atrás. Pero le impresionaba todos los cuentos que había inventado la gente alrededor de ella creando una leyenda, algo que ya superaba a la verdadera Dot.

    Eduardo tenía esta versión.

    Dot era una estudiante de técnico informático que superó rápidamente a sus pares y maestros descifrando códigos y armando equipos de cómputo en un bachillerato técnico de bajo presupuesto. Uno de sus maestros sintió envidia de sus progresos y le robó varios de sus trabajos presentándolos como propios. Ella no se enojó, por el contrario. Se dio cuenta de que podía hacer más cosas, mejores y no le importaba el crédito.

    Así dejó de estudiar. Se volvió autodidacta y comenzó a hacer progresos para espiar a la mafia a al que odiaba por que le habían quitado a sus padres su casa.

    Después ella fue reuniendo a su alrededor a gente talentosa. Un mecánico, un estratega militar y una secretaria que hacia de contacto con gente a la que no quería ver. Por que ella tenía una deformidad en el rostro y por tanto no le gustaba ser vista ni fotografiada.

    Después de la mafia, ayudó a beneficencias. Todo gratis. Hasta que se metió con un político poderoso.

    Y fue el político quien la capturo. Y ahora está encerrada con sus compinches en una cárcel secreta que no conoce nadie, ni la Interpol. La comuna quería liberarla.

    Eduardo no estaba del todo convencido. Por que quería creer que Dot era más inteligente que eso. Para él Dot había escapado y ahora vivía lejos donde no podía ser vista. Quería ayudarla a regresar y hacer el bien sin importar quien.

    Aquello había conmovido a Alexis.

    Tal pareciera que Eduardo no tuviera malas intenciones o dobles intenciones. Quería ayudar a alguien más a ayudar. No quería crédito, no quería hacer de su búsqueda una odisea. Solo buscaba a alguien a quien admiraba. No, en sus palabras no se notaba un enamoramiento como había escuchado de otros tantos hackers que hablaban de Dot con una foto en la mano adorándola. Era como si la describiera en un lado humano aunque reconociera que es excepcional.

    Desde ese momento vió diferente a Sombrero Blanco. No podía decirle toda la verdad pero le habló de lo que ella creía de Dot. Que era una mujer llena de mucho amor para dar a todos y que no lo hacía para beneficio propio. Incluso que si alguien la perseguía jamás había hecho daño a alguien más. Por tanto era alguien que sufría por tener un corazón muy grande.

    Eduardo sonrió. Se dio cuenta que la perspectiva que las mujeres tienen de otras mujeres va más hacia las emociones y no tanto a los talentos. Se sintió avergonzado al no tomar eso en cuenta.

    Pero el resto de la velada se la pasaron charlando de otras cosas. Realmente se estaban llevando bien.


    XVIII

    Un hombre de más de 40 años. Y aún así no tenía canas aún en el cabello. Vestía unos pantalones de mezclilla, una especie de camisa larga a cuadros encima de una playera de un grupo musical llamado Sahara Dust. Su fiel compañero era un perro de color negro con ojos obscuros y grandes. Jugaban un rato en un patio con jardín.

    Él estaba un poco cansado pero quería jugar con su fiel amigo. Después de trabajar horas en la empresa detrás de un escritorio deseaba estirarse, moverse. Amaba esos momentos.

    Se había vuelto un poco ermitaño. No le gustaba ver ni practicar deportes ahora. Veía muy poco la televisión y prefería salir a pasear. Caminaba por horas y horas con su fiel amigo que se llamaba Wolfie. No le importaba que el perro no pareciera realmente un lobo.

    Escuchaba música tipo rock, aunque cada vez se inclinaba más por la música clásica.

    Solo algunas noches se despertaba sudando con el ritmo cardíaco alterado. Soñaba con su pasado. Otras veces despertaba con la imagen de una mujer en su memoria.

    Había estado casado, pero su mujer jamás le perdonó una infidelidad, sobre todo por que su familia política se enteró y la había humillado con una foto, prueba del engaño.

    Así este hombre tuvo que irse y vivir solo. Solo durante más de diez años. Ya no volvió a intentar casarse de nuevo. Sabía que su pasado le pesaría. Así que prefirió tener mascotas aunque al principio estaba escéptico. ¿Podría cuidar de un perro, un gato, una planta?

