La Calle Tívoli

Hoy me toca Puertas. Es mi trabajo.
Tengo algunas tareas administrativas. El puesto es claro y definido en sus funciones: soy un poco telefonista, recibidora, saludadora, resolutiva si hay incidencias.

Le doy a los usuarios unas tarjetas en las que van sus nombres y apellidos. Ellos y ellas me las cogen de las manos con ilusión porque yo se las doy de la misma manera como si me fuera con ellas.

Esas tarjetas saltan los muros y las interminables verjas y abren todas las puertas aunque solo sea por unas horas.

Entonces el paisaje del recinto ya no me parece monótono, se llena de esperanza y observo las escaleras peldaño a peldaño sin cinismo ni amargura, sin ningún esfuerzo.

 

Muy bonito apunte.

Saludos

 

Amenas, estimulantes letras, Valen_tina. En el darse de recibir (y aclarar).
Estupenda entrega. Mis felicitaciones
Saludos.

 

Gracias por leerme y escribirme Alde
Saludos de vuelta

 

Gracias por leerme y escribirme Alicia 12
Saludos de vuelta hasta tu espacio

 

Espléndido relato breve: escapas con la imaginación que abre todas las puertas.
Saludos, Valen-Tina.

 

Pues mira que yo lo veo como un poema o una prosa poética, por cierto genial.
Un trabajo que es parte de la abertura de puertas y ventanas... con condiciones y una solidaridad infranqueable.
Qué bueno que las buenas atenciones sean capaces de cambiar presidios por esperanzas.
Llegaste al fin... supongo que aprovechaste una ventana abierta a ojos vista.
Besos, Valentina, a la espera de que se sequen los campos en este martes pos lluvias.

 

Me encantan este tipo de relatos cortos realistas donde la descripción de un suceso cotidiano o "normal" deja entrever y sugiere mucho más de lo que dice o cuenta. Excelente micro, Valentina. Un abrazo, compañera.

 

Gracias Maygemay por leerme y escribirme.
Saludos y feliz lunes

 

Precioso comentario Vicent, mil gracias. Ya sabes que hacía tiempo que no pasaba por aquí. Creo que lo peor de todo es la desesperanza porque entonces la tristeza se hace irremediable. Espero que tengas un buen lunes y que tu mirada todavía capte el valle desde la Peña San Diego. También espero que no haga mucha calor y que no tengas que añadir un sobreesfuerzo al que ya lleva la vida diaria, la propia existencia. Me estoy poniendo un poco trascendental y no son horas.
Cuidate mucho y a comer a casa

 

Mil gracias Luis por leerme y escribirme. La verdad es que el relato sí es realista y está contenido midiendo las palabras para que los demás lo interpreten como mejor les parezca. Feliz de encontrarte.
Saludos