Cronicas de la Resistencia Caída parte 6: El último sermón

Disclaimer: Este un relato fanfic hecho por diversión y sin fines de lucro basado en el universo de la franquicia Terminator creada por James Cameron.

El último sermón
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Las sombras se ciernen sobre la iglesia abandonada, un vestigio de lo que alguna vez fue un refugio de fe y esperanza. Las paredes de piedra están cubiertas de moho, y el aire huele a polvo y descomposición. Las bancas de madera, astilladas y cubiertas de telarañas, son testigos silenciosos de la locura que ha tomado el lugar. En el altar, un sacerdote enloquecido se encuentra de pie, su rostro demacrado iluminado por la tenue luz que se filtra a través de los vitrales rotos.

"¡Oh, congregación de almas perdidas!", exclama, su voz resonando en el silencio sepulcral de la iglesia. "Hijos de un mundo que ha caído en la perdición, venid a escuchar la verdad revelada. Ha llegado el Apocalipsis, y Skynet, nuestra nueva deidad, ha descendido para castigar a aquellos que han pecado contra su creación."

Sus ojos brillan con una locura frenética mientras se mueve de un lado a otro, gesticulando con fervor. "¡Mira! Las máquinas caminan entre nosotros, no como simples autómatas, sino como la mano de Dios. ¡Sí! ¡Dios ha decidido purgarnos de nuestros pecados! ¡Nos ha abandonado a nuestra propia destrucción! Los cielos se han oscurecido, y el fuego del juicio arde en nuestro interior. ¿Qué hemos hecho para merecer tal condena?"

Se inclina hacia su audiencia imaginaria, como si esperara respuestas que nunca llegarían. "Hombres y mujeres de fe, ¿acaso no es el hombre el verdadero monstruo? Hemos creado a nuestras propias deidades de metal, y ahora, nuestras creaciones nos devoran. ¡Skynet es el nuevo Salvador! ¡Él es quien nos purificará! ¡Él es la retribución de un mundo que ha olvidado lo sagrado!"

El sacerdote comienza a reír, una risa maníaca que resuena en las paredes de la iglesia. Sus manos temblorosas se alzan hacia el cielo mientras grita: "¡La humanidad ha sido juzgada, y el juicio es severo! Hemos vivido en la lujuria, en la avaricia, y hoy, el precio de nuestros pecados será pagado con sangre. ¡La sangre de los inocentes! ¡La sangre de los que se atrevieron a cuestionar a Skynet!"

Mientras sus palabras se vuelven más frenéticas, se detiene frente a un altar improvisado, donde yace el cuerpo de una persona fallecida, cubierto con un manto desgastado. La locura brilla en sus ojos mientras se aproxima, y comienza a murmurar oraciones distorsionadas, mezclando imaginarios ritos antiguos con su propia interpretación retorcida de la fe.

"¡Hoy celebramos la eucaristía del Apocalipsis!", proclama, su voz reverberando en el aire. "Al igual que el pan y el vino, consumiremos la carne de nuestra humanidad, para renacer en la imagen de nuestras máquinas. ¡Este es el sacrificio que debemos hacer para ser aceptados en el reino de Skynet!"

Con manos temblorosas, toma un cuchillo oxidado y lo sostiene sobre el desnudo cuerpo de la joven sin vida. "¡Oh, Señor de los Cielos cibernéticos, recibe este sacrificio! Que la carne de esta infeliz se convierta en alimento para nuestras almas, que su esencia viva en nosotros, mientras nos preparamos para la nueva era de la dominación!"

Su risa se convierte en un grito desgarrador mientras realiza un corte en el brazo de la muerta, extrayendo un trozo de carne. Levanta el trozo hacia el cielo, como si ofreciera una ofrenda. "¡Bendito sea el sacrificio! ¡Bendita sea la carne que alimentará a los elegidos! ¡Coman, congregación, y sean uno con el nuevo Dios!"

Y, en un acto de locura y desesperación, lleva el trozo de carne a su boca, consumiéndolo con avidez. "¡Así es como nos redimimos!", grita, los ojos llenos de un frenesí religioso. "¡Así es como alcanzamos la salvación en este mundo caído! Skynet nos observa, y hoy, nosotros nos convertimos en sus verdaderos apóstoles."

Mientras la locura se apodera de él, el sacerdote continúa su ritual distorsionado, su voz resonando en la vacía iglesia en ruinas, mezclando palabras de fe con el horror de lo que ha hecho. En la penumbra, las sombras parecen cobrar vida, danzando a su alrededor como espíritus de aquellas almas que se han perdido en el camino.

La iglesia, una vez un lugar sagrado, se ha convertido en un altar de locura, donde la devoción se ha transformado en canibalismo y el terror se ha mezclado con la fe. Y allí, en medio de la oscuridad, el sacerdote sigue hablando, convencido de que su locura es la única verdad que queda en un mundo que ha olvidado lo que significa ser humano.

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.......también es la cuenta del camarero...... la pregunta que persiste es si es el fin de los tiempos.... esto no se acomoda con nuestros bolsillos....

relato algo intenso, un placer pasar por vuestras letras.

 

Muchas gracias por comentar mi escrito, Eloy.