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Desiderátum

Tema en 'Leyendo en voz alta, solo prosas' comenzado por Angel Acosta, 21 de Enero de 2023. Respuestas: 0 | Visitas: 231

  1. Angel Acosta

    Angel Acosta Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    24 de Mayo de 2021
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    Desiderátum es uno de los cuentos agrupados en Mis Cómplices, un próximo cuaderno de relatos… Muchas gracias.
    Dedicado a Simona y Silvia, dos de mis tantos italianos ángeles.
    … el tiempo empuja la tarde hacia los besos de la noche y estoy en la ciudad de Perugia donde; mis orfebres amigos, Atilio y Fiorela, confeccionan anillos para una singular boda. Como de costumbre, visto chaqueta a cuadros, un descolorido jean y unas botas especialmente diseñadas para mis deformes pies. Hace más de quince años que las calzo. A decir verdad, las aceras de Perugia no envidian las de ninguna ciudad del Mundo. Cuando del cielo cae la persistente lluvia, el agua se encharca. Entonces, uno como yo, propietario de un sólo par zapatos para grandes ocasiones, debe caminar con cuidado pues; la lluvia, acumulada en esos pequeños lagos, entra sin piedad por las desgastadas suelas. Esta noche, ligeramente llueve y; preocupados, mis amigos joyeros me comen a preguntas, ¿por qué caminas así? ¿Tienes algún granito entre los muslos? ¿Por qué pones un pie aquí y otro allá? No tengas pena y cuéntanos qué sucede. ¿Qué hacer? Debo explicar que las suelas de mis botas están atiborradas de pequeños huecos. En fin, apenas amaneció, visitamos una peletería, donde me compran zapatos. Esa mañana, Fiorela me advierte, póntelos inmediatamente. Por aquí una pulmonía es impredecible. Hasta el momento las cosas van bien. Se me acaba el cielo cuando a coro me dicen, y esas botas que llevas puesta, échalas en la basura. ¿Queé?, y casi los agredo cuando argumento, ¡ni pensarlo! Ahora mismo buscamos un zapatero. Coño esas botas tienen más de quince años a mi lado. Pero mis amigos no entienden. Extrañado es Atilio quien pregunta, ¿un zapatero? No lo puedo evitar. Soy fragmento de amargo fracaso y hasta arrorró de náufrago. Antes de partir de Italia visité la Fontana di Trevi y, en vez de lanzar la moneda de espaldas, lo hice de frente, y en alta voz agradecí a los orfebres Fiorela y Atilio la reparación de mis botas; listas para volver pues; hacer realidad los sueños, ahuyenta esa larga condena de vivir sólo con olvidos.
    Puede seguirme en Instagram como papiro51_

     
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