    Con el tiempo se convenció de que no podía estar solo. Así llegó primero un caniche de orejas redondas al que amó desde el primer día. Después Wolfie.

    Se sentó en el jardín mirando hacia la calle viendo pasar a la gente. Cerró los ojos y respiró profundo. Le llegó el olor de un perfume, un perfume que percibió por primera vez en París. La mujer que traía ese perfume se presentó entonces con el nombre de Monique.

    Aunque ella no parecía ser francesa. Sus rasgos escandinavos eran muy marcados.

    Monique... Elize... le enseñó no solo el mundo. También que él valía mucho más de lo que pensaba, que podían alcanzar el mundo juntos. El mundo que ellos querían.

    Elize.... Elize...

    Se le escapó su nombre mientras Wolfie se separó de él para acercarse a una mujer.

    Con los ojos cerrados Sombrero Negro repitió el nombre dos veces más.

    Elize..... Elize....

    Ella se hincó y tomó con su mano izquierda el mentón de él.

    - Aquí estoy cherry...

    Sombrero Negro abrió los ojos lentamente.

    - Tardaste mucho Elize.

    - Más de diez años....

    - ¿Te conseguiste una pareja más jóven que yo?

    - Jamás lo haría cherry... Jamás... solo hay un Sombrero Negro.
     
    #10
    Última modificación: 24 de Marzo de 2023
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  11. DESIRE SOLE

    DESIRE SOLE Invitado

    LA DUDA ES DEVASTADORA, SIEMPRE, EVER, EVER, EVER.
    ME APENA DOT
    FELIZ DIA SILVER.
     
    #11
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  12. silveriddragon

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    XIX

    Sir Black tomó su bastón de hierro y lo hizo sonar una vez. Las puertas de una nave industrial se abrieron automáticamente revelando unas instalaciones parecidas a las de las agencias gubernamentales.

    Alejandro entró mirando todo y recordando los días de su juventud. También estaban allí los dos integrantes del equipo que formaron años atrás.

    Mientras Sir Black tomaba asiento, Blooming no dejaba de mostrar un rostro duro como si estuviese enojada con todos. Después de tomar asiento el hombre mayor se dirigió a todos.

    - Humm... humm... bienvenidos. Lady Blooming. ¿Prefiere que la lleve aparte? La noto incómoda.

    Ella volteó a ver a Alejandro y luego habló - ¿Qué hacemos aquí? Porque, usted debe saberlo. Tengo protección del gobierno y de....

    - De Dot Hacker... - interrumpió Sir Black - Lo sabemos Lady Blooming. No se preocupe. Está segura. No le haremos daño a usted ni a Sir Alejandro. De hecho, ahora tiene tres protecciones. La del gobierno. la de su amiga Dot, y la de esta organización. Queremos protegerlos por que son el blanco de alguien que no conocemos. Pero es un enemigo en común

    Alejandro habló - ¿No se tratará de Dolorum Humanitas?

    - Lo dudo. Hay otros intereses mezclados que no me gustan nada. Hablan de un fraude de hace más de diez años. ¿Por qué tratar algo que está muy en el pasado? Hay algo más. Y por ello trajimos a nuestro mejor elemento en años.

    Elize sonrió mientras tomó la palabra - Están buscando un mapa Sir Alejandro... Uno que tenía Iván Ruvalcaba, un hacker que vivió en la mansión Blooming.

    - ¿Un mapa? ¿No se tratará del mapa con la ubicación de la máquina que da la vida eterna?

    - Sip, ese mapa.

    Blooming abrió mucho los ojos. Estaba mostrando un poco de terror. - ¿El mapa? El mapa. Iván se lo dejó a su hija adoptiva.

    - ¿Su hija adoptiva?

    - Si. Alexis.... Ella tiene el mapa encriptado en un archivo. Siempre lo tuvo. Se lo dio después de que logró romper el cifrado hace unos cinco años.

    Sir Black tomó el bastón de hierro - Monique, Sombrero Negro. No importa lo que pase. Su objetivo es traer a esa niña,... Alexis aquí. Tenemos que protegerla de ese hombre misterioso. Esto no me da buena espina.


