Ecos del ayer

Las sombras de la tarde se alargaban lentamente, envolviendo todo a su paso en un manto de melancolía. El cielo, teñido de un gris plomizo, parecía susurrar secretos del pasado mientras las últimas luces del día se desvanecían en el horizonte. En el silencio sepulcral, los recuerdos se agolpaban en mi mente como fantasmas del ayer, susurros de momentos perdidos que se desvanecían entre mis manos como el humo entre los dedos. El eco de risas lejanas resonaba en el vacío, recordándome la fugacidad de la felicidad, mientras los suspiros de un corazón cansado se mezclaban con el susurro del viento entre las hojas marchitas. En medio de la quietud, me hallaba perdido en un laberinto de nostalgias, anhelando un tiempo que ya no volverá, mientras la melancolía se apoderaba de mi alma como una sombra que nunca desaparece.

 

Los recuerdos golpean tan fuerte que nos arrastra en la melancolía.

Saludos

 

Bellísimo.

A veces los paisajes se vuelven tan absurdamente desconocidos.
Parecen los mismos pero no lo son....más bien nosotros ya no somos los mismos.

Un placer leerte.
Bienvenida.