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El Susurro de la Semilla Silenciosa

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por Rosa Reeder, 6 de Mayo de 2025 a las 6:36 PM. Respuestas: 1 | Visitas: 13

  1. Rosa Reeder

    Rosa Reeder Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    31 de Diciembre de 2009
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    Género:
    Mujer
    En el corazón de un huerto soleado, donde las zanahorias se asomaban como dedos naranjas y los tomates se ponían rojos de vergüenza al sol, vivía una pequeña semilla. Era una semilla de girasol, redonda y oscura, y se sentía muy, muy pequeña.

    Todas las otras semillas hablaban de lo que serían: la semilla de tomate soñaba con ser un fruto jugoso, la semilla de lechuga quería ser una hoja crujiente. Pero la semilla de girasol... la semilla de girasol solo sabía que estaba ahí, en la tierra oscura, sin hacer ruido. Se sentía silenciosa y un poco insignificante.

    Un día, una sabia lombriz, con su cuerpo largo y flexible, se acercó a la semilla. La lombriz se llamaba Tierra Sabia y conocía todos los secretos del huerto bajo tierra.

    "¿Por qué estás tan callada, pequeña semilla?", preguntó Tierra Sabia con un suave movimiento de su cuerpo.

    La semilla de girasol susurró con una vocecita casi inaudible: "No soy como las otras. Ellas saben lo que serán. Yo solo estoy aquí, en la oscuridad, sin hacer nada".

    Tierra Sabia sonrió, un movimiento que hizo que la tierra a su alrededor se moviera un poquito. "Oh, pequeña semilla", dijo. "No estás haciendo nada. Estás escuchando. Estás absorbiendo. Estás preparándote".

    La semilla de girasol se quedó confusa. ¿Escuchando? ¿Absorbiendo?

    "Sí", continuó Tierra Sabia. "Estás escuchando los susurros de la tierra, la humedad del agua, el calor del sol que llega hasta aquí. Estás absorbiendo la fuerza que necesitas para crecer. Eres como una pequeña promesa durmiendo, esperando el momento justo para despertar".

    La semilla de girasol pensó en esas palabras. ¿Una promesa durmiendo? Empezó a sentir una pequeña vibración dentro de sí misma, como si algo estuviera despertando muy lentamente.

    Pasaron días y noches. Llovió, y la semilla sintió el agua penetrando en ella. Salió el sol, y sintió un calor suave que la abrazaba. Y en la oscuridad de la tierra, siguió escuchando.

    Un día, sintió un impulso. Una necesidad de estirarse. Y muy despacio, una pequeña raíz blanca y delgada asomó. Luego, un pequeño brote verde empujó hacia arriba, buscando la luz.

    Fue un trabajo duro, pero la semilla, que ya no se sentía tan silenciosa, siguió empujando. Hasta que, un día, rompió la superficie de la tierra y sintió el aire fresco y la luz brillante del sol por primera vez.

    Se había convertido en una pequeña planta de girasol. Todavía no era alta ni tenía una flor grande, pero ya no era una semilla silenciosa en la oscuridad. Era una planta que crecía, que buscaba el sol, que se convertía en la promesa que Tierra Sabia había mencionado.

    Y con el tiempo, creció y creció, hasta que un día, un gran y brillante girasol se abrió hacia el cielo, lleno de semillas nuevas en su centro.


    Rosa Maria Reeder
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  2. Rosa Reeder

    Rosa Reeder Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Incluso cuando nos sentimos pequeños, silenciosos o insignificantes, estamos creciendo y preparándonos. A veces, las cosas más importantes suceden en la oscuridad, donde estamos aprendiendo y absorbiendo lo que necesitamos para florecer. Ten paciencia contigo mismo, escucha tu interior, y verás cómo tu propia promesa se convierte en algo hermoso.
     
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