    XX

    Una mujer de piel muy blanca con el cabello rubio. Un marcado acento británico mientras habla en italiano. Tiene una marca en la mano derecha, en el dorso, como una quemadura de forma irregular.

    Camina sonriente y ligera mirando el cielo abierto y azul de ese día de otoño. Hace una pausa para tomar agua de una de las fuentes de ese pequeño pueblo al que llegaron unos años atrás. Alessandro Costa y Tsukihime.

    Una pareja que se muestra afecto casi a cada momento. Parecen empalagosos. Algo que ni él ni ella hacían antes. Es más. Reprobaban esa actitud que veían más en Iván y en Francesca.

    Alessandro estaba comprando en un puesto de verduras trazando una receta en su mente. Así que Tsukihime se aparto unos minutos para ir a la fuente.

    Ahí se inclinó un poco y tomó el agua con ambas manos. Unos instantes.

    Unos instantes.

    Unos pequeños y breves instantes.

    En los que ella abrió los ojos y vio.

    Vio a través del agua una visión. Como una arcada, algo repentino. Lo vio.

    Era una mujer sosteniendo entre sus manos un dispositivo mientras un hombre al parecer de su edad activaba una palanca. Y ahí también estaba Blooming y un hombre con un sombrero negro. Blooming lloraba mientras veía al del sombrero luchar con dos o tres personas al mismo tiempo. Un grito. "¡La vida eterna es mía!"

    El cabello de Tsukihime parecía pulsar o latir repentinamente cambiando entre el rubio y el negro. Sus ojos también entre los verdes esmeralda y el rojo.

    Ella sintió nuevamente el cambio como años atrás. Pero no tuvo miedo. Esta vez lo acepto y se abrazó a sí misma. Estaba segura, estaba con el amor de su vida. Con Alessandro.

    El hombre vio estos cambios y corrió hacia ella.

    Tsukihime se tapó el rostro ligeramente y sonrió soltando unas lágrimas.

    Alessandro le habló - ¡Estás bien... amor?

    Ella se quitó las manos del rostro sonriendo - Alessandro... mi Alessandro... ooohh... nos necesitan.. Hay que volver... a la mansión Blooming---

    - Pero... pero... pensé que la maldición se había ido...

    - No Alessandro... esto ya no es parte de la maldición. Es un llamado de auxilio del destino... Mírame Alessandro. Soy yo de nuevo... Tsukihime... no Karol....

    - Karol... Tsukihime.. No importa el nombre

    - Llévame un rato a casa. O empezaré a tener visiones de todos los que me encuentre en el camino. Eso es demasiado para mi por ahora.


    XXI

    Ese día Eduardo llevaba un ramo de flores escondido en la espalda viendo como Alexis se acercaba por el mismo lado de la acera. Habían quedado para ir a una obra de teatro. Una comedia musical o al menos eso decía en el panfleto.

    Alexis se había arreglado mucho y la ropa que eligió era un vestido de color verde cálido como el verde de las hojas. Había deseado que llegara ese día por alguna extraña razón.

    Eduardo sentía como sus nervios le iban a traicionar. Cuando le entregó el ramo de flores pudo percibir cierto gesto de parte de Alexis. Como si estuviese en extremo halagada. Comenzaron a hacer unas cuentas bromas primero pero titubeando. Ella se tocaba mucho los hombros como revisando que los tirantes del vestido estuviesen en su lugar.

    Caminaron por las calles de la ciudad hasta llegar a un café. Platicaron de muchas cosas. El mesero les sugirió un postre de frutas con helado. Eso pidieron. De alguna forma llegaron en su conversación a ciertos derroteros:

    - ¿Seguirás trabajando en esa empresa Alexis?

    Ella sonrió - ¡Eres terrible! No insistas...

    - Vamos, estás desperdiciando tu talento.

    - Mi padre estaría orgulloso...

    - ¿De que no seas feliz?

    - No... él... era muy inteligente. Tenía mucha fé en mi.

    - Si pero... no hay padre que no quiera ver feliz a su hija..

    - ¿Y tú cómo sabes eso? ¿Tienes una hija?!!!

    - No... no... para nada... solo eso pienso... nada más... Y por cierto... ¿qué querías ser de niña o de adolescente Alexis?

    El rostro de Alexis se tornó un tanto serio.

