¡Más maderaaa!

Mas nunca recibes chanzas
por enano bien dotado.
Alguien gritó, “¡tan armado,
no se tapa eso con panzas!”
En el medio de las danzas
un objeto pendular
acompañado de un par
de claras protuberancias
no impiden las elegancias
que nos muestras al bailar.

Ejem…con amplias licencias, hete aquí el mito del enano.

 

En el último autogiro
nos cazaron los maderos*
con unos trucos rastreros
pues no nos daban respiro:
de aviso dieron un tiro
y nos dijeron "¡Al suelo!"
cuando ya alzaba el vuelo
nuestro medio de escapada,
mas se dio la desbandada
cuando dieron al abuelo.​

*Coloquialmente en España, los agentes de policía.

​

 

Cuando dieron al abuelo
el rol de llevar el pago
de rescate por Santiago
se produjo un gran revuelo.
El viejo es un bestezuelo
experto en artes marciales.
¡Infelices criminales,
quedaron hechos papilla!
Está toda la gavilla
en dependencias penales.

 

Si las causas son penales
o los delitos civiles,
y aunque se cursen a miles,
me cuesta entender que tales
son diferentes de cuáles.
Si cometo algún exceso
y culpable me confieso
mayor será mi pecado
por no saber qué Juzgado
me ha condenado a ser preso.

 

Se ríen de mis orejas,
soy un elefante raro
pero bien feliz, aclaro,
aunque las hienas, perplejas,
se mofen como pendejas.
Pocos saben de mis vuelos
(¡seguro mueren de celos!)
cuando empiezo a aletearlas.
Dumbo me llaman en charlas
poco amables, pues son lelos.

 

.... poco amables, pues son lelos
casi todos los agentes
y, ¿razonar?, ni lo intentes
si es que llevas largos pelos.
Como Dioses de los cielos
(atentos a los pecados
de coches mal aparcados)
acechan por las aceras
de muy malas maneras
mostrándose despiadados.


​

 

Mostrándose despiadados
disparan a quien se rinde
llevándolos a su linde
al resultar maltratados.
Estos supuestos soldados
que se las dan de guerreros
al usar de ceniceros
los cuerpos de los heridos
son malvados y bandidos,
solo unos carniceros.​

 

Apoyado en un ladrillo
quedará el café y me aboco
a pensar mientras revoco
tanta grieta en el altillo.
Debió faltarme un tornillo
comprando esta casa en ruinas.
La he llenado de cortinas
con tanto escombro apilado,
sin lugar en ningún lado
como en lata de sardinas.

 

Como en lata de sardinas
(de escabeche o de aceite)
convivimos sin deleite
escondidos tras cortinas
y rumiando por esquinas
de bloques superpoblados
de cretinos y chalados,
de ricos y de indigentes.
No somos inteligentes,
no, vivimos apretados.




​

 

Mas en precaria existecia
sobrevive el indigente
como un perro entre la gente
impregnado en pestilencia.
El hambre tiene paciencia
y las dos tienen un coto.
Si el espíritu está roto,
es la desesperación
que controla toda acción
cual interno terremoto.

 

Entre gran escandalera
que sonaba por la calle
no perdía ni un detalle
la gente que es mitotera*
cuando fue la balacera.
Cosa de todos los días
por allá por la laguna,
entre el nopal y la tuna
en noches que ya son frías,
velorios y letanías.
​

Mitotero, mitotera
adjetivo · nombre masculino y femenino​

1. COLOQUIAL•AMÉRICA
   [persona] Que arma o hace mitotes.​

 

Velorios y letanías
me recuerda aquel pasado
en mi querido condado
de esos mozalbetes días.
Mas solo tú me ocurrías
entre tanto ancestro muerto.
Eras mi luz, eras puerto
en la tormenta de hastío.
Marcharme fue un desafío,
un escape hacia lo incierto.

 

Un escape hacia lo incierto,
una huida hacia adelante
con nuestro mejor talante
en busca de un cielo abierto.
Y no importa si eres tuerto,
cojo, vas con cabestrillo,
o si fumas un porrillo,
no, lo bueno es la ilusión
que tiene cada ocasión
de gozar como un chiquillo.



​

 

De gozar como un chiquillo
y aprovechar la ocasión
para darse un revolcón
entre el heno y el rastrillo.
El portarse como un pillo
sea haciendo travesuras
o escondiendo las verduras
es seguro gran remedio
para aliviarse del tedio;
¡vámonos a hacer locuras!

​

 

En estos negros parajes
donde acecha hasta el silencio,
por sobrevivir potencio
mis instintos más salvajes.
No es de miedos y corajes
este tema tan manido.
¡Tanto tipo ha fenecido
en estas calles nefastas!
A la fuerza crecen astas
frente a cualquier mal nacido.

 

Frente a cualquier mal nacido
no sé bien lo que conviene
pues si una navaja tiene
te puede dejar tullido,
lo mejor será el olvido.
No, no merece la pena
dar coba a ninguna hiena,
ni conviene entrar al trapo
del que actúa como un sapo
pues puedes ir a la trena.


​

 

Te has de tragar el disgusto
Perico de los Palotes,
porque si te pongo motes
es que no vales ni el susto.
Soy testigo de que el busto
le agarraste con descaro
y eso te saldrá muy caro
pues viene la policía.
Tu pública tropelía
pagarás, me queda claro.

 

Pagarás, me queda claro,
ya lo tengo decidido,
y aunque un ojo haya perdido,
veo más aunque sea raro.
Y lo hago sin reparo,
por lo tanto no me salgas
con ¿A dónde vas qué valgas?
Porque te he de contestar
que me gusta ir al mar
para ver peces con algas.

 

Para ver peces con algas
aseveras, Don Rosendo,
y es que te la pasas viendo
de las sirenas, las nalgas.
Como hipocampo cabalgas
los mares en busca de ellas.
Y esto no admite querellas
ni son cuestiones de antojo:
te es incontrolable el ojo
sean zorras o doncellas.

 

Sean zorras o doncellas
las veo de cerca y de lejos,
por eso mi catalejos
siempre se dirige a ellas.
A todas las miro bellas
sin ver tamaños ni pelos,
y las busco sin repelos
con mi lápiz en la mano,
porque todas en mi plano
me sirven como modelos.

 

Me sirven como modelos
pero he de cambiar mi estilo
porque me tienen en vilo
con sus infantiles celos.
Que se tiran de los pelos
si alguna tiene más horas
o trabajan a deshoras.
Las defiende un sindicato
por si viene un mentecato
que abuse de las señoras.

 

No quieren volver, proclaman,
los viejos tiempos queridos.
Permanecen ateridos
en las mentes que los aman.
Tiritan, pues los difaman
los crueles tiempos presentes
y les rechinan los dientes
viendo tanta estupidez.
Todo vuela; insensatez
de días intrascendentes.