Fusilamiento

Los días titilan en secuencias rotas.
Se retuercen hasta que el suspiro
se convierte en un gemido;
y una Clepsidra brota
en ese reflejo, ante el espejo.

​

Padre, perdóneme porque he pecado de obra, omisión…
Pero antes de eso, de confesar…

Ahora resulta, que el fusilamiento será mi privilegio y que puedo dar la orden.
-Y la sonrisa, amenazaba con convertirse en carcajada-

Sólo tengo una duda: ¿Será suicidio, o aún tengo esperanza de ver el paraíso?​

 

Sí

saludos Alde

 

Imagino dos escritos y a la vez, solo uno. Al inicio, casi un exordio de como se desenvuelve el resto, en ese suspiro in crescendo que logra transformar el intenso sentir en gemido. Todo consigue hacer vibrar esa sensibilidad existente con que se trastoca de humildad el reconocerse a uno mismo, tan imperfecto, tan pecante y aún así, mantener en pie esa esperanza, si, de atisbar el paraíso, al borde de todo caos, y aunque la carcajada -como increpación- intente amedrentarle. Ha sido un gusto la lectura de esta microprosa que infiere reflexión mi Apreciado Poeta @Sasha. Por favor acepta mi saludo afectuoso y un sinfín de buenos deseos, en todo, para ti ֎