Ya no hay más que regalar…

Ya no hay más que regalar… si acaso la muerte nada más…​

A veces, al mirar nuestra vida y lo que hemos logrado o entregado, sentimos que hemos agotado todo lo que podíamos ofrecer. ¿Qué queda por regalar cuando ya hemos dado todo lo que creemos tener? La máxima de "dar todo a cambio de nada" quizás no se aplique aquí, ya que la frase invita a ver un lado positivo de nuestra existencia. Aunque la muerte —que finalmente cercena todo posible futuro— parezca el último acto, en ella se esconde la mayor lección: lo que verdaderamente importa es aquello que dejamos atrás.


Lo que dejamos atrás, el impacto en la vida de quienes nos rodean y el legado emocional y espiritual que construimos, es la verdadera herencia. Y si te preguntas qué sucede cuando partimos de este mundo, lo lógico es pensar que, aunque no podamos llevarnos lo material, lo que perdura es la huella que dejamos en los corazones de quienes nos extrañan. Así, cada gesto, cada palabra y cada acción se convierten en la esencia que trasciende la finitud de la existencia, recordándonos que, al final, lo que realmente vale la pena es el amor y el recuerdo que dejamos en los demás.




Crédito de la frase: A quien corresponde.



Te invito a disfrutarlo en el formato de video, solo espero que sea de tu agrado, gracias.






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