    - ¿Sabes? Me hubiese gustado ser Dot...

    - ¿En serio?

    - Si..... no ser como Dot... Si no ser Dot... Ella es tan ... llena de confianza y de .... amor...

    - Fuuu.... no sé como pero siempre terminamos hablando de ella.

    Alexis tomó una cuchara y comenzó a comer del postre sonriendo - Quería combatir el crimen, desenmascarar fraudes, derribar malos gobiernos, quitarle el dinero a la mafia y dárselo a la gente necesitada.... quería llevar esperanza a donde no la hay... eso hacía Dot...

    - Wooow... me gusta tu forma de ver a Dot.

    - ¿Crees que podría ser como ella?

    - Yo no lo creo. Estoy seguro Alexis. Tú podrías hacer eso y más. Solo necesitas un empujón. Para confiar en tí misma Alexis. Confía. Tu padre ... estaría orgulloso. Estoy seguro..

    Esto hizo que Alexis saltara y abrazara a Eduardo - ¡Te amo!

    Eduardo se quedó de una pieza al escuchar esto.

    - ¿Cómo? ¿Qué has dicho?

    - Te amo Eduardo.... No sé como lo hiciste. Pero em has dado esperanza y ahora me afirmas que me seguirías aunque fuera otra persona, aunque buscara ser como Dot por mi cuenta.

    - ¿Y por qué no lo haría? Yo.... también te amo... No sé que me pasó. Pero ya no me interesa encontrar a Dot. Encontré a alguien mejor. Alguien muy inteligente y con un corazón muy grande. Alexis, Convirtámonos juntos en algo parecido a lo que hacía Dot. Seamos algo así...

    Alexis lo besó sin pensarlo

    Mientras eran vistos a lo lejos por un hombre vestido de negro. Su rostro pintado como en las obras de teatro kabuki estaba serio. Triste. Meditabundo. Susurró unas palabras. - Dot Hacker, mi archienemiga. Hace años que no te veo. Yo... James Smith siempre te he esperado. Quiero un último duelo. Uno honorable. Pero, ¿dónde estás querida Dot? Quiero encontrarte.. y me encuentro a este par de.... ahhhh.... que frustrante... - sonrió - un día volverás Dot.. Te estoy esperando.
     
    #12
    Última modificación: 25 de Marzo de 2023
  13. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    XXII

    "¡Realmente existes Dot?

    O eres un sueño.

    Una ilusión. Algo que fue orquestado por alguien más. Por alguien poderoso.

    Si no te podemos ver, ni tocar, si jamás nadie realmente te ha visto ¿Existes?

    Tal vez no. O tal vez eres algo que te rebasa. Tú iniciaste este incendio. Pero este incendio se ha propagado. Ha hecho libres a otros. Le ha dado luz y paz a otros tantos.

    ¿Y tú? ¿Qué has hecho en estos años?

    ¿Volverás? ¿realmente volverás? O es una esperanza en vano...

    Te necesitamos... pero quizás tú te necesitas más Dot.

    Sea pues así el destino el que decida si has de volver. Y si lo haces. Ten cuidado. Alguien oculto en las sombras te persigue. Y también el Dios Silente. Y la mafia. Y todos a los que les robaste.

    Sea lo que sea te deseo lo mejor."


    Dot.... Dot Hacker...


     
    #13
    Última modificación: 26 de Marzo de 2023
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  14. Eloy Ayer

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    Hombre
    Interesante relato, excepto algunas ilaciones que que podrían ser necesarias.
    A mi parece que eso de la IA está francamente retrasado, a parte, por supuesto, de la catarsis o pleonasmo literario. Existe, no obstante, una clase de inteligencia electrónica que es aquella empleada en la interpretación de las leyes de cara al público que sí que no está nada mal, aunque puede ser mangonería del gobierno con las computadores, no IA específica. Aunque claro esto también pueden ser figuraciones mías. Un saludo.
     
    #14
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  15. silveriddragon

    silveriddragon Poeta fiel al portal

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    :-D Muchas gracias por leerme. Yep, intentaba establecer esa duda que tenemos acerca de si hay algo o alguien detrás que controla todo, no solo del lado del mal, si no además del lado del bien. :)

    Saludos Cordiales
     
    #